Torra irrita a Colau al anunciar un centro cultural en La Rambla sin consultarle

El equipamiento saldrá concurso público y el ganador tendrá que sufragar la rehabilitación del edificio de la Foneria

La antigua Fonería de canons situado al final de La Rambla que Torra quiere convertir en centro cultural.Joan Sanchez

El inesperado anuncio del presidente de la Generalitat, Quim Torra, de querer convertir en un centro cultural el edificio de la antigua Foneria de canons de La Rambla de Barcelona, abrió un enfrentamiento con el Ayuntamiento de Ada Colau. El inmueble protegido, que llevaba 17 años cerrado, es propiedad de la Generalitat y la idea de Torra es licitar un concurso público para crear un equipamiento con vocación “de barrio, ciudad y país”. Fuentes conocedoras del proyecto añadieron que “la licit...

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El inesperado anuncio del presidente de la Generalitat, Quim Torra, de querer convertir en un centro cultural el edificio de la antigua Foneria de canons de La Rambla de Barcelona, abrió un enfrentamiento con el Ayuntamiento de Ada Colau. El inmueble protegido, que llevaba 17 años cerrado, es propiedad de la Generalitat y la idea de Torra es licitar un concurso público para crear un equipamiento con vocación “de barrio, ciudad y país”. Fuentes conocedoras del proyecto añadieron que “la licitación tendrá en cuenta la explicación de los derechos humanos”. El Ayuntamiento mostró su “sorpresa y estupefacción” tras conocer el plan.

“No se puede tener un espacio así cerrado en el centro de Barcelona”, aseguró ayer Torra a la entrada de la antigua Foneria, al final de La Rambla; un edificio de 3.000 metros cuadrados de estilo neoclásico que la Generalitat compró en 2003 a Defensa. Torra explicó que el departamento de Cultura sacará a concurso la concesión en el segundo semestre del año y se espera que el ganador de la concesión se conozca a final de 2020. Según el ‘president’ el nuevo equipamiento “será un espacio social, cultural y educativo”.

Preguntado directamente sobre si le gustaría que el centro se ocupara de la conmemoración del referéndum del 1-O, o de la supuesta persecución al independentismo por parte del Estado, Torra evitó posicionarse. El tipo de equipamiento, explicó, será “el que las ofertas determinen”, siguiendo el pliego de condiciones. Fuentes conocedores del proyecto, sin embargo, aseguraron ayer a este diario que se tendrá en cuenta en los proyectos presentados “la explicación de los derechos humanos”. Una portavoz de Presidencia aseguró que la formulación del pliego “todavía está abierta y que el Ayuntamiento y las asociaciones también contribuirán”.

En ausencia de la consejera de Cultura, su directora general de Patrimonio, Elsa Ibar, dijo que el concesionario deberá hacerse cargo de los gastos de rehabilitación del inmueble de cuatro plantas; algo que comportará una cuantiosa inversión. Esto, de entrada, limitará seguramente el número de ofertas. Torra e Ibar visitaron el edificio, pero no lo pudo hacer prensa alegando “falta de seguridad”.

El 'president’ dijo que acababa de explicar a la alcadesa Ada Colau de sus intenciones. Tras conocerse el anuncio, el Ayuntamiento respondió en boca de algunos de sus altos representantes. El teniente de alcalde de Cultura, Joan Subirats, habló de “improvisación” por realizar el anuncio “de repente” y dijo que había llamado a Ibar para conocer más detalles y que esta le había dicho que “había que concretarlos”. “Hay rumores. Parece que sí puede haber alguna idea detrás del anuncio”, dijo Subirats, prudente, al referirse a que el ganador del concurso se hará cargo de la rehabilitación del edificio. El concejal de Ciutat Vella y Memoria, Jordi Rabassa, mostró su “sorpresa y estupefacción”, y dijo que el edificio “es una pieza clave de La Rambla”. “Después de un proceso participativo de tres años sobre esta vía en la que ha participado la Generalitat, sorprende que no se nos haya informado de nada”, afirmó.

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Subirats concluyó diciendo que el Ayuntamiento “está dispuesto a no desvincularse del proceso” y a proponer “ideas sobre su uso”. Preguntado si llegado el caso el consistorio podría vetar un uso que no estuviera acorde con los intereses municipales dijo: “Es demasiado pronto, solo conocemos el anuncio”. Subirats y Rabassa recordaron que en el plan de equipamientos de Salut, uno de los CAP que debe encontrar nuevo emplazamiento es el del Gòtic y que la Foneria era una opción. “Lo que necesita el paseo vecinal de la Rambla son equipamientos de proximidad pensados para el barrio, para que los vecinos no se sientan expulsados. Un concurso abierto a la mejor oferta no es la forma en un entorno frágil como el de La Rambla”, dijo Rabassa.

La concejal de ERC Gemma Sendra recordó que su partido ha pedido en 2015 y en 2020 que el Ayuntamiento compre el edificio; que se apruebe el Plan Especial de La Rambla en el que se protege la Foneria y reclamó que “cualquier proyecto cultural tenga un mínimo de consenso.

¿Un segundo Born para el ‘president’?

Antes de ser presidente de la Generalitat, Quim Torra fue director del Born, el centro creado por el nacionalismo (90 millones de euros) para explicar una versión épica de la caída de Barcelona en 1714 a manos de los Borbones. “El Born es la zona cero de los catalanes”, llegó a decir. Cuando llegó a la alcaldía Ada Colau en 2015 el equipamiento se centró en la memoria histórica más allá del 1714. Torra se encuentra ahora con la posibilidad de recuperar un espacio con ese mismo espíritu. Subirats habló ayer de “rumores”, como los que apuntan a un posible aterrizaje del Hermitage tras los problemas para ubicarse en la Barceloneta o, incluso, la Foneria como el futuro hogar del “museo de la libertad”, de Tatxo Benet, empresario que ha reunido unas 60 obras censuradas sobre ese tema.

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