¿Hay que ignorar las estimaciones de voto del CIS?
El último barómetro del organismo público catapulta al PSOE y hunde al PP. Pero tiene dos problemas: el resto de sondeos ven otra realidad y el CIS sobrestimó a la izquierda en 41 de 42 elecciones analizadas desde 2018
Hace años que las estimaciones del CIS representan un mundo paralelo donde la izquierda tiene más votos. Desde la llegada de José Félix Tezanos a la dirección del organismo público, sus estimaciones han sobrestimado la suma de votos de la izquierda en 41 de 42 elecciones. Fue así en 2023 y en las cuatro elecciones de 2024 ...
Hace años que las estimaciones del CIS representan un mundo paralelo donde la izquierda tiene más votos. Desde la llegada de José Félix Tezanos a la dirección del organismo público, sus estimaciones han sobrestimado la suma de votos de la izquierda en 41 de 42 elecciones. Fue así en 2023 y en las cuatro elecciones de 2024 (Cataluña, Galicia, País Vasco y europeas).
Su barómetro de este lunes catapulta al PSOE y hunde al PP. El estudio puede estar capturando tendencias reales del electorado —como la recuperación del PSOE en septiembre o el crecimiento de Vox desde verano—, pero la estimación oficial del organismo no tiene credibilidad. Estos son los motivos.
1. El CIS se desvía del resto de sondeos
El resultado que el CIS estima difiere radicalmente del resto de encuestas. Según el CIS, la izquierda ganaría con casi 10 puntos de ventaja sobre la derecha. Pero según 40dB. y el promedio de sondeos —dos fuentes con mejor acierto histórico—, la derecha se impondría por 8 puntos. Es una diferencia enorme.
La estimación del CIS dibuja un electorado volcado a la izquierda que no casa tampoco con el pasado reciente. Como referencia, en las generales de 2023 la derecha se impuso por 1,4 puntos, y en las europeas del año pasado lo hizo casi por 6. Ahora las encuestas como 40dB. hablan de un electorado más a la derecha (8 puntos), mientras que el CIS dice observar un viraje a la izquierda.
2. La estimación del CIS es inconsistente con sus propios datos
Los mismos datos del CIS son incompatibles con su estimación. Por ejemplo, sus encuestas dicen que hay casi tantos indecisos en el PSOE (64%) como en el PP (62%; otro 16% votará por Vox), pero sus estimaciones de voto son antagónicas: el PSOE sube 3 puntos desde 2023 y el PP baja 13.
Pero lo más chocante es la matriz de voto por bloques ideológicos. Según las cifras del propio CIS, la derecha tiene más fidelidad: el 80% de los votantes de PP y Vox de 2023 votarían de nuevo por uno de los dos partidos; en cambio, solo el 71% de los votantes de PSOE y Sumar repetirían con la izquierda. También las fugas entre bloques benefician a la derecha: un 5,3% de los votantes de izquierda de 2023 dicen que ahora votarán por PP o Vox, mientras que apenas hay un 0,4% de votantes de derechas haciendo el viaje contrario.
Los datos del CIS dicen que la derecha está más movilizada y que gana votos de izquierda. Esos datos podrían estar mal, pero una predicción basada en ellos debería mejorar los apoyos de la derecha en comparación con las elecciones de 2023. Eso es lo que estima 40dB., el promedio de sondeos y la gente que hace sus propios cálculos con datos del CIS. Pero no es lo que dice el CIS: su estimación oficial apunta a un poderoso avance de la izquierda, aunque contradiga sus datos.
3. El sesgo de muestra sin corregir
Nada de esto es una sorpresa. Como decíamos al principio, el CIS lleva años sobrestimando sistemáticamente a la izquierda: 41 de 42 elecciones desde 2018. Y podemos intuir parte del problema.
El modelo actual del CIS, lo que ellos denominan “modelo bidimensional inercia-incertidumbre Alaminos-Tezanos”, tiene seguramente más debilidades, pero una falla patente es que no corrige suficientemente el sesgo original de su muestra. Para encontrar ese sesgo basta mirar el recuerdo de voto de 2023 —lo que dicen sus encuestados que votaron entonces—. Entre los entrevistados del CIS hay el doble de personas que recuerdan haber votado al PSOE (1.273) que al PP (625), cuando en realidad el PP tuvo más votos que el PSOE en esas elecciones. Sumar tiene un 30% más de votantes en la muestra que Vox (aunque Vox tuvo más votos) y solo un 40% menos apoyo que el PP (cuando el PP obtuvo más del doble de votos).
Estos sesgos ocurren en las encuestas. Hay partidos con votantes más locuaces o fáciles de localizar. La anomalía del CIS no está tanto en este sesgo inicial como en el hecho de que su estimación final no lo corrija adecuadamente.
El resultado son estimaciones malas de manera sistemática. Estimaciones que pueden acertar a veces por azar —incluso un reloj parado da la hora dos veces al día—, pero que no son fiables, y lo que es peor, que se desvían prácticamente siempre en el mismo sentido.
Esos fallos son más difíciles de justificar. Si tienes una báscula que pesa siempre un kilo de menos, ¿por qué no le sumas un kilo? Las estimaciones de voto del CIS se han convertido en algo peor que ruido: son desinformación.