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El PSOE defiende el “mestizaje” de España frente a la visión “uniforme” de Vox

Los socialistas priorizan “la integración” de los 9,6 millones de inmigrantes en el país y de sus descendientes “ya plenamente nacionales”: “Las personas ya no toleran ser migrantes eternos y quieren ser aceptadas como parte de la sociedad”

El concepto que Vox tiene de España como un país “uniforme” no se corresponde con su “mestizaje”, que según la Fundación Avanza, el laboratorio de ideas del PSOE, es “uno de los rasgos más profundos de la identidad española”. Mientras el PP y Vox vinculan la inmigración irregular a la inseguridad y limitan sus propuestas al control de fronteras y expulsión de delincuentes extranjeros, el think tank que preside Manuel Escudero advierte de la “contaminación ideológica” del partido de Santiago Abascal sobre el de Alberto Núñez Feijóo y afronta el debate migratorio desde otra perspectiva: l...

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El concepto que Vox tiene de España como un país “uniforme” no se corresponde con su “mestizaje”, que según la Fundación Avanza, el laboratorio de ideas del PSOE, es “uno de los rasgos más profundos de la identidad española”. Mientras el PP y Vox vinculan la inmigración irregular a la inseguridad y limitan sus propuestas al control de fronteras y expulsión de delincuentes extranjeros, el think tank que preside Manuel Escudero advierte de la “contaminación ideológica” del partido de Santiago Abascal sobre el de Alberto Núñez Feijóo y afronta el debate migratorio desde otra perspectiva: la “integración” de los 9,6 millones de inmigrantes asentados en España, de los que siete millones no tienen la nacionalidad, con la prioridad de que sus descendientes, “que ya son plenamente nacionales, se sientan plenamente integrados como cualquier otro ciudadano”.

“El uso incorrecto de términos como segunda o tercera generación profundiza su exclusión y perpetúa la idea de que el hecho migratorio, y, por tanto, la condición de extranjero, sigue vigente, aun cuando hayan nacido y se hayan criado en Europa”, previene el informe La integración de la inmigración: una responsabilidad pendiente, realizado por Mohammed Azahaf, experto en migraciones, y Escudero. “Combatir la discriminación requiere cambiar actitudes, ejercer liderazgo y usar un lenguaje inclusivo. Hay que evitar etiquetas, las personas ya no toleran ser migrantes eternos y quieren ser aceptadas como parte de la sociedad como cualquier otro ciudadano”, añade el estudio. El PP ha dado la espalda a la reclamación de la Iglesia de impulsar una iniciativa legislativa popular, que en un principio sí apoyó, para regularizar a medio millón de extranjeros. Los socialistas la apoyan “porque está basada en el hecho fundamental de que se trata de inmigrantes que ya trabajan y aportan valor a la sociedad”.

El PSOE se mentaliza a librar con Vox una “batalla cultural a largo plazo” por su “visión de la españolidad”, que convierte su rechazo a la inmigración y a las políticas de asilo es uno de los pilares del ideario de la formación ultra, que ha logrado que el PP asuma parte de su doctrina en su intento de frenar el ascenso de la ultraderecha en las encuestas, con propuestas como el “visado por puntos” para endurecer el acceso a los permisos de residencia permanente de los inmigrantes. “Aunque hasta el momento actual la integración de los inmigrantes no era un tema conflictivo en España, Vox ha pasado a un ataque directo de esta realidad”, subraya la Fundación Avanza.

El partido de Abascal defendió en julio deportar a ocho millones de inmigrantes y a sus hijos. “Será un proceso complejo, pero tenemos derecho a sobrevivir como pueblo”, alegó Rocío de Meer, diputada en el Congreso. Unas semanas después se produjeron los disturbios de Torre Pacheco (Murcia), donde grupos de extrema derecha intentaron “dar caza a los inmigrantes”. “Para esa brutal consigna era igual que esos potenciales enemigos fueran españoles hijos de migrantes afincados de por vida en el municipio, tan españoles como sus potenciales agresores”, destacan los autores del estudio. Y añaden: “No podemos pedirles que se comporten como miembros de pleno derecho —españoles, europeos— si, al mismo tiempo, se les recuerda constantemente que ellos y sus familias no lo son".

Unos días después ocurrió el “ataque directo a la libertad religiosa” en Jumilla, de nuevo en la misma comunidad autónoma, donde el PP y Vox aprobaron una enmienda contra el rezo colectivo del fin del Ramadán y la Fiesta del Cordero, las dos grandes fiestas musulmanas, en instalaciones municipales. “El laicismo debe compatibilizarse con el respeto a la libertad religiosa. Es necesario actualizar acuerdos religiosos y garantizar derechos básicos, como acceso a cementerios, para evitar la discriminación”, propone Avanza, que subraya que el libre ejercicio de la religión y sus ritos, o el de los cementerios musulmanes, “apenas existentes en territorio español”, deben ser abordadas con urgencia y facilitadas por los municipios competentes en la materia. “La cuestión de los cementerios es preocupante, ya que no puede ser que incluso en la muerte las personas sean discriminadas”, concluye.

Los inmigrantes “no están expulsando” a los españoles de sus puestos de trabajo y tampoco están detrás de un aumento de la delincuencia, insiste el laboratorio de ideas socialista. Sin embargo, Vox condiciona el relevo de Carlos Mazón en la Generalitat valenciana a que el PP acepte sus exigencias en migración y contra las políticas verdes. “Sabemos por las experiencias vividas en otros países en el terreno laboral y en el de seguridad, que estas percepciones son difícilmente erradicables porque los partidos políticos de extrema derecha seguirán esforzándose para que esas percepciones existan y arraiguen en sectores importantes de la población, y porque la utilización de bulos esparcidos a través de las redes sociales va a reforzar estas percepciones. Esto nos lleva a concluir que una de las tareas más importantes para poner coto a la desinformación en nuestro país debe centrarse en los bulos referentes a la inmigración”, observa el informe. En 2021, 2,5 millones de personas nacidas en España tenían al menos un progenitor extranjero, lo que representaba el 6,5% de la población, aunque este porcentaje superaba el 30% entre los menores de tres años, “dejando entrever la importancia futura de los descendientes de inmigrantes”.

Una de las recomendaciones de Azahaf y Escudero es que las instituciones reflejen la diversidad social “para promover inclusión, combatir estereotipos y garantizar igualdad de oportunidades”. El 20% de los casi 50 millones de habitantes de España es de origen extranjero, pero el Congreso solo cuenta con un puñado de diputados de origen inmigrante que apenas supone un 2% del hemiciclo, lamentan los autores.

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