La 30ª edición del Premio de la Comunicación reconoce la honestidad y el rigor como pilares del buen periodismo
La Asociación de la Prensa de Sevilla reconoce a las periodistas Lourdes Lucio y Lucrecia Hevia
La honestidad y el rigor fueron ayer los protagonistas de la 30ª edición del Premio de la Comunicación de la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS). Esas son las bases para un periodismo de calidad que pueda recuperar la credibilidad en los medios de comunicación “en la era de la gran mentira” —como destacó su presidente Rafael Rodríguez― y son las hebras con las que han hilado ...
La honestidad y el rigor fueron ayer los protagonistas de la 30ª edición del Premio de la Comunicación de la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS). Esas son las bases para un periodismo de calidad que pueda recuperar la credibilidad en los medios de comunicación “en la era de la gran mentira” —como destacó su presidente Rafael Rodríguez― y son las hebras con las que han hilado su trayectoria profesional las periodistas premiadas: Lourdes Lucio, redactora de EL PAÍS, y Lucrecia Hevia, directora y fundadora de El Diario.es/Andalucía, y los que merecieron una mención especial: Encarna Freire, Rosa Llacer y Miguel Gallardo.
Lucio, referente de la información política y parlamentaria de Andalucía, desveló durante su intervención las líneas maestras que han guiado sus crónicas: “Pregunto, repregunto, escucho y dudo de lo que me dicen”. La periodista, que también ha reconocido que la profesión deja un poso indeleble del que es imposible desprenderse —”un periodista no se jubila nunca”―, también reconoció la influencia del que fuera su primer jefe, entrenador de baloncesto y responsable de que ella eligiera ese camino profesional, Miguel Gallardo, también reconocido en la gala. “En el periodismo, como en el baloncesto, siempre hay que defender bien”, dijo Lucio, que también reveló otro de los consejos que le dio su mentor: “Me enseñó a ser honesta y a que un periodista tiene que ser capaz de sacar una noticia cada día y eso siempre lo he llevado en la cabeza”.
La honestidad también fue un elemento recurrente de la intervención de Hevia, quien reivindicó la importancia del periodismo local y del trabajo “serio y riguroso para informarse, no para buscar munición”. Esos son los principios que han guiado la apuesta de El Diario.es/Andalucía desde que arrancó hace 10 años como una apuesta e implicación personal de varios periodistas, entre ellos Hevia. La directora reivindicó la necesidad de ser optimistas ante el futuro de la profesión y “la alegría, el humor, la irreverencia y el corazón”, como herramientas no solo para ejercer el periodismo, sino para encarar la vida.
La 30ª edición del Premio de la Comunicación de la APS también incluyó el nombramiento como socio de honor a quien fuera el fundador del galardón y presiente de la entidad, Santiago Sánchez Traver. El veterano periodista defendió los principios que definen la profesión como garantes y diferenciadores de quienes la ejercen conforme a esos parámetros y quienes publican en las redes sociales. “Cualquiera se hace un perfil en Twitter y empieza a publicar información sin ser periodista y dice que derecho a informar, pero sin los deberes de informar, que son contrastar, independencia, ética...”, señaló.
La gala, celebrada en la sede de la Fundación Cajasol en Sevilla, fue conducida de manera ágil y muy amena por el periodista José Luis Losa, que sin perder ese buen humor al que aludió Hevia, deslizó algunos de los problemas que cercan a la profesión: la inmediatez impuesta por la influencia de las redes sociales que obliga a los periodistas a hacer malabarismos para informar casi al mismo tiempo en todo tipo de formatos y plataformas o la amenaza de la inteligencia artificial con programas capaces hasta de redactar una noticia, eso sí, sin el alma ni el rigor que definen el buen periodismo.
Y sobre la importancia de “buen periodismo” para garantizar “una buena democracia” pivotó el discurso del presidente de la APS. “Sin buenos periodistas no hay buen periodismo y sin buen periodismo no hay buena democracia”, concluyó. Rodríguez advirtió de que la sociedad vive inmersa en “la gran mentira y la gran desinformación” y alertó sobre el peligro del “silencio cómplice” por parte de los medios de comunicación. Hizo hincapié en “la honestidad y la calidad”, como la argamasa con la que cimentar el camino para recuperar la credibilidad de los ciudadanos en el periodismo. Unos principios que también los destacó previamente durante su intervención el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz. Para el regidor, una “sociedad bien informada” es la clave para el buen desarrollo de nuestra democracia, en unos momentos donde imperan “las fake news”.
Tras destacar la presencia de cuatro periodistas premiadas, dos de ellas directoras de medios —Hevia y Llacer―, Rodríguez reivindicó la presencia de más mujeres al frente de puestos de mando, teniendo en cuenta que son mayoría en las plantillas de las redacciones y también animó a las nuevas generaciones a hacer “periodismo andaluz, en andaluz, desde Andalucía y para Andalucía”.