Moreno pide una “mayoría de estabilidad, para que continúe el cambio en Andalucía”
El presidente andaluz ha querido aislar su congreso regional del ruido de la política nacional y los cribados
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, arrancó la semana en la que será reelegido presidente del PP andaluz con la presentación de sus memorias, Manual de convivencia. La vía andaluza, donde defiende la senda de la moderación, frente a la hipérbole de la política nacional, como la clave que le aupó a la mayoría absoluta. Esa vía andaluza empezó llamándose encapsulamiento en su primera legislatura: aislar Andalucía y el gobierno de coalición, entre populares y Ciudadanos, con apoyo externo de Vox, de los vaivenes que ocurrían más allá de Despeñaperros y en sus propias formaciones. Y así se ha diseñado el 17º congreso regional, como un cónclave sin estridencias, donde solo se hable de la gestión de Moreno y la estabilidad que ha conseguido traer a la comunidad, aislándolo de los otros grandes debates que afectan a su formación: la sucesión de Carlos Mazón en Valencia y la confirmación de que la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, será juzgado por fraude fiscal y falsificación de documentos. En ese aislamiento también entra la crisis de los cribados, a la que Moreno solo ha aludido, de forma velada, en el discurso de presentación de su candidatura.
En las anteriores elecciones, el líder del PP andaluz pidió a los andaluces una “mayoría suficiente”, es decir, absoluta para no depender de nadie. Lo logró. Cuatro años después va volver a repetir el mismo mensaje, pero ahora la llama “mayoría de estabilidad”. Ninguna duda tiene el barón andaluz de su victoria, tampoco ningún sondeo, pero lo que desconoce es por cuánto. Ahora tiene 58 escaños de un total de 109, cuatro más de la mayoría absoluta. Todo dependerá de cómo se muevan los restos en una comunidad con ocho circunscripciones, y de lo que pueda ocurrir en estos ocho meses hasta los comicios previstos para no más allá de junio de 2026.
Moreno ha presentado su candidatura a la reelección como presidente del PP andaluz, cargo al que le accedió hace 11 años, ante el pleno del 17º Congreso Regional para pedirles a los suyos que no se relajen. “Tenemos que acabar lo que hemos empezado. Os pido apoyo para consolidar el avance y transformación de Andalucía. El que crea que esto está ganado, se equivoca, el que escuche las críticas con desdén se equivoca”
El dirigente popular ha echado la mirada para atrás para recordar de dónde venía el PP andaluz, cuando la penetración de este partido era bastante irrelevante en todas las elecciones. “Partíamos de muy abajo, ser del PP era una mancha social, te señalaban con el dedo, a tu negocio, a tu familia, no estoy hablando de la prehistoria”. De ahí que haya apelado al “orgullo” de militar en el PP.
Los populares andaluces tienen claro que de la polarización en la comunidad ahora mismo solo se beneficia Vox, el único partido que sube en las encuestas y no solo a costa de los votos de los populares, sino de los desencantados del PSOE, según las encuestas casi diarias que maneja el equipo de Moreno. Por eso se pretende que nada distorsione ese perfil bajo que se quiere dar al congreso. El propio barón popular lo ha dejado claro esta mañana a su entrada al Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes). “Que se dejen de politiqueos”, ha dicho cuando ha sido preguntado por las negociaciones entre su partido y la extrema derecha para pactar al sucesor de Mazón al frente de la Generalitat valenciana.
Por “politiqueo” en el entorno del presidente andaluz se entiende la confrontación política, el ruido. De esta manera zanjaba Moreno uno de los asuntos que podía distorsionar el ambiente tranquilo de su congreso. El otro: la presencia de Díaz Ayuso, lo ha desactivado ella misma al anunciar que no iba a poder acudir a Sevilla por una “leve indisposición”. La presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid era, sin duda, el plato fuerte del cónclave, con permiso de Alberto Núñez-Feijóo, encargado de clausurarlo el domingo -ella misma se ha encargado toda esta semana de enfatizar que era, junto su homólogo de Murcia, Fernando López Miras, la única presidenta autonómica que iba a arropar a Moreno-, mucho más cuando su intervención iba a producirse un día después de que la Audiencia Nacional confirmara que su pareja se sentaría en el banquillo por sus presuntos delitos contra Hacienda.
Que los telediarios abrieran con sus palabras y no con el congreso era algo que incomodaba en el PP andaluz, precisamente porque sumaba decibelios a ese ruido que se trata de mitigar. Aún se recuerda cómo, en el anterior congreso regional de Granada, fue su discurso, en el que pidió a Moreno que “volara libre”, en clara alusión a quien entonces era el presidente del partido, Pablo Casado, el que obligó a cambiar el paso al entorno del dirigente andaluz que tuvo que ir enfatizando en público y en privado que Juanma era independiente.
El PP andaluz quiere reforzar con este congreso el perfil de gestor de Moreno, incidir en la estabilidad que ha logrado traer en Andalucía, gracias a la mayoría absoluta, frente a la debilidad del Gobierno central. Pero no solo. Los populares andaluces quieren lanzar la advertencia de que, sin esa mayoría, esa estabilidad corre peligro, al hacerla depender de Vox. El propio presidente andaluz deslizó esa idea el lunes durante la presentación de sus memorias: “Los andaluces no son conscientes de lo que tienen. Aprobar presupuestos cada año, sacar adelante leyes, decretos, vender estabilidad y confianza sería mucho más difícil de hacer y me remito a nuestros vecinos de Extremadura”, dijo en referencia al adelanto electoral en esa comunidad porque Vox decidió no apoyar los presupuestos.
Esa estabilidad se ha zarandeado este último mes debido a la crisis de los cribados, un asunto del que tampoco se ha hablado en lo que llevamos de congreso regional hasta que Moreno ha aludido, aunque de forma velada en su intervención. Como lleva haciendo desde que estalló el escándalo, ha insistido en que su Gobierno ha sabido pedir perdón y en que se está trabajando para reformar el sistema. “El sistema sanitario público funciona, con sus dificultades y su margen de mejora, pero funciona. Somos conscientes de que por muchos recursos que se pongan en la sanidad, nunca serán suficientes. Os garantizo que vamos a hacer todas las reformas que sean necesarias para que el sistema funcione al 100%”.
El entorno del presidente andaluz está confiado en que la crisis de los cribados empezará a desinflarse en cuanto todas las mujeres afectadas se hayan hecho la segunda mamografía y se asegure que los fallos no volverán a ocurrir y también están convencidos de que este asunto no permea en toda la sociedad andaluza, ni siquiera en todos los usuarios del Sistema Andaluz de Salud, sino a quienes realmente están afectados por el cáncer de mama.
Tampoco se ha referido a la crisis de los cribados Miguel Tellado, el secretario general del PP, principal cabeza de cartel de este sábado por la mañana, tras la baja de Ayuso por una indisposición. No ha defraudado en su tono bronco y beligerante. Ha sonado como el arañazo de un gato en una pared. Tellado ha arremetido contra el PSOE andaluz por el escándalo de los ERE para enlazarlo sin solución de continuidad con los casos de presunta corrupción en el PSOE nacional y vincular ambas etapas con la vicepresidenta primera y candidata de los socialistas andaluces a la Junta, María Jesús Montero. “Es la viva imagen de la corrupción política”, ha dicho de la ministra de Hacienda, ya que primero “formó parte de los gobiernos de los ERE” del PSOE en Andalucía y ahora del Ejecutivo de Pedro Sánchez. “Ha sido un constante cruce de caminos de la corrupción”, ha subrayado.
Sin embargo, este no era el tipo de discurso que querían escuchar en el PP andaluz. Montero ahora mismo no es la principal amenaza para la mayoría absoluta de Moreno, y la corrupción, insisten en el entorno de Moreno, es un tema que no da votos a quien lo airea. Más en sintonía ha estado el presidente de Murcia, López Miras, que sí se ha referido a Vox: “Los que están a nuestra derecha emplean más tiempo en criticarnos a nosotros, que al PSOE o a Montero en Andalucía, sabemos cómo va a ser la campaña”.
Moreno ha aprovechado el cónclave para vender alrededor de 200 ejemplares de su libro.