Malestar en el PP con Ayuso tras su último desafío antiabortista: “Deja a los demás con el culo al aire”
La líder madrileña impide a Génova cerrar el debate sobre la interrupción del embarazo, que Feijóo quiere dar por zanjado
Desde la controversia del supuesto síndrome posaborto que el PP apoyó en el Ayuntamiento de Madrid a instancias de Vox, todos los movimientos de la cúpula nacional han ido dirigidos a cerrar cuanto antes el capítulo del aborto. Génova rectificó a toda velocidad la posición sobre ese síndrome no avalado por la ciencia y, después, se movió para que las comunidades del PP cumplieran con la exigencia legal de crear un registro de sanitarios objetores, después de que el Gobierno reclamara por carta a cuatro autonomías, tres del PP, que están incumpliendo. Dos de las populares, Aragón y Baleares, se...
Desde la controversia del supuesto síndrome posaborto que el PP apoyó en el Ayuntamiento de Madrid a instancias de Vox, todos los movimientos de la cúpula nacional han ido dirigidos a cerrar cuanto antes el capítulo del aborto. Génova rectificó a toda velocidad la posición sobre ese síndrome no avalado por la ciencia y, después, se movió para que las comunidades del PP cumplieran con la exigencia legal de crear un registro de sanitarios objetores, después de que el Gobierno reclamara por carta a cuatro autonomías, tres del PP, que están incumpliendo. Dos de las populares, Aragón y Baleares, se apresuraron a anunciar que lo harán. Solo Isabel Díaz Ayuso ha ido por libre, al confirmar ayer que “nunca”, dijo, creará ese registro del que discrepa. La decisión de la presidenta de Madrid alarga al PP dos semanas el embrollo del aborto, lo que ha provocado un gran malestar en el conjunto del partido. Alberto Núñez Feijóo se ha visto obligado a ofrecer garantías de que el PP, si llega a La Moncloa, no pondrá trabas al ejercicio de este derecho de las mujeres.
El enfado se extiende por la cúpula del PP y también por los territorios que sí han decidido cumplir con la exigencia legal de crear un registro de objetores de conciencia al aborto. “Deja a los demás con el culo al aire”, se queja un dirigente al tanto del sentir en las otras baronías. La líder madrileña se ha opuesto de forma muy vehemente a ese registro que sus compañeros de partido en otras autonomías sí crearán. “No voy a hacer una lista de médicos. Nunca. Nunca”, dijo en la Asamblea de Madrid este jueves, y acusó al Gobierno progresista de promover el aborto. “Cada año se abortan en España 106.000 personas. Desde que ustedes llegaron, un millón. ¿Lo multiplicamos? A mí me parece un fracaso como sociedad. Está en nuestra mano evitarlo. No se va a señalar a nadie”. “¡Váyanse a otro lado a abortar!“, terminó diciendo la líder madrileña.
Esas palabras de Ayuso han servido además al presidente del Gobierno y sus ministros para acusar a Ayuso de pretender que las mujeres vuelvan a tener que abortar en el extranjero como en los setenta. “Esta era la libertad que prometía Ayuso. Volver a los viajes clandestinos a Londres. Al clasismo y al señalamiento. Volver 50 años atrás. No lo vamos a permitir”, dijo Pedro Sánchez en un mensaje en su cuenta de X confrontando de forma directa con la presidenta de Madrid.
En Génova no sentó nada bien el desafío de Ayuso y que permitiera al PSOE aprovecharlo para lanzar un nuevo choque ideológico con el PP con un asunto, el aborto, que es incómodo para los populares porque es muy divisivo en el partido, donde conviven sectores muy conservadores con otros más liberales.
En medio de esa batalla, y del incendio político que ha provocado su baronesa madrileña reabriendo este melón, Feijóo se ha visto obligado a mover ficha. El líder del PP ha tenido que difundir un comunicado con su posición política sobre la interrupción del embarazo, algo muy poco habitual y que demuestra que a la dirección nacional le preocupa que las mujeres tengan dudas de qué haría el PP con el aborto en caso de llegar al Gobierno.
El texto de Feijóo, muy medido y que no cita a Ayuso, se centra en atacar a Sánchez por “utilizar a las mujeres” y “convertirlas en su salvavidas político”. “Volver 50 años atrás es meter miedo a la gente con bulos sobre falsas prohibiciones del aborto y no hacer nada por las miles de mujeres que hoy quieren tener un hijo y no pueden”, se queja. Pero entre líneas se lee también que el líder del PP marca distancias de su baronesa madrileña con el aborto, y ante los sectores más duros de la derecha que no comparten la ley de plazos vigente, que Feijóo también avala. El líder del PP subraya: “Sobre el aborto, mi posición es clara y conocida. Garantizaré siempre que cualquier mujer que opte por la interrupción de su embarazo pueda hacerlo con la mejor atención médica y psicológica, conforme a las leyes”. La referencia a la ley es la clave porque es de lo que se ha apartado Ayuso al negarse a crear el registro de objetores. Se trata de un requisito de la ley de 2023, cuyo protocolo fue aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en diciembre de 2024.
Pero también sobre el otro debate de fondo en el PP, el de la ley de plazos que Feijóo ha avalado, pero no se votó en el congreso del PP del pasado mes de julio. La ponencia política soslayó el aborto precisamente para no abrir un melón interno, lo que permite a los más antiabortistas considerar que el tema no está cerrado. El exministro popular de Defensa y expresidente del Congreso Federico Trillo dijo el miércoles en La Noche en 24 horas de TVE que el respeto a la ley de plazos no es la doctrina del PP y no la comparte. “No creo que sea la posición oficial, puede ser la posición personal de Alberto Núñez Feijóo, yo se la respeto, pero no la comparto en absoluto. Soy absoluta y decididamente contrario a una ley de plazos. Es abusiva y contraria a la vida, por tanto, no coincido con esa posición de Feijóo y coincido con la posición tradicional del partido”, sostuvo Trillo.
En la dirección del PP recuerdan que Feijóo fue elegido en el congreso de julio por el 99% de los votos y que nadie presentó enmiendas a la ponencia política para pedir que se debatiera el aborto.
Feijóo y la cúpula del PP tienen claro que no deben moverse del marco del respeto a la ley de plazos que fue avalada por el Tribunal Constitucional y deben evitar cualquier polémica en torno a este asunto. El pasado martes, en la Comisión Constitucional del Congreso, Génova ordenó que el PP uniera sus votos a los del PSOE y Sumar para tumbar una iniciativa de Vox que pedía derogar la ley del aborto y la de la eutanasia. En el grupo parlamentario popular había dudas sobre si abstenerse, pero la orden llegó de la séptima planta de Génova: se votaba en contra.
Pese a los ingentes intentos de Feijóo y la cúpula para cerrar este capítulo, el desafío de Ayuso lo prolonga e incluso puede agravarse con un choque de trenes entre el Gobierno progresista y el de la Comunidad de Madrid. La presidenta madrileña tiene que contestar primero por escrito al requerimiento que le ha enviado el Ejecutivo para que cumpla con el registro de objetores, y desvelar entonces si de verdad va a negarse a crearlo. En el PP de Madrid afirman que la Comunidad va a cumplir la ley, pero que la ley da también “muchos recursos” para defender que la aplicación de esa norma “violenta otras leyes y principios”, lo que augura un choque jurídico y político que impide a Feijóo pasar página del aborto.