El PP andaluz, a punto de agotar su reserva de diputados
Un total de 80 parlamentarios han ocupado los 58 escaños del grupo popular en lo que va de legislatura
Es ley de la vida política la pugna por ir bien situado en una candidatura electoral que garantiza, entre otras cuestiones, la estabilidad laboral en los próximos cuatro años, el tiempo que dura una legislatura parlamentaria si no se convocan con antelación las siguientes elecciones. En la mayoría de los casos, ir el último en la lista tiene un valor meramente simbólico, no representa un castigo, al revés, es un reconocimiento...
Es ley de la vida política la pugna por ir bien situado en una candidatura electoral que garantiza, entre otras cuestiones, la estabilidad laboral en los próximos cuatro años, el tiempo que dura una legislatura parlamentaria si no se convocan con antelación las siguientes elecciones. En la mayoría de los casos, ir el último en la lista tiene un valor meramente simbólico, no representa un castigo, al revés, es un reconocimiento a la persona que cierra la plancha de votación que intuye como algo imposible acceder al acta.
Pero esa situación no está tan lejana de darse. El PP de Andalucía, que tiene un inmenso poder institucional en esta comunidad, está a punto de agotar la reserva de diputados en dos circunscripciones: Almería y Córdoba. Si deja su escaño alguno de los diputados de estas provincias el siguiente en entrar sería el último de la lista. En el caso almeriense, sería el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, el que tomaría posesión, aunque tendría que dejar la alcaldía de un municipio conocido por el sobrenombre de Roquetas de Amat.
La ley Electoral de Andalucía impide que los alcaldes compatibilicen este puesto con el de diputados, una reforma que impulsó el PSOE para impedir el tirón electoral de los alcaldes populares más votados en las listas autonómicas. El PP recurrió la ley, pero el Tribunal Constitucional la avaló.
El trasiego de entradas y salidas en el grupo popular se dio desde el inicio de la XII Legislatura, tras las elecciones de junio de 2022. Los entonces ex consejeros de la Presidencia, Elías Bendodo, y de Hacienda, Juan Bravo, fueron de los primeros en dejar sus actas autonómicas por Málaga y Jaén para ir en las listas al Congreso de los Diputados en las elecciones de julio de 2023. También la diputada por Almería Maribel Sánchez Torregrosa tuvo el mismo destino y hasta 12 diputados del PP tuvieron que marchar cuando se convocaron las elecciones municipales de mayo de 2023 ya que pasaron a ser alcaldes de sus municipios. Hoy el que cederá el turno será el granadino Jorge Saavedra a su paisano Fernando Egea.
En otras dos provincias (Málaga y Cádiz), el siguiente en entrar sería el penúltimo de la candidatura. Según los datos aportados por el portavoz del grupo popular, Toni Martin, a un grupo de periodistas, por los 58 escaños que sacó el PP en las últimas elecciones andaluzas han pasado ya un total de 80 diputados y otras siete personas que figuraban en sus papeletas renunciaron a coger el acta por diferentes motivos.
Aunque a la legislatura le queda poco más de un año de seguir esta progresión de altas y bajas podría ocurrir que los 109 aspirantes del PP a los 109 escaños que tiene el Parlamento autónomo tuvieran la suerte de debutar en la asamblea andaluza. Martín ha asegurado que no ha problemas de adaptación de los nuevos porque en el grupo hay “mucha motivación”.
Aunque la posibilidad de quedarse sin banquillo es muy remota -en caso de que el último renuncie en las listas también figuran cuatro suplentes-, el portavoz popular, por si acaso, ha consultado la ley Orgánica del Régimen Electoral (LOREG) y según su interpretación la norma permite que el máximo órgano de decisión del partido en la provincia (en este caso, la junta directiva) podría proponer un nombre. Fuentes jurídicas plantean sus dudas sobre esta salida, ya que está prevista para los ayuntamientos.
Fuentes parlamentarias aseguran que nunca se ha producido una situación similar a la actual. En las épocas electorales más boyantes del PSOE, en las primeras legislaturas, el aparato de la Administración de la Junta era bastante menor al actual, no había tanto puestos de responsabilidad para ocupar. El PP en la actualidad gobierna con mayoría absoluta en Andalucía, siete de las ocho capitales y seis de las ocho diputaciones. Y ese notable poder atrae a mucho aspirante a sentarse en el banquillo.