El alcalde de Sevilla anuncia una cuestión de confianza para salvar los presupuestos de 2024
Con esta decisión, que se votará este viernes, el regidor busca alejar el fantasma de un pacto con Vox a costa de un desgaste en su gestión
Vodevil, circo… Así se han referido los portavoces de los grupos municipales de PSOE y Con Podemos-IU al pleno extraordinario de esta mañana convocado para la aprobación de los presupuestos de 2024 del Ayuntamiento de Sevilla. Esos epítetos describían una votación cuyo desenlace estaba determinado de antemano —todos los grupos políticos iban a oponerse― y que era el trámite necesario para que el alcalde hispalense, el popular José Luis Sanz, pudiera anunciar la presentación de una cuestión de confianza y alejar el fantasma de la entrada de Vox en la corporación. El regidor ha anunciado en su última intervención en el pleno que se acogería a esta opción, que se debatirá este mismo viernes, en otro pleno extraordinario. Se trata de la misma estrategia que ya siguió el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y que también puso en práctica su antecesora, Ada Colau.
Fue el propio alcalde quien a principios de mayo, cuando Vox confirmó que habían mantenido negociaciones para su incorporación al Gobierno hispalense ―donde el PP gobierna en minoría —y que los populares negaron, anunció que volvería a presentar los presupuestos de 2024 —a los que renunció a principios de año tras constatar que no iba a tener apoyos por parte de los tres grupos de la oposición para prorrogar los de 2023, elaborados por el PSOE―, como paso previo para presentar una moción de confianza y forzar de esta manera su aprobación inmediata. Esa moción no prosperará este viernes, porque todos los partidos han anunciado que se opondrán. A partir de entonces, el resto de fuerzas políticas disponen de un mes para presentar una moción de censura, que tampoco se podrá plantear porque no suman la mayoría absoluta necesaria para hacerlo. Si ninguna formación se postulara, las cuentas saldrían adelante. “Es un alcalde con suerte, porque nunca nos vamos a poner de acuerdo con Vox”, ha reconocido el portavoz socialista y ex regidor de la capital, Antonio Muñoz, en referencia a la aritmética consistorial donde el PP gobierna en minoría con 14 concejales, por 12 del PSOE, tres de Vox y dos de Con Podemos-IU.
“Presupuesto va a tener esta ciudad, y la única opción para no tenerlo es que ustedes presenten una moción de censura. Les animo a que empiecen a explicarles ustedes a los sevillanos cuáles son los detalles de la moción de censura que van a plantear ustedes junto con Vox y Podemos”, le ha dicho Sanz a Muñoz, después de que todos los grupos votaran no a unos presupuestos de 1.300 millones de euros y anunciara la moción de confianza. La vía explorada por el alcalde retrasará hasta julio la aprobación de las cuentas, dejando un escaso margen de medio año para su completa ejecución. Todo a costa del enorme desgaste político que supone para el alcalde por la pérdida de dos votaciones determinantes en una misma semana.
El debate de esta mañana no ha girado, sin embargo, en torno al contenido de esas cuentas, sino a como justificar la presentación de la cuestión de confianza. Mientras el alcalde ha acusado al resto de grupos políticos de bloquear el gobierno de la ciudad, estos han puesto el foco en la debilidad de Sanz, incapaz de gestionar la capital andaluza en minoría. “PSOE y Vox unen sus fuerzas no contra este alcalde, sino contra la ciudad de Sevilla”, ha dicho el regidor, reiterando el argumento de la pinza, que ya utilizó en mayo cuando adelantó su intención de explorar la vía Collboni y que también utilizó el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, para justificar el adelanto de las pasadas elecciones autonómicas.
“La gobernanza no se resuelve ni forzando la aprobación de un presupuesto con una cuestión de confianza, eso no va a resolver el problema de no saber gobernar Sevilla”, ha sostenido Susana Horrillo, la portavoz de Con Podemos-IU. “Tendrá que acudir a la excepcionalidad para aprobar unos presupuestos que estarán vigentes en julio y que solo le van a servir para este curso”, le ha advertido al alcalde la representante de Vox, Cristina Peláez, que ha vuelto a recordar que ha tenido que llegar a esta situación después de “tres meses mareando la perdiz con conversaciones entre nuestra formación para negarse a llegar a negociaciones de gobierno”. “Va a aprobar el presupuesto desde la gatera”, le ha replicado Muñoz.
El dirigente socialista ha negado el argumento de Sanz de que la ciudad esté bloqueada y ha recordado que desde que se prorrogaron los presupuestos de 2023, la mayoría de las modificaciones presupuestarias que ha propuesto el PP han salido adelante gracias al apoyo del PSOE. “¿O no han celebrado la Feria, o no se están pagando las nóminas y firmando los contratos?”, ha recordado Muñoz, en un irónico intercambio de papeles, para contradecir el escenario de caos que había planteado el delegado de Hacienda, Juan Bueno, en la presentación de las cuentas. El dirigente socialista ha recordado que su formación le ofreció tanto durante la primera negociación de las cuentas de 2024, durante el invierno, como en las últimas semanas, un programa con 27 propuestas. El PP, a través de una carta, informó de que había aceptado incorporar 15, pero para ninguna de ellas se ha realizado una dotación presupuestaria en las partidas presentadas este lunes. “Negociar no es mandar un email y una carta a la prensa, no es aceptar 15 propuestas que no tienen reflejo presupuestario. Sevilla no está bloqueada, quien está bloqueando Sevilla es usted”, le ha confrontado Muñoz a Sanz.
“Alcalde intervenido”
Sanz decidió recuperar los presupuestos de 2024, que había abandonado en invierno tras constatar la falta de apoyos, en plena tormenta política y mediática, después de que Diario de Sevilla diera a conocer las conversaciones que el PP había mantenido con Vox para que la formación ultra entrara a formar parte del gobierno municipal, un peaje que siempre habían exigido para garantizar su apoyo a los presupuestos municipales y a cualquier iniciativa relevante de Sanz en el consistorio. Peláez reconoció que esas conversaciones “estaban avanzadas”, pero el PP en tromba -tanto la dirección nacional como el propio Moreno- negó la mayor. A punto de iniciar la campaña de las europeas, a los populares, y sobre todo al presidente de la Junta, que encarna el perfil más moderado de los conservadores- no les interesaba dar verosimilitud a un acuerdo con la extrema derecha en el cuarto ayuntamiento más importante de España. Después de varias reuniones entre Sanz y Moreno, el alcalde anunció que iba a seguir la vía Collboni para gobernar con presupuestos propios.
Todos los grupos han llamado la atención al alcalde hispalense sobre el poco margen de maniobra que tiene para gobernar debido a la dependencia de los intereses de Génova o de la Junta de Andalucía. “Usted no manda en Sevilla, las decisiones para la gobernanza de Sevilla se toman en San Telmo [sede del Gobierno andaluz]”, le ha dicho Horrillo. “Ha traicionado a sus votantes”, ha afirmado Peláez. “Es un alcalde intervenido”, ha seguido Muñoz, en alusión al supuesto veto de la Junta al acuerdo de gobierno con Vox y a la oposición a dos de las propuestas del PSOE que el PP se había avenido a negociar para lograr el apoyo a sus presupuestos, la ley de capitalidad y la tasa turística, a las que el Ejecutivo autónomo se opuso la semana pasada.
La vía Collboni garantizará a Sanz la aprobación de sus primeros presupuestos, pero a costa de un alto desgaste político y sin garantías de que salgan adelante otras iniciativas clave para impulsar sus proyectos, como la creación de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana, la figura de un segundo secretario que agilice el día a día de la gestión municipal o la modificación de suelos en el barrio de Tablada para compatibilizar viviendas con zonas verdes, un planteamiento que cuenta con la oposición no solo de los partidos de izquierda sino de agrupaciones de vecinos y grupos ecologistas.
A la erosión política que implica su reprobación, hay que sumar los escasos avances en los que fueron dos de sus ejes de su campaña: la limpieza -la suciedad no ha menguado desde que tomó la vara de mando hace un año- o la proliferación de pisos turísticos -que se han incrementado un 20% bajo su mandato, pese a que prometió que él no daría ni una licencia más-. En este tiempo, también han suscitado polémica su intención de hacer pagar a los visitantes por entra en la Plaza de España o el referéndum para cambiar la duración de la Feria. “Sus ocurrencias dañan la imagen de Sevilla”, le ha reprochado Muñoz.