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Crisis en la rama juvenil de Vox entre denuncias de desvío de los fondos recaudados para las víctimas de la dana

Dirigentes de Revuelta presentan la dimisión y denuncian a la Fiscalía las cuentas de la asociación que promovió el cerco a la sede del PSOE

Revuelta, la marca juvenil de Vox, que promovió las movilizaciones ante la sede federal del PSOE en la madrileña calle Ferraz en noviembre de 2023, ha entrado en una grave crisis con dimisiones en su junta directiva y denuncias a la Fiscalía ante las sos...

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Revuelta, la marca juvenil de Vox, que promovió las movilizaciones ante la sede federal del PSOE en la madrileña calle Ferraz en noviembre de 2023, ha entrado en una grave crisis con dimisiones en su junta directiva y denuncias a la Fiscalía ante las sospechas de desvío de las donaciones de decenas de miles de euros recaudadas para ayudar a los damnificados de la dana que sufrió Valencia en octubre del año pasado. El vicepresidente de la asociación, Arturo Villarroya González, ha anunciado a través de las redes sociales su dimisión y la de otro miembro de la Junta Directiva, Javier Esteban Bejarano; mientras que, en un mensaje separado, también ha comunicado su baja la exportavoz de Revuelta Elsa Almada. Los dos primeros, según explica Villarroya, presentaron el pasado 5 de noviembre una denuncia ante la Fiscalía “por presuntas irregularidades graves, posible estafa en el destino de fondos y en el cobro de cuotas de afiliación sin derechos asociados” contra el presidente de la organización, Jaime Hernández Zúñiga, y sus dos hombres de confianza, Santiago Aneiros y Pablo González Gasca,

Villarroya, asesor del grupo parlamentario de Vox en el Parlamento Europeo, explica que, junto a su compañero dimisionario, reclamó a Hernández “acceso a movimientos de cuentas, conocer el destino de los fondos recaudados para la dana”, así como los impuestos pagados y posibles pagos directos realizados por la asociación tanto a su presidente como a la empresa de este, Picaporte, además de “posibles retiradas de efectivo y cualquier contratación realizada en nombre de Revuelta”. También pidieron, añade, “la convocatoria de una junta directiva y de una asamblea con notario para revisar la situación y decidir la liquidación ordenada de la asociación, saldando cuentas fiscales pendientes y donando cualquier remanente a los damnificados reales”. Ante la falta de respuesta, ambos directivos presentaron la dimisión y denunciaron las presuntas irregularidades ante la Fiscalía.

También la exportavoz de Revuelta justifica su baja en la organización por las sospechas sobre el destino último de los fondos recaudados para las víctimas de la dana. “Las dudas razonables sobre la gestión interna, incluida la información relativa al uso de recursos y donaciones, no pueden ser ignoradas ni minimizadas. Y, lejos de aclararse, ante los requerimientos de transparencia, la respuesta fue un cierre total en banda”, alega Elsa Almada. No se conoce el importe de los fondos recaudados por Revuelta para ayudar a las víctimas de la dana pero, según fuentes próximas a Vox, podrían sumar cientos de miles de euros.

El comunicado de Villarroya explica que, para constituir Revuelta, Jaime Hernández y su entorno decidieron apoyarse en una asociación previa que tenían registrada, denominada Asoma, alegando que “era un trámite provisional y completamente válido y que adaptarían esa estructura a los estatutos y fines reales de Revuelta”. Sin embargo, el cambio de denominación y estatutos nunca se realizó y en los más de dos años transcurridos desde su creación “no se ha convocado ni una sola junta o asamblea, no existe acta alguna, y jamás se han visto ni firmado documentos, cuentas, contratos, facturas, declaraciones fiscales o movimientos bancarios”, por lo que el presidente y sus más estrechos colaboradores han actuado con total opacidad y sin rendir cuentas.

Revuelta, que había desaparecido de la escena pública después de la dana, reapareció el pasado domingo convocando una manifestación ante la sede del PSOE solo una hora después y a 600 metros de la concentración organizada por el PP en el templo de Debod en Madrid. La protesta fue un fiasco y solo reunió a unas 400 personas; entre otras razones porque Vox no movilizó a sus afiliados para secundarla. Este hecho puso en evidencia el distanciamiento de la dirección del partido ultra respecto a la organización que había promovido para impulsar el hostigamiento a la sede federal del PSOE en 2023. El primer síntoma de este distanciamiento fue el despido del propio Javier Hernández, que hasta el año pasado trabajaba como empleado del partido ultra en su sede central en la madrileña calle Bambú. Se da la circunstancia de que el todavía presidente de Revuelta es cuñado del exresponsable de comunicación y diputado de Vox Manuel Mariscal.

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