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Un herido, colegios evacuados en la provincia de Huelva y caos en Sevilla por las fuertes lluvias

La Junta de Andalucía lanza una alerta masiva a casi medio centenar de municipios onubenses mientras arrecian las críticas por la falta de previsión de las administraciones

Calles inundadas de la barriada de El Cerro del Águila de Sevilla, este miércoles.Foto: Paco Puentes | Vídeo: EPV

Las lluvias torrenciales y las fuertes rachas de viento que han caído a lo largo de la mañana de este miércoles en las provincias de Huelva y Sevilla han provocado incidentes acompañados de imágenes que, a muchos, les ha hecho recordar la tragedia de la dana de la que justo este miércoles se cumple un año. Afortunadamente, la borrasca apenas ha causado daños físicos, un herido grave en la localidad onubense de Gibraleón, pero las intensas precipitaciones han generado alrededor de un millar de incidencias, más de la mitad solo en la capital de Andalucía, donde parte de sus barrios y avenidas principales seguían anegadas y con coches varados a lo largo de la tarde. Y conforme amainaba el temporal, arreciaban las críticas, tanto contra la Junta de Andalucía como, y sobre todo, contra el Ayuntamiento hispalense por la falta de previsión y coordinación ante una situación que, al menos en la provincia de Sevilla, se conocía de antemano que iba a ser complicada porque la Aemet había activado a lo largo de la semana el aviso naranja.

Donde la previsión fue más atropellada fue en Hueva. La Agencia Estatal de Meteorología elevaba a rojo el aviso por riesgo de inundaciones en el litoral onubense a las 9 de la mañana. Apenas 20 minutos después, la Junta elevaba la fase de emergencia, a Situación Operativa 1, y lanzaba una alerta masiva a los móviles de los 12 municipios costeros de la provincia de Huelva, que luego ampliaba a los 31 de las comarcas del Andévalo y el Condado.

La alerta, sin embargo, llegaba tarde a Ayamonte, donde una manga marina inundaba buena parte de las calles del municipio. Durante la madrugada, el viento había arrancado el tejado de una de las aulas del CEIP Padre Jesús, el único que, por esta circunstancia, advirtió a sus alumnos que no acudieran al colegio. El resto tuvo que ser evacuado a lo largo de la mañana, sin mayores complicaciones. También en Cartaya, la tromba de unos 40-45 minutos anegaba alguna de las vías de la ciudad, tal y como relataba su alcalde, Manuel Barroso, a este diario. Las filtraciones en el CEIP Juan Ramón Jiménez determinó al equipo municipal a desalojar a sus 700 alumnos. Conforme avanzaba la mañana, muchos onubenses se preguntaban por qué, si en noviembre de 2024, semanas después del desastre de la dana, la Junta decidió suspender las clases con aviso naranja, no se había decidido hacer lo mismo este miércoles. De hecho, durante la noche, la Consejería de Desarrollo Educativo y el servicio de Emergencias difundieron por redes sociales mensajes desmintiendo que se hubieran suspendido la asistencia a los centros educativos.

Desde la plataforma Escuelas de Calor también ha criticado duramente la falta de “previsión y planificación” del Gobierno de Juan Manuel Moreno, por no haber suspendido las clases con alerta naranja. “Hoy han sido miles las familias que han tenido que salir -si han podido- de sus trabajos o domicilios para recoger a sus hijos, con el consiguiente agravamiento del caos de tráfico y poniendo en riesgo su seguridad y la de los demás”, han indicado en un comunidaco. “Esto es intolerable y no habla sino de una gestión temeraria de la consejera de Desarrolo educativo y del presidente de la Junta”, concluyen.

La peor parte del temporal, en cuanto a consecuencias personales, se la llevaba un vecino de Gibraleón, que se encontraba en una terraza del municipio cuando el viento huracanado levantaba la estructura, que le impactaba en la cabeza, hiriéndole de gravedad. El hombre, como indicaba la alcaldesa, Lourdes Martín, se encuentra ingresado en el hospital.

Mientras la borrasca pasaba de largo por Huelva, la lluvia no paraba de caer y muy intensamente en la capital de Sevilla, que había cerrado los parques y jardines, además del cementerio, por precaución. A mediodía, se habían registrado los 115 litros por metro cuadrado, que, en algunos momentos y lugares, de acuerdo con el consistorio, han llegado a alcanzar los 25 litros en solo una hora. Unas cifras que se han traducido en un verdadero caos en las calles de la ciudad.

La Alameda de Hércules, una de las zonas más concurridas de la capital, estaba desbordada, al igual que las calles aledañas. En Conde de Baraja el agua llegaba por encima de los tobillos a los peatones. Al igual que la calle Alfonso XII, donde un caudal cubría la carretera. En la avenida Reyes Católicos, que conecta con el centro de Sevilla, el agua desbordaba las aceras y algunos vehículos y motos varadas impedían el acceso. Algunas dependientas barrían impotentes para achicar los charcos que se colaban por las puertas de sus comercios. En otra de las arterias de la ciudad, la avenida de Luis Montoto, un árbol caído en las inmediaciones de una residencia de ancianos, obligaba a cortar la circulación.

El desconcierto se extendía a todos los barrios: coches arrastrados por el agua en la barriada del Cerro del Águila y balsas de agua en La Caruja, de donde ha sido muy complicado salir a sus trabajadores a medido día, porque el servicio de autobuses no funcionaba con regularidad. “Ni han suspendido las clases, ni han recomendado el teletrabajo, y eso que justo hoy se cumple un año de la dana”, se lamentaba Laura González, incapaz de cruzar la avenida Reyes Católicos, literalmente una piscina, para coger su coche de un garaje cercano, “que, seguramente, también esté inundado”, vaticinaba.

Hasta las 16 horas, los servicios de Emergencias municipales habían atendido a 55 incidencias y cuatro accidentes de tráfico, 34 ramas caídas, ocho rescates y 59 inundaciones. Entre ellas, las de los bajos del Hospital Virgen Macarena o los del Palacio de Exposiciones y Congresos, que se ha visto obligado a posponer la inauguración del Salón Internacional del Motor. Justo a esa hora, el Ayuntamiento decidía elevar la fase de emergencia local nivel uno.

Pero ya para entonces, muchos ciudadanos, en las calles y en las redes, habían empezado a cuestionar la falta de previsión por parte de la Junta y el Ayuntamiento ante esta borrasca. Además de cuestionar que no se hubiera recomendado suspender las clases, cuando sí se había hecho un año antes en circunstancias similares, se ha criticado la falta de reacción por parte del consistorio. “Dicen que tratemos de evitar los desplazamientos innecesarios, pero cómo voy a recoger a mis hijos al colegio, cuando no lo han cancelado, y dónde está la policía local para regular el tráfico o las indicaciones de que no pasemos por las calles que están inundadas”, se preguntaba Rocío Serna, a eso de la una de la tarde, mientras aparcaba en doble fila unas calles más debajo del colegio de sus niñas.

El PSOE de Sevilla también ha criticado la “falta de previsión” del Ayuntamiento, al que ha acusado de no adoptar “medidas preventivas ni coordinación entre los servicios municipales”, ante el paso de un temporal de cuya intensidad se sabía. La edil Sonia Gaya ha denunciado que “los imbornales siguen sin limpiar, que las obras abiertas en muchas calles han agravado el problema y que la suciedad acumulada ha bloqueado los husillos, impidiendo el correcto drenaje del agua”, una crítica compartida por muchos sevillanos que han visto cómo no podían regresar a sus casas del trabajo, por estar las avenidas anegadas.

El Ayuntamiento esgrime a través de sus redes sociales que no hay constancia en registros oficiales de que la ciudad (estación principal) haya registrado de 115 l/m² en 24 horas (hoy en solo en 13 horas). El máximo registrado, indica el consistorio, en la serie de Sevilla capital es de 109,3 l/m2 el 2 de noviembre de 1997.

En Rota (Cádiz), otra manga marina, el temporal ha causado daños en la zona de Costa Ballena. Todo Andalucía, salvo Almería, ha estado bajo aviso: rojo en Huelva, hasta las dos de la tarde, naranja en Sevilla y Córdoba, hasta las 21 horas, y amarillo en Cádiz, Jaén, Málaga y Granada.

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