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La Policía frustra el intento de la peligrosa banda Tren de Aragua de establecerse en España

Detenidos 13 presuntos integrantes de esta organización criminal de origen venezolano conocida por sus atrocidades

Golpe policial a la peligrosa banda de origen venezolano Tren de Aragua. La Policía Nacional ha detenido a 13 personas como presuntos integrantes de la primera célula asentada en España de esta estructura criminal que en los últimos años se ha expandido por ocho países de América hasta convertirse en una amenaza trasnacional. Los arrestos frustran el intento de esta organización ―a la que se le atribuye en los Estados que opera desde hace años todo tipo de delitos, desde la trata de personas con fines de explotación sexual al narcotráfico, pasando por el tráfico de armas, la extorsión, el secuestro o los asesinatos por encargo― de establecerse en Madrid y Barcelona, donde ya había montado sendas infraestructuras con las que había comenzado a cocinar (termino utilizado en la jerga policial para referirse a la elaboración clandestina de droga) y traficar con esta sustancia, principalmente la llamada cocaína rosa o tusi, principal vía de financiación del grupo. Cuatro de los detenidos han ingresado en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional Antonio Pina.

La bautizada como Operación Interciti arrancó a finales de 2023, cuando agentes de la Comisaría General de Información (CGI) detectaron la presencia en España del hermano menor de Héctor Rustherford Guerrero Flores, Niño Guerrero, máximo líder del grupo y actualmente en paradero desconocido. Durante meses, la policía siguió los movimientos en Barcelona del familiar de Niño Guerrero para detectar las personas con las que se relacionaba, los lugares que frecuentaba y dónde se alojaba ante la sospecha de que podía estar intentando la implantación del Tren de Aragua, conocida por las atrocidades que comete para someter a los grupos rivales.

Sin embargo, en marzo de 2024 las pesquisas sufrieron un imprevisto porque las autoridades de Caracas difundieron entonces una orden de busca y captura contra él a través de Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal, en la que están integrados 196 países) por los delitos de terrorismo, tráfico de seres humanos, tráfico de armas, extorsión, blanqueo de capitales y asociación para delinquir. La Policía tuvo que detenerlo para extraditarlo. “Ese arresto perjudicó la investigación“, admiten fuentes cercanas a la investigación.

No sería el último obstáculo. El pasado junio otra orden internacional de detención, esta dictada por Perú, obligó a las fuerzas de seguridad españolas a precipitar el arresto de otro de los sospechosos que estaban controlando para conocer todos los tentáculos del Tren de Aragua en España. Se trataba de Luis José R. R., alias Mamera, considerado el presunto cabecilla de una de las facciones de este grupo criminal, la conocida como Los Gallegos, que operaba en aquel país andino, donde se había hecho con el control de la prostitución en Lima tras asesinar a los cabecillas de otros grupos. Más recientemente, miembros del grupo que se estaba asentando en España fueron también detenidos en otros países europeos, donde supuestamente intentaban empezar a actuar con el tráfico de droga.

Finalmente, el pasado 29 de octubre, el juez Pina autoriza la detención de los 13 presuntos integrantes del grupo identificados hasta ese momento y que formaban dos subestructuras autónomas entre sí, asentadas, respectivamente, en Barcelona y Madrid, ambas con una fuerte jerarquización interna. En la capital catalana fueron arrestados ocho sospechosos; dos más, en Madrid y el resto entre Girona, A Coruña y Valencia. En los cinco registros realizados se han localizado además dos laboratorios dedicados a elaborar el tusi, cuyo tráfico se había convertido en la principal actividad de esta organización en España y su principal fuente de ingresos. De hecho, la Policía se ha incautado de algo más de un kilo de esta droga (una cantidad muy elevada, ya que habitualmente solo se intervienen gramos), además de cocaína y drogas sintéticas. También se ha localizado una plantación indoor de marihuana en un chalé y diversas armas blancas.

Fuentes cercanas a la investigación detallan que algunos de los ahora detenidos ya tenían antecedentes por tráfico de droga en España, aunque estaban en libertad a la espera de juicio. La mayoría de los arrestados son de origen venezolano y contaban con permiso de residencia en España, que habían conseguido tras aprovechar las facilidades dadas por el Gobierno español para acceder a ella por razones humanitarias dada la crisis política que se vive en su país. No obstante, también hay colombianos y cuatro españoles. Las pesquisas tratan ahora de determinar quién les suministraba las sustancias necesarias para elaborar el tusi, así como sus posibles vínculos con los cabecillas del Tren de Aragua en Sudamérica, para lo cual los agentes están analizando los dispositivos electrónicos intervenidos.

La Policía Nacional creó hace tiempo un grupo específico para tratar de impedir que esta organización criminal se instale en España tras ser alertada en diferentes foros internacionales por las fuerzas de seguridad de los países donde opera de su peligrosidad. De hecho, en la Operación Interciti ha sido clave la colaboración con la Policía Nacional de Colombia y el proyecto Ameripol-El Pacto 2.0 de la Unión Europea para el intercambio de información con las policías de los países donde opera el grupo.

El Tren de Aragua es considerada la banda criminal más poderosa del Venezuela. Surgida en 2005 a partir del sindicato de los obreros que trabajaban en la construcción de un tramo del ferrocarril, nunca concluido, en el Estado de Aragua ―de ahí su nombre―, pasó de extorsionar a los contratistas de aquellas obras o exigir dinero a cambio de facilitar puestos de trabajo en las mismas a otras actividades delictivas y a expandirse por Chile, Bolivia, Brasil, Panamá, Colombia, Perú y Ecuador (países todos ellos en la ruta de emigración venezolana) hasta convertirse en una amenaza transnacional.

Como máximo responsable del Tren de Aragua, casi desde sus inicios, se sitúa a Héctor Rustherford Guerrero, cuyos primeros antecedentes se remontan al año 2000, cuando tenía 17 años. Desde entonces, su historial delictivo ha crecido de manera exponencial con todo tipo de delitos, entre ellos varios asesinatos, incluido el de un policía. Detenido en varias ocasiones, pero también fugado de prisión, lideró la megabanda incluso durante su estancia en la cárcel de Tocorón, donde cumplía condena.

Allí, se convirtió en un pran, término utilizado en Venezuela para denominar a los cabecillas carcelarios, y literalmente creó una ciudad estado en su interior controlada por él. Allí le llegaban parte de las ganancias obtenidas por las diferentes facciones del Tren de Aragua esparcidas por Sudamérica. Cuando en septiembre de 2023 la policía y el Ejército venezolano asaltaron la prisión de Tocorón para poner fin a esta situación, Niño Guerrero y sus lugartenientes habían huido. Desde entonces está en paradero desconocido.

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