Barcelona busca un edificio para su candidatura al Centro Europeo de Predicción Meteorológica

La oficina que promueve la candidatura busca un edificio para albergar a los 250 empleados

El presidente Pedro Sánchez durante su visita al Barcelona Supercomputing Center, en una imagen de archivo.BSC

Barcelona está enfrascada en armar una candidatura ganadora para albergar la nueva sede del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF, en sus siglas en inglés) después de que el Gobierno decidiera a finales de mayo elegir a la capital catalana como candidata española. Se medirá con otras ciudades europeas, como Toulouse, Bolonia o Ámsterdam, entre otras, para acoger el puntero organismo científico. La semana pasada se celebró la primera reunión entre los gobier...

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Barcelona está enfrascada en armar una candidatura ganadora para albergar la nueva sede del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF, en sus siglas en inglés) después de que el Gobierno decidiera a finales de mayo elegir a la capital catalana como candidata española. Se medirá con otras ciudades europeas, como Toulouse, Bolonia o Ámsterdam, entre otras, para acoger el puntero organismo científico. La semana pasada se celebró la primera reunión entre los gobiernos central, catalán y de Barcelona para tenerla lista en septiembre.

La posibilidad de que Barcelona pudiera optar a la nueva sede del ECMWF se empezó a dibujar hace un año, en una visita que hizo a la ciudad el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque. El ente es un organismo intergubernamental creado en 1975 y que está integrado por 34 estados miembros asociados, muchos de ellos europeos. Su sede principal ha sido hasta ahora la de Reading (Reino Unido) y la que se está construyendo en Bolonia (Italia), que en 2021 acogerá un nuevo supercomputador del centro.

“En la tercera sede, a la que optará Barcelona en representación de España, la actividad principal sería la de los servicios de atmósfera (CAMS) y cambio climático del programa europeo Copernicus y las actividades de predicción de inundaciones, incendios y sequías”, explica Francisco Doblas, director del departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center (BSC), un centro que colabora en primera línea en la candidatura. Además del Barcelona Supercomputing Center, en la iniciativa también trabaja la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

“Fábrica de predicciones”

Doblas define el centro como una “fábrica” de hacer predicciones meteorológicas y “la mejor del mundo”. En la actualidad, en las previsiones meteorológicas a medio plazo hay dos modelos, el de la Global Forecast System (GFS) americana y el Centro Europeo y entre los dos existe una constante competitividad sobre su efectividad: “Que el Centro Europeo es el mejor quedó demostrado, por ejemplo, cuando se predijo con más días de antelación el recorrido del huracán Sandy en Estados Unidos”, añade Doblas. El Sandy ocasionó en 2012 cerca de 300 muertos e importantes daños en las costas y ciudades americanas, entre ellas Nueva York.

En el ECMWF trabajan unos 350 investigadores, científicos y técnicos de todo el mundo y una parte de ellos, 150 en una primera fase, son los que se desplazarán de Reading a la ciudad que sea la elegida. “Barcelona está en una posición inmejorable por su marca, en primer lugar, por la excelente conectividad que tenemos, por la cultura científica y por la capacidad de innovación”, resume Jaume Collboni, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona que, junto con Joan Subirats (teniente de alcalde de Cultura, Educación y Ciencia), forma parte del comité organizador de la candidatura.

“Las conversaciones avanzaron hasta que estalló la crisis de la pandemia y justo en las fases de la desescalada, el Gobierno optó por Barcelona”, resume Collboni. “No hay mucho tiempo para preparar la candidatura. Y lo que hay que resolver primero es la sede”, puntualiza José Ramón Calvo, asesor del BSC.

Los requisitos que debe cumplir son numerosos. Para empezar su superficie, ya que debe tener un espacio suficientemente amplio para albergar no solo a los 150 trabajadores iniciales —que llegarían a los 250 en 2023— sino a mucho personal de paso. Su uso debe ser exclusivo para la agencia y poder asumir las máximas condiciones de seguridad, ya que sus protocolos serán similares a los de las sedes diplomáticas. Y, además, debe funcionar con energías renovables y debe estar bien interconectado con las líneas de alta velocidad y el aeropuerto.

Elegir la sede, clave

”La decisión de la sede es clave”, subraya Calvo que, de salida, opina que la capital catalana tiene la gran ventaja de su sello reputacional y de ser una de las ciudades referentes del Mediterráneo, además de cumplir otros requisitos, más domésticos, pero importantes, como la disponibilidad de colegios internacionales para escolarizar a los hijos de los profesionales que se desplacen a la nueva sede. “Otra condición que se evaluará entre las candidatas será la existencia de un ecosistema científico y técnico que entendemos que se da en Barcelona como centro innovador, aunque no sea del mismo nivel de los de Alemania o los Países Bajos”, apunta Doblas.

Una de las cartas a favor de Barcelona es el propio Barcelona Supercomputing Centre, un centro de investigación que trabaja en numerosos programas del Centro Europeo. Para Doblas, el hecho de que gane Barcelona —y España— puede ser clave para la comunidad investigadora en cuestiones ambientales en un momento como el actual, en el que el medioambiente se ha convertido en una megatendencia mundial: tanto desde el punto de vista de las preocupaciones sociales, como por los nichos de mercado que siguen las empresas.

Collboni no quiere avanzar qué edificios que se barajan como sede. “En todo caso, si no cumple todos los requisitos de salida, se debería invertir para adaptarlo”, subraya Doblas. De ahí que el tiempo apriete en la búsqueda de la sede y de su acondicionamiento para presentar la candidatura en septiembre. La decisión del comité evaluador sobre cuál será la ganadora se tomará en diciembre.

La fallida candidatura cántabra

Después de que Barcelona perdiera la candidatura para la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en noviembre de 2017 —algo de lo que no fue ajena la polémica del procés y las imágenes que dieron la vuelta al mundo del referéndum del 1 de octubre—, la posibilidad de ser sede de un organismo científico de primera línea ha despertado una ilusión compartida por la ciudad y del conjunto de las administraciones implicadas en la candidatura.

“La primera reunión ha evidenciado las ganas de trabajar de todos a una”, resume José Ramón Calvo, asesor del Barcelona Supercomputing Center. La noticia de la elección de Barcelona, sin embargo, provocó la decepción de Cantabria, que había postulado a la localidad de Comillas para albergar la nueva sede del ECMWF (siglas en inglés de Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio). Una elección que desde Cantabria se interpretó en clave política. La existencia de otra candidatura era, al parecer, desconocida por el consistorio barcelonés.

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