Cataluña extingue a los vigías forestales

La Generalitat prevé sustituir este año a los profesionales por una veintena de cámaras

Torre de vigilancia contra incendios en el Baix Camp.EL PAÍS

Nadie oteará el horizonte con prismáticos desde una torre de vigía ni buscará columnas de humo. La Generalitat anunció el 14 de abril que desmantela el cuerpo de Guaites (vigías Forestales) por un cambio social y por la introducción de las nuevas tecnologías. A partir de ahora, las cámaras harán la función de los profesionales. La decisión no ha sido bien recibida ni por alcaldes de algunas poblaciones donde están situadas las torres ni por los trabajadores, que consideran que es “un gran error”. Aseguran que...

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Nadie oteará el horizonte con prismáticos desde una torre de vigía ni buscará columnas de humo. La Generalitat anunció el 14 de abril que desmantela el cuerpo de Guaites (vigías Forestales) por un cambio social y por la introducción de las nuevas tecnologías. A partir de ahora, las cámaras harán la función de los profesionales. La decisión no ha sido bien recibida ni por alcaldes de algunas poblaciones donde están situadas las torres ni por los trabajadores, que consideran que es “un gran error”. Aseguran que el informe que justifica su supresión está lleno de falsedades y sufren por la desprotección del territorio. Lo ven “una decisión más política que técnica”. Los vigías, que este verano ya no estarán en las torres, cuentan con el apoyo de Greenpeace.

Cataluña contaba hasta este año con 48 torres de vigilancia y 96 vigías —dos por torre—, aunque en realidad trabajaban unos 80. Su labor era detectar columnas de humo, situarlas en el territorio y alertar a los Bomberos. Los profesionales informaban del viento y de sus cambios, vigilaban la propagación, y concretaban el tipo de vegetación que quemaba por el color del humo. “Las cámaras no pueden hacer esto”, afirma Enric Vernedas, vigía desde hace décadas. Según Interior, este verano habrá unas 20 cámaras.

Un informe del Director General de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos, Manel Pardo, calificó el 3 de febrero el modelo de “insostenible”, y ha servido para justificar la supresión de los vigías. Para Vernedas, “una cámara de vigilancia es un complemento, pero nunca podrá sustituir a un vigía”. Asegura que una cámara no puede detectar un incendio más allá de 12 o 15 kilómetros, y si además hay condiciones meteorológicas adversas, no diferencia entre nubes o columnas de humo.

Considera que el informe “no es válido” porque "carece de “fundamentos reales”. “Incluso no es cierta la fecha en la que dicen empezó el servicio. Hablan de los 90 y fue en los 80 cuando la Generalitat asumió las competencias del antiguo Instituto para la Conservación de la Naturaleza en España (ICONA)”, dice Vernedas. El informe considera el modelo “insostenible” por la escasez de primeros avisos de incendios y porque no se reúnen las normas de seguridad. Recoge 37 primeros avisos en 10 años de miles de incendios. Pero Vernedas asegura que solo en su torre, en la comarca de la Selva, documentó el verano pasado siete, seis forestales. “Si se extrapola, la cifra tiene que ser mucho más alta”. Y añade que “Interior no invierte ni un euro en las torres desde hace 10 años”. Vernedas opina que “hay torres totalmente viables y las anomalías se han exagerado”.

Cambio de modelo

Pardo indica que “la manera como se generan las alarmas de incendios ha variado, y obliga a revisar el modelo de detección y vigilancia. La información se transmite rápida y masiva a tiempo real”, añade.

En cuanto al futuro de los vigías, Pardo asegura que les han ofrecido recolocarse todo el año como conductores, EPAF (Equipo de Prevención Activa Forestal), AOF (Ayudantes de Oficio Forestal), o administrativos en otro departamento. Los afectados indican que por edad —50 años de media—, no pasarían las pruebas físicas. “Es una forma encubierta de echarnos. Quieren que cobremos la indemnización y nos vayamos. Con 60 años, ¿tú me ves desbrozando o tirando la manguera para los Bomberos?”, apunta Montse Vila, vigía.

Los vigías han mandado una carta al president Quim Torra en la que muestran su desacuerdo y piden que rectifique.

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