Sin cita en Andalucía para hacer el testamento vital

La avalancha de peticiones, la falta de personal y problemas informáticos obliga a los puntos de registro a cerrar las agendas y relegar los trámites hasta seis meses

José Díaz, que ha iniciado los trámites para recibir la eutanasia y no tiene cita para hacer el testamento vital, es ayudado por su hermana Sandra en su domicilio de Huelva.PACO PUENTES

Carlos y Lorena, que prefieren no dar su identidad real, tuvieron que adelantar sus vacaciones este verano y regresar a Sevilla a finales de agosto para poder hacer su testamento vital. Llevaban dos años tratando de obtener una cita a través del servicio telefónico Salud Responde, pero el mensaje siempre era el mismo: que ya no había fechas disponibles para los próximos seis meses. “Cuando lo volvíamos a intentar pasa...

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Carlos y Lorena, que prefieren no dar su identidad real, tuvieron que adelantar sus vacaciones este verano y regresar a Sevilla a finales de agosto para poder hacer su testamento vital. Llevaban dos años tratando de obtener una cita a través del servicio telefónico Salud Responde, pero el mensaje siempre era el mismo: que ya no había fechas disponibles para los próximos seis meses. “Cuando lo volvíamos a intentar pasado ese tiempo, nos volvíamos a encontrar con la misma situación”, explica Lorena. El incremento de solicitudes de este tipo —tras el parón por la pandemia― unido a la falta de personal suficiente, propició el colapso y que los puntos de registro de esa provincia andaluza dejaran de otorgar turnos, según reconoció la Consejería de Salud. El bloqueo, sin embargo, se ha extendido al resto del territorio andaluz, según ha denunciado la ONG Derecho a Morir Dignamente (DMD).

La organización lleva alertando de la situación de colapso en las provincias de Sevilla y Granada desde principios de abril de este año. “Tuvimos una reunión con el viceconsejero de Salud y varios altos cargos de la Consejería el 13 de marzo para manifestarles que las citas para hacer el testamento vital se otorgaban con plazos muy largos y les planteamos la posibilidad de solicitarlas online”, explica su portavoz Eva Camps.

“Nos reconocieron que eran conscientes del problema en el caso de Sevilla y nos dijeron que se ampliarían los puntos de registro si hubiera más demanda y que eso podría producirse en junio, tras la campaña de formación del personal”, continúa, para asegurar que ninguno de esos compromisos se han cumplido. “Al revés, estamos peor”, concluye, apuntando a los últimos datos confirmados la semana pasada de las provincias de Almería y Jaén, donde tampoco están disponibles las agendas para solicitar cita. En Andalucía hay 55 puntos de registro ubicados en centros sanitarios y en las ocho Delegaciones territoriales de la Consejería de Salud, según los datos facilitados por ese departamento, en los que trabajan 142 personas, la mayoría de perfil sanitario, que compaginan esta actividad con las funciones específicas de su puesto de trabajo.

Fuentes de la Consejería de Salud explican que tras la alta demanda de solicitudes de inscripción de las voluntades vitales anticipadas tras la pandemia “se están acometiendo una serie de medidas a nivel estructural, organizativo y de dotación de recursos que garanticen una respuesta ágil, eficaz y adaptadas a las necesidades la ciudadanía”. Unas actuaciones que pasan el refuerzo de las sedes del registro a través de actuaciones de formación y a incrementar el número de profesionales. Las mismas fuentes reconocen que la actualización del sistema informático utilizado para la tramitación de los testamentos vitales “está ocasionando dificultades técnicas durante la tramitación de las inscripciones” y señalan a que se está trabajando en una nueva aplicación que permitirá mejorar las gestiones.

“En julio se nos ocurrió pensar que igual en verano, por aquello de que la gente está fuera, podía haber hueco y volvimos a intentarlo. Nos dieron cita en los últimos tres días de agosto, pero uno en cada sitio, así que tuvimos que volver antes de vacaciones”, explica Carlos. En estos dos años, además de probar suerte llamando a Salud Responde, el teléfono del Servicio Andaluz de Salud (SAS) habilitado para gestionar las citas, también se desplazó en persona hasta los puntos de registro. “Probamos hasta en otras provincias, pero nada”, señala.

“No podemos aguantar tanto”

Carlos y Lorena decidieron dejar por escrito qué tratamientos querían y cuáles rechazaban en el caso de que en un futuro el deterioro de su salud fuera irreversible y no tuvieran capacidad para tomar decisiones a raíz de la enfermedad y la muerte de un conocido muy cercano. “En nuestro caso, esto ha supuesto un pequeño trastorno burocrático, pero menos mal que tenemos salud”, sostiene Lorena. No es el caso de Julio Díaz. El 26 de marzo de 2021, como consecuencia de un accidente doméstico, perdió la visión y su movilidad también empezó a deteriorarse de manera progresiva, hasta el punto de que ya no tiene fuerzas para apretar las teclas del ordenador con el que se comunicaba con su familia. Tras tratar de quitarse la vida en varias ocasiones, su psiquiatra le habló de la ley de eutanasia. “Eso supuso una esperanza para él”, sostiene su hermana Sandra.

Puso en marcha el proceso en su ciudad natal de Huelva al poco tiempo de aprobarse en el verano de 2022, pero tras sortear los procesos de médicos objetores de conciencia, tener que desplazarse hasta Manzanilla (a 54 kilómetros) para las revisiones médicas e incluso afrontar un procedimiento contencioso-administrativo contra la decisión de la comisión de no declararlo apto, que perdió y cuyo recurso le llevaría más de un año —un tiempo que no quiere vivir―, ha decidido reiniciar los trámites desde cero.

“Lo primero es el testamento vital, pero cuando en verano pedimos cita, nos dijeron que en Huelva no había posibilidad hasta mediados de enero”, explica Sandra. “Mi hermano cada día pierde más movilidad, apenas puede comunicarse conmigo y con mi madre, hace signos con la mano y en la mesa, pero si esto tarda más, nos volveremos a encontrar con problemas para que pueda hacer su voluntad vital anticipada. No podemos aguantar tanto”, cuenta con angustia.

A lo largo de 2023, en Andalucía se registraron 4.931 testamentos vitales, según los datos correspondientes a diciembre de este año facilitados por la Consejería. En este tiempo, Salud Responde ha tramitado 9.866 citas, constatándose menos del 1% de incidencias ocasionadas por fallos en la aplicación informática, según esa misma información. Tras la pandemia, en todas las Comunidades Autónomas se aprecia un repunte de inscripciones de instrucciones previas ―la denominación genérica que se da a este tipo de documentos― en el registro nacional, según se aprecia en el recuento del Ministerio de Sanidad.

Con el covid, según los datos que maneja la consejería, el descenso en las solicitudes alcanzó casi el 50%, pero la región andaluza no es donde más creció tras volver a la normalidad (Cataluña, Madrid y País Vasco ocupan las primeras posiciones). De acuerdo con las últimas cifras que maneja el ministerio correspondientes a enero de este año, en la comunidad 49.072 personas registraron su voluntad vital anticipada desde el inicio del Registro, casi el 12,2% del total nacional.

Trabas a la eutanasia en Andalucía

“Hay mucha opacidad con los datos de la Junta”, señala Camps. “Hasta 2019 la administración publicaba un informe detallado por trimestres, pero eso desapareció, al igual que la opción de acceder al Registro de Voluntades Anticipadas con certificado electrónico”, apunta.

Andalucía fue la última comunidad en regular la comisión de garantía y verificación, encargada de verificar y controlar el cumplimiento de la ley de eutanasia y sus procedimientos, uno de los pilares básicos para poder aplicar la nueva norma. Antes también había puesto trabas al acceso a la eutanasia al obligar a ratificar el testamento vital. Estrella López, que solicitó su derecho a morir dignamente al poco de constituirse este organismo, denunció en una carta póstuma publicada en este diario el viacrucis por el que la administración andaluza le hizo pasar para ejercer esa prerrogativa. “Una auténtica carrera de obstáculos y dilaciones, cuando no vejaciones, intromisiones en la intimidad de mi pena y la de los míos, ha sido añadir sufrimiento al sufrimiento”, describía.

El entonces consejero de Salud, Jesús Aguirre, reconoció que el Gobierno andaluz cumplía con la ley, pero que abogaba por la vía de los cuidados paliativos. “Estoy absolutamente convencido de que estos retrasos corresponden a una cuestión ideológica. A este ejecutivo no le gusta lo de la muerte digna”, indica Carlos, que es portavoz en Andalucía de uno de los principales sindicatos. “Quienes se ocupan de tramitar el testamento vital son trabajadores sociales, no tendría por qué haber déficit de este tipo de profesionales”, indica y apunta: “Por cierto, nos atendieron estupendamente, orientándonos en todo”.

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