Grandes voces para los cuentos

Unos 50 actores de doblaje graban relatos en audio para los niños ingresados en el Hospital Vall d’Hebron

Barcelona -
Jordi Ribes, miembro de Coronaveus20.

Un micrófono, un ordenador y un conjunto de altavoces es todo lo que se necesita para dar fuerzas a los pacientes más pequeños ingresados en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Medio centenar de actores de doblaje profesionales graba, desde sus hogares, cuentos infantiles en audio que buscan hacer más amena la estancia de los niños en el centro médico durante la emergencia sanitaria. Se trata de la iniciativa Coronaveus20, una actividad que surgió hace tres semanas que ha generado una cuarentena de relatos digitales que se pueden escuchar en tabletas o móviles. Lo más locutado son cuentos ...

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Un micrófono, un ordenador y un conjunto de altavoces es todo lo que se necesita para dar fuerzas a los pacientes más pequeños ingresados en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Medio centenar de actores de doblaje profesionales graba, desde sus hogares, cuentos infantiles en audio que buscan hacer más amena la estancia de los niños en el centro médico durante la emergencia sanitaria. Se trata de la iniciativa Coronaveus20, una actividad que surgió hace tres semanas que ha generado una cuarentena de relatos digitales que se pueden escuchar en tabletas o móviles. Lo más locutado son cuentos e historias clásicas como la de Caperucita Roja, pero también narran algunos textos anónimos que las personas envían al proyecto.

El coordinador de la iniciativa, Santi Lorenz, explica que su objetivo es aportar su granito de arena con lo que tienen y saben hacer, que es “poner la voz”. Cada actor de doblaje graba los cuentos desde sus casas. Algunos tienen pequeños estudios en sus hogares y les agregan músicas o efectos, otros los hacen con los recursos que tienen. “Creemos que lo importante es la locución. A mí me lo mandan todo, y yo por las tardes, envío cada día el material que tengo”, menciona. Los audios son reproducidos en diferentes dispositivos móviles y son facilitados por el personal del sanatorio a niños de entre 6 a 12 años contagiados con el virus, o ingresados por otras enfermedades. La crisis sanitaria también se combate con relatos infantiles.

En la actividad colaboran actores de doblaje como Jordi Ribes, Gonzalo Abril o Victòria Pagès, entre otros. Son grabadas tanto en castellano como en catalán. “Cada vez se va añadiendo más gente, también hay intérpretes de imagen o gente de teatro amateur”, destaca Lorenz. El coordinador asegura que desde el centro médico han recibido comentarios de que los niños están muy contentos con el proyecto y que, incluso, han reconocido algunas de las voces que también escuchan en animes o dibujos animados. “Para nosotros es un placer poder colaborar con esto. Si logramos sacar una sonrisa de uno de los pequeños que la está pasando mal ahora hospitalizado, con la lectura de las historias, es algo mágico”, describe.

Gala, de 7 años, se divirtió con los cuentos hasta que recibió el alta en el Vall d'Hebron. Su madre, Estefanía López, relata por teléfono que nunca había escuchado un audiolibro con su hija, hasta el jueves pasado. Detalla que el personal del centro médico le envió un enlace con los archivos y que ahora, en vez de encender la televisión cuando meriendan, reproducen los relatos. Lo que más agradece de este tipo de iniciativas es que estén “tan pendientes de los niños”. “Mi hija ha escuchado cuentos que no conocía. El que más le ha gustado es Cómo aprendieron a viajar las palabras. La verdad, es una historia súper bonita”, apunta.

Coronaveus20 surgió primero como una propuesta para poner voz a las cartas de apoyo que la gente envía a los pacientes y a los sanitarios. El director de comunicación y atención ciudadana del Hospital Vall d’Hebron, Fran García, señala que el centro propuso a Lorenz grabar los cuentos después de que comenzaron a locutar las misivas dirigidas a los profesionales sanitarios. El centro sigue lleno de niños, que a diferencia de cuando no había el virus, no pueden atender a actividades organizadas o recibir visitas de voluntarios, según García. “Los días para ellos, a pesar de no ser el foco de la covid-19, se han vuelto más monótonos. Por ello, pensamos que cualquier acción que podamos ofrecerles les puede ayudar a romper la rutina y aportar beneficios”, concluye.


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