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Nevenka Fernández, en el acto por el 25-N en el Congreso: “Me marché llena de culpa, de vergüenza y de miedo”

Vox se ausenta un año más de la actividad organizada por la Cámara baja

“Me marché llena de culpa, de vergüenza y de miedo. Estuve sola muchos años”, ha resumido este martes Nevenka Fernández, la primera mujer que logró la condena a un político en España por acoso sexual. “Lo que mejor demuestra el cambio desde hace 25 años es que hoy estamos aquí”, ha incidido en el acto institucional organizado por el Congreso con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el que también ha pedido “educación, educación y educación” para acabar con esta lacra. Un coloquio al que un año más ha plantado Vox, partido que niega la violencia machista y ha puesto en jaque los consensos políticos sobre el problema.

“Éramos la tonta, la pobrecita, pero también la arpía”, ha relatado para referirse a la percepción que había sobre las mujeres que se atrevían a hablar entonces. Era marzo de 2001. En un hotel lleno de periodistas, Nevenka Fernández anunciaba su renuncia como concejala de Hacienda del Ayuntamiento de Ponferrada y señalaba a su alcalde, Ismael Álvarez, por acoso. “Tengo 26 años y tengo dignidad”, una frase recordada muchas veces desde entonces y que abrió camino en un país que no estaba acostumbrado a ese tipo de denuncias públicas, y mucho menos contra un político. El dirigente del PP fue declarado culpable y dimitió, pero la sociedad le dio la espalda a esa mujer joven y preparada que llevaba tiempo viviendo un “infierno”, se manifestó a favor de Álvarez y ella abandonó el país. A través de videoconferencia desde Irlanda, el Congreso ha acogido este martes su testimonio, publicado recientemente en El poder de la verdad (Penguin), escrito en primera persona.

“Hace 25 años había que ser muy valiente para escuchar a una mujer contar lo que la sociedad no estaba dispuesta a contar. Veníamos de una cultura en el que el lugar de las mujeres era la culpa. Hay que romper ese ciclo de culpa”, ha reclamado Fernández, que llama a mejorar el sistema para denunciar “de forma segura y sin las consecuencias devastadoras que implica para la víctima”. “Duraron años y la revictimización ocurrió durante muchísimo tiempo”, añade sobre su caso.

“Viví unos 17 años en el silencio. Me olvidé de aquella Nevenka para poder empezar una nueva vida y las manifestaciones del 8-M en España [en 2018], de La Manada, fueron una catarsis para mí. Todas aquellas mujeres diciendo ‘no estás sola’ pensaba que me lo decían a mí. Eso me motivó a contar mi historia (...) Era terapéutico comprender que no estaba sola”, ha relatado.

“Cuanto más acompañada está la víctima, y desde las instituciones debemos acompañar, más sencillo va a ser el proceso”, ha recogido el guante Cira García, jueza especializada en violencia de género que ha participado en el encuentro organizado por la Cámara baja, presidido por la máxima autoridad de la institución, Francina Armengol, y moderado por la periodista Ana Requena. “El interrogatorio del fiscal [del caso Nevenka] fue un ejemplo de cómo no se debe interrogar a una víctima (...) Ha servido para que todos los operadores jurídicos nos hayamos horrorizado y dijésemos, ‘esto no puede volver a suceder”, ha añadido a lo largo de la charla García, que ha finalizado su intervención con un llamamiento a “no escatimar esfuerzos”. “Que este compromiso político que arrancamos hace tiempo no se quiebre independientemente de quien gobierne y que el Poder Judicial sea empático con la víctima”, ha reclamado el mismo día en que Teresa Peramato, con una trayectoria muy ligada a la lucha por los derechos de las mujeres, ha sido propuesta nueva fiscal general del Estado.

La propia Armengol ha reconocido la evolución del sistema, desde la aprobación de la ley de protección integral contra la violencia de género en 2004, aunque ha alertado sobre posibles retrocesos, en referencia a los postulados de la extrema derecha. “Es un orgullo haber pasado de preguntar a las mujeres en sede judicial si cerraron bien las piernas frente a una violación a contar con juezas que afirmen que escuchar a una víctima desde la empatía es otra forma de reparación. Aún hay cómplices de la opresión, aún. Crecen, hay negacionistas de la violencia estructural contra las mujeres. Pero los pasos avanzados son señal de que detenernos no es una opción. Debemos seguir caminando”, ha alentado.

El acto ha concluido con la lectura de los nombres de las mujeres asesinadas este 2025 por violencia machista y la colocación de una vela por cada víctima en la escalinata de la fachada del Palacio. Minutos antes, emocionada y entre aplausos, Fernández reconocía a esas mujeres. “Tengo suerte de estar aquí hoy por todas las que ya no pueden hablar”, decía.

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