El PSOE se queda solo y se arriesga a que el Congreso le obligue a echar atrás la tributación del SMI en el IRPF
Sumar planta batalla y puede unir los votos de toda la izquierda y del PP para revertir la decisión de Montero
Esto no parece una batalla dialéctica más entre el PSOE y Sumar, los dos socios de coalición que siempre han tenido diferencias ideológicas de fondo pero al final acaban poniéndose de acuerdo sin que haya habido en ningún momento un riesgo real de ruptura. Esto no es una discusión en los medios sin consecuencias. Sumar ha decidido dar la batalla contra la decisión de María Jesús Montero y del sector socialista del Gobierno de hacer que...
Esto no parece una batalla dialéctica más entre el PSOE y Sumar, los dos socios de coalición que siempre han tenido diferencias ideológicas de fondo pero al final acaban poniéndose de acuerdo sin que haya habido en ningún momento un riesgo real de ruptura. Esto no es una discusión en los medios sin consecuencias. Sumar ha decidido dar la batalla contra la decisión de María Jesús Montero y del sector socialista del Gobierno de hacer que, por primera vez en la historia, los perceptores del salario mínimo tributen en el IRPF ahora que se ha subido otros 50 euros, hasta 1.184 al mes. El PSOE está absolutamente convencido de que esta es la decisión correcta, y Montero tiene el respaldo de Pedro Sánchez, según fuentes de Moncloa, porque creen que ha llegado el momento de que el SMI, que se ha subido un 61% desde 2018, tribute aunque sea de forma parcial —en Hacienda aseguran que el 80% quedarían exentos— para lanzar un mensaje de que todos los sueldos participan en el bien común.
Pero los socialistas, al margen del debate ideológico, tienen un problema de votos. Sumar registró a última hora de la tarde una proposición de ley en el Congreso para revertir la decisión del PSOE y es muy probable que cuente con apoyos suficientes para aprobarse, porque varios socios del izquierda de la mayoría salieron en contra de la decisión de los socialistas, pero sobre todo porque el PP tiene una oportunidad de oro para respaldar la inciativa del grupo de Yolanda Díaz y forzar al PSOE a rectificar. Queda tiempo para eso, y distintas fuentes señalaban este martes que antes se intentará buscar una solución, que ya hay conversaciones entre ministerios para resolver la que algunos señalan como la mayor crisis de la coalición desde que salió Podemos del Gobierno. En último extremo, el PSOE podría apelar a la Constitución para vetar la iniciativa, porque en su artículo 134.6 dice: “Toda proposición o enmienda que suponga aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios requerirá la conformidad del Gobierno para su tramitación”. Pero ese momento aún está lejos.
La cuestión, que llevaba días en discusión pública pero sin mucho foco mediático, saltó de forma inédita en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, un encuentro atípico que se convirtió casi en un debate público entre los dos sectores de la coalición, con Pilar Alegría por el PSOE y la propia Yolanda Díaz por Sumar. En los últimos días, hubo discusión interna en el Gobierno para ver si Díaz debía o no comparecer para anunciar la subida del SMI. Estas tensiones por ver quién comparece son habituales. Al final, se pactó entre los dos sectores que Díaz saldría con Alegría, y no comparecería Montero. La discrepancia sobre el IRPF estaba ahí, pero se había acordado de alguna manera una rueda pacífica, en la que Díaz dejaría claro que no estaban de acuerdo pero se pondría el foco en las buenas noticias que tenían para vender: la subida del SMI, la nueva ley de dependencia, los planes para la demolición del hotel ilegal de El Algarrobico.
Sin embargo, poco antes de la comparecencia, Hacienda decidió confirmar oficialmente que la decisión estaba tomada: el SMI pagará IRPF. Lo hizo, según dijo Díaz ante los periodistas, sin comunicárselo a Sumar. En La Moncloa también había un malestar evidente, porque sabían que ese anuncio dinamitaba la rueda. La idea inicial era comunicarlo después, o en los próximos días. “La decisión no está tomada”, había dicho el lunes Carlos Cuerpo, ministro de Economía. Eso desató la caja de los truenos, y la conferencia de prensa se convirtió casi en un debate parlamentario entre los dos sectores, en el que Díaz y Alegría se rectificaban, sacaban cada una sus propios gráficos, apelaban a la misma palabra, “pedagogía”, para defender posiciones antagónicas o favor y en contra de cobrar IRPF a los trabajadores con salario mínimo. “La justicia fiscal empieza por arriba. Acabamos de hacer un regalo fiscal a los rentistas, que se desgravarán el 100% del IRPF”, clamó Díaz. Y Alegría replicaba, sentada a su lado: “Esa parte que se dice que se lo queda Hacienda no es para ella, va a consolidar los servicios públicos que todos disfrutamos”. Los gestos de las dos mientras la otra hablaba mostraban la tensión.
En el fragor de la batalla, que está dejando heridas importantes en la coalición, los socialistas difundieron que la propia vicepresidenta segunda, hace un año, cuando hubo un debate similar en la anterior subida del SMI, dijo en el Consejo de Ministros que en algún momento habría que cobrar IRPF a estos salarios, pero ahora ha cambiado de opinión. En Sumar lo desmienten de forma tajante, señalan que solo hubo debates teóricos sobre los efectos de estas subidas, pero su posición política siempre fue clara en contra de que el SMI pagara IRPF, y así lo dijo también Díaz públicamente. Al final, el año pasado se decidió subir el mínimo exento para que el SMI no pagara IRPF, como se había hecho siempre, pero este año Montero, con el apoyo de Sánchez, ha dicho “hasta aquí”. Ahora falta por ver cómo se resuelve el entuerto.
El malestar en la coalición es evidente, y mientras los ministros socialistas critican en privado a Díaz y la llaman “populista”, como hizo públicamente Montero, los de Sumar señalan que la vicepresidenta primera se ha metido en un agujero político imposible y tendrá que rectificar o lo harán ellos, porque cuentan con los votos suficientes para sacar adelante la actualización del IRPF a la nueva subida del salario mínimo. La solución llegará con toda probabilidad con una negociación entre Sánchez y Díaz, pero de momento el disgusto en el Gobierno es enorme por haber convertido una buena noticia en un conflicto interno y una posible derrota parlamentaria del PSOE y también por regalar una baza al PP, que siempre trata de golpear al Ejecutivo en el asunto de los impuestos. De hecho los populares se apresuraron también a presentar una proposición de ley para que el SMI no pague IRPF.
Toda la izquierda parlamentaria aliada del Gobierno discrepa también de la decisión del Ministerio de Hacienda. El más rotundo, como es habitual, ha sido Podemos, cuya secretaria general, Ione Belarra, la tachó de “escándalo” y registró también su propia iniciativa para tratar de revertirla. Fuentes de ERC anunciaron ya que apoyarán la proposición de ley de Sumar con el mismo objetivo. Por EH Bildu, su portavoz económico, Oskar Matute, también fue claro: “Cuando las rentas del trabajo tributan más que las rentas del capital, cuando asistimos con tristeza a cómo se le perdonan impuestos a las grandes empresas energéticas, que nos lanzan a la cara sus beneficios extraordinarios, cada vez más extraordinarios, pues nos parece que es la peor manera de empezar la reforma fiscal” . También el BNG anticipó que “trabajará para evitar este tipo de política fiscal”. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, no se pronunció categóricamente, aunque subrayó que en el País Vasco, con competencias plenas sobre la gestión del IRPF, hay un principio de acuerdo entre su partido y sus socios del PSE-PSOE para excluir el salario mínimo de la tributación. “Entiendo a Hacienda, pero entiendo también que hay que ayudar a los que están en situación más difícil”, añadió.
La cuestión queda así en el aire: el PSOE mantiene su posición, y previsiblemente hoy se verá en la sesión de control, en la que Sánchez tenía previsto respaldar a su ministra de Hacienda, que este martes estuvo todo el día en silencio y para este miércoles ha cancelado las preguntas que tenía previstas. En Hacienda señalan que está con fiebre por una gripe. Montero estuvo todo el día con varias reuniones, pero se fue encontrando peor y ha decidido cancelar su participación en el pleno para este miércoles. Pero a pesar de que Hacienda insiste en que no rectificará, los socialistas no tienen votos para evitar una derrota parlamentaria, así que tendrán que buscar una salida política. No será la primera vez que la coalición discute públicamente antes de encontrar soluciones intermedias, pero la diferencia es que esta vez los votos están del lado de Sumar, aunque sea con el respaldo del PP.