El nuevo cálculo del Gobierno acerca el gasto militar español al de Canadá o Italia
El plan pilotado por Industria con al menos 1.000 millones al año financiará proyectos de ‘start-ups’ y tecnologías emergentes
España ya no es el farolillo rojo en gasto militar entre los 32 países de la OTAN. El nuevo cálculo del Gobierno, que cifra la inversión española en defensa durante el año pasado en más de 21.000 millones de euros, le aleja del furgón de cola y le acerca al porcentaje del producto interior bruto (PIB) que dedican Canadá o Italia. Aunque aún se sitúa muy por debajo del 2% que el Gobierno se ha comprometido a gastar, la ...
España ya no es el farolillo rojo en gasto militar entre los 32 países de la OTAN. El nuevo cálculo del Gobierno, que cifra la inversión española en defensa durante el año pasado en más de 21.000 millones de euros, le aleja del furgón de cola y le acerca al porcentaje del producto interior bruto (PIB) que dedican Canadá o Italia. Aunque aún se sitúa muy por debajo del 2% que el Gobierno se ha comprometido a gastar, la nueva métrica hace más fácil alcanzar esa meta. Uno de los principales instrumentos será un plan pilotado por el Ministerio de Industria y dotado con unos 1.000 millones al año para financiar start-ups y tecnologías emergentes en defensa y seguridad.
En su comparecencia de este miércoles en el Congreso, el presidente Pedro Sánchez no quiso revelar cuándo llegará España al 2% del PIB en gasto militar, aunque reiteró que será antes de 2029, como se había comprometido hasta ahora. Adujo que aún no se conoce el volumen de financiación que aportará la UE. El plan Rearmar Europa de la presidenta Ursula von der Layen, rebautizado como Preparación 2030 tras las quejas de España e Italia, prevé movilizar 800.000 millones de euros en cuatro años, de los que 150.000 serían créditos mancomunados, pero España quiere haya también entregas a fondo perdido.
La segunda incógnita es de qué base parte España para alcanzar este objetivo; qué distancia queda aún por recorrer para llegar al 2%. Sánchez reprochó este miércoles al PP que el presidente Mariano Rajoy se comprometiera en la cumbre aliada de Gales, en 2014, a alcanzar el 2% de gasto militar en una década y, cuando él le sustituyó en La Moncloa en 2018, dicho porcentaje fuera del 0,93%; es decir, solo creció una centésima de punto en cuatro años. A ese ritmo, harían falta 428 años para llegar al 2%. En cambio, según Sánchez, el gasto español en defensa ya estuvo “por encima del 1,2% en 2023″ —la OTAN lo cifraba en el 1,19%— “y veremos cuáles son las métricas en 2024″, apostilló.
En realidad, el Gobierno ya tiene una idea bastante afinada de cuál fue el gasto militar español en 2024. El propio Pedro Sánchez ha asegurado que la inversión en defensa ha crecido “más de 10.000 millones de euros” desde que inició su mandato; para agregar a continuación que el gasto social lo ha hecho en 120.000 y el destinado a luchar contra el cambio climático en 30.000. Teniendo en cuenta que el gasto militar español era de 11.172 millones en 2018, el aumento que señala Sánchez lo sitúa por encima de los 21.000 millones.
Según ha confirmado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española creció el 3,2% el año pasado, por lo que el PIB a precios corrientes alcanzó la cota de 1.591.627 millones de euros, por lo que gasto militar estaría entre el 1,3% y el 1,4%. Con este porcentaje, España abandonaría el furgón de cola de los aliados con menos gasto militar y se aproximaría a Canadá e Italia, con el 1,37% y el 1,49%, respectivamente; dos países que tampoco han alcanzado el 2%.
Fuentes gubernamentales no quieren revelar cuál es el actual porcentaje de gasto militar de España, pero subrayan que “no es el último ni mucho menos” y añaden que “se acerca a Italia”, la tercera potencia económica de la UE. España es, en términos absolutos, el décimo de los 32 países de la OTAN que más gasta en defensa, pero ser el que más crece económicamente de los grandes países desarrollados le hace más difícil subir el porcentaje de gasto militar respecto al PIB.
Para engordar su factura, España ha incluido partidas que antes no contabilizaba, como las pensiones de los militares retirados, que paga la Seguridad Social; o la parte correspondiente a Defensa de algunos contratos centralizados de la Administración General del Estado. Las fuentes consultadas aseguran que todos estos conceptos encajan en la definición de gasto militar que utiliza la OTAN, aunque el Gobierno español no los computara hasta ahora, ya que no había interés en realzar la inversión en defensa, sino al contrario.
Esta nueva métrica no evitará, sin embargo, que España tenga que hacer un fuerte esfuerzo para llegar al 2%. En su comparecencia ante el Congreso, Sánchez ha anunciado la presentación de “un gran plan nacional para el desarrollo de la industria y la tecnología de la seguridad y la defensa”, que “concentrará el grueso de la inversión adicional exigida” para cumplir los compromisos con la OTAN y la UE. Según las fuentes consultadas, este programa, pilotado por el Ministerio de Industria, servirá para subvencionar los proyectos de pymes y startups en tecnologías emergentes y de doble uso y podría beneficiarse de financiación europea.
Su dotación inicial, todavía no cerrada, se estima en al menos 1.000 millones de euros para este ejercicio, aunque tendrá carácter plurianual. Este plan se complementaría con una inyección de unos 2.500 millones en la partida del presupuesto de Defensa destinada a los llamados programas especiales de armamento; entre los que se incluyen fragatas, aviones o helicópteros de combate.
Sánchez no ha dado detalles sobre el contenido del plan, pero sí ha dicho que se presentará “antes del verano”; es decir, antes de la cumbre de la OTAN en La Haya (Países Bajos), prevista del 24 al 26 de junio. Para entonces, la Alianza Atlántica ya debe haber publicado sus nuevas tablas de gasto militar, con la información que le facilitan los países. El secretario general de la OTAN , Mark Rutte, ha anunciado su intención de que en esa cita los aliados eleven su objetivo de inversión en defensa por encima del 3%.
Aunque oficialmente el Gobierno no ha renunciado a aprobar unos Presupuesto Generales de Estado para 2025, la ley vigente incluye una disposición, diseñada para hacer frente a la pandemia de covid, que permite a Hacienda realizar trasvases de partidas entre distintos departamentos y ampliaciones de crédito para cumplir los compromisos en materia de gasto militar sin necesidad de pedir la aprobación del Congreso.