Dos almas en la cuna de Ciudadanos

Los militantes votan si optan para presidir el partido por Inés Arrimadas o Francisco Igea que discrepan del modelo de partido y de la alianza con el PP

El diputado Sergio Sanz, en un acto de la candidatura, y el eurodiputado Jordi Cañas.

Los militantes de Ciudadanos (Cs) votan este fin de semana si apuestan para dirigir el partido por la candidatura de Inés Arrimadas, que integra a las diputadas Lorena Roldán y Marina Bravo y al eurodiputado Jordi Cañas, o por la de Francisco Igea, vicepresidente de la Junta de Castilla-Leon, que incorpora a los también diputados Sergio Sanz, Maria Valle y Antonio Espinosa. Tras elegir a los compromisarios —Arrimadas logró los 26 delegados de...

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Los militantes de Ciudadanos (Cs) votan este fin de semana si apuestan para dirigir el partido por la candidatura de Inés Arrimadas, que integra a las diputadas Lorena Roldán y Marina Bravo y al eurodiputado Jordi Cañas, o por la de Francisco Igea, vicepresidente de la Junta de Castilla-Leon, que incorpora a los también diputados Sergio Sanz, Maria Valle y Antonio Espinosa. Tras elegir a los compromisarios —Arrimadas logró los 26 delegados de Barcelona—, los afiliados votan ahora a la ejecutiva. En Cataluña, serán votaciones telemáticas y no presenciales. Dentro de una semana, un congreso fijará la estrategia del partido.

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Cañas, historiador, de 51 años, y Sanz, arquitecto, de 38, son fundadores de Cs: se conocieron en 2007 en una convención para preparar las elecciones municipales. Diez años después, Cañas defendió en el congreso la enmienda que presentó Sanz para no desterrar la socialdemocracia del ideario de la formación. Ahora optan por vías distintas. Cañas apuesta por Arrimadas porque, dice, es la adecuada para liderar el proyecto y porque valora lo logrado hasta ahora por Ciudadanos. Sanz, por contra, reivindica una formación más democrática y participativa que no ignore a la militancia —“Servimos para algo más que para inflar globos”, dice— y abomina de renunciar al espacio de centro.

Bajo el lema Unidos y Adelante, Arrimadas celebró un acto en Barcelona hace un mes arropada en el escenario por Carlos Carrizosa, Roldán y el propio Cañas. El eurodiputado, que ha preferido no realizar declaraciones en este momento precongresual, defendió el modelo actual de partido. “Ha funcionado. Nos ha traído hasta aquí. Es el de siempre: es el que nos dio tres diputados y el que nos ha dado 57”, dijo en alusión al resultado de las elecciones del 28 de abril. “No me gustan los cenizos”.

Ante una militancia entregada, Cañas admitió que nunca ha sido dócil pero que a él le mueve la lealtad. Tiró de épica tras recordar que en los debates electorales de las autonómicas de 2010 la gente le despedía porque todo el mundo creía que iban a desaparecer. Y al final sacaron tres escaños (el suyo, el de Albert Rivera y el de Carmen de Rivera). “Y en 2012 ya no estábamos muertos. Y rompimos el pladur”, afirmó en alusión a la victoria en Cataluña y a su posterior expansión territorial por el resto de España. El eurodiputado dibujó la situación recurriendo a una metáfora musical: “El instrumento sigue siendo válido. Solo hay que afinarlo”. No dijo nada de la alianza con el PP —ese día se cerró el acuerdo en el País Vasco— y reivindicó que la organización de Ciudadanos debe coincidir con la que tiene de España. “Es una visión que coincida. La bandera es la igualdad del conjunto de los ciudadanos”.

De la mano de la candidatura Ciudadanos eres tú, Sanz se presenta porque cree que Cs ha perdido el rumbo alejándose del centro y quiere rescatar la pluralidad de su origen cuando recuerda que el debate era más vivo. La estructura interna es la clave: los críticos anhelan una organización horizontal con contrapesos para que todo el poder no recaiga en la ejecutiva. El partido naranja, a diferencia del PP, no celebra congresos provinciales ni autonómicos. “Arrimadas dice que queremos las baronías de Iceta. No es honesto. Lo caricaturiza para rehuir el debate”, apunta Sanz. “Poder territorial siempre habrá. Pero quiere repartirlo a dedo y nosotros que lo elijan los militantes”.

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Tras sostener que su lista contiene más “ideas que ocurrencias y autenticidad que marketing”, Sanz cree que la historia puede ayudar. Dice que Rivera pidió perdón por aliarse con Libertas, un partido de extrema derecha, en las elecciones europeas de 2019. “Sin ese gesto, el partido no habría sobrevivido. Pero ahora la dirección dice que no hace falta admitir errores, que basta con mirar adelante”, lamenta Sanz sobre el giro que ha hecho el partido hacia el PP y con el deseo de que el pacto realizado en el País vasco no se extienda a Cataluña.



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