El PP y Vox rompen su pacto de Gobierno en el Ayuntamiento de Burgos

La extrema derecha rechaza el presupuesto municipal por incluir 119.000 euros para asociaciones de apoyo a migrantes

Una operaria borra este miércoles una pintada racista en la sede de la ONG Burgos acoge.Tomás Alonso (Europa Press)

El PP de Burgos ha fracasado en su intento de sacar adelante los Presupuestos municipales tras la negativa de su socio, Vox, a incluir las cuentas fondos para oenegés de asistencia a migrantes, cuya retirada inicialmente validó el PP. El rechazo de los ultras se debe a que la presión social, empresarial y mediática burgalesa propició que la alcaldesa, Cristina Ayala (PP), reculara en su acuerdo con su aliado para eliminar los 119.000 euros asignados a Burgos Acoge, Atalaya Multicultural y Accem Burgos, entidades que ayudan a la integración de migrantes. Este episodio supone la primera ruptura entre las coaliciones PP-Vox suscritas tras las elecciones municipales de 2023.

Ayala ha dado por hecho la ruptura de la coalición reprochando a sus socios que “cuatro de sus concejales [los de Vox] no deseen seguir en el equipo de Gobierno” y también se ha negado a entenderse con el PSOE. El líder de Vox y vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores, ha reprochado los “golpes duros” del PP y ha confirmado esa negativa al plan de Ayala.

La formación de extrema derecha ha publicado durante la mañana en sus redes sociales una recopilación de lo ocurrido estas semanas, un hilo en el que ha acusado al grupo de Ayala de “romper el pacto para salvar apariencias” y ha recordado que planteó alternativas como destinar ese dinero también a otras áreas municipales e insistir en que no favoreciera a la “inmigración ilegal”. El revuelo ha acarreado una amplia cobertura mediática, pese a que primeramente la alcaldesa quiso cerrar la sesión a la prensa más allá de a los fotógrafos.

El debate presupuestario ha comenzado con el concejal de Hacienda, Ángel Manzanedo (PP), ensalzando el proyecto cuajado por el “equipo de Gobierno”, si bien Acitores, al tomar la palabra, ha exigido incorporar sus requerimientos si su socio quiere el voto de Vox, molesto por “golpes duros”. El cruce de reprimendas no ha traído entendimiento mientras Daniel de la Rosa, líder socialista y exalcalde, ha ofrecido sus votos al Presupuesto a cambio de expulsar a los ultras: “Con tal de que eche a Vox, me da igual”.

La votación de este viernes ha llegado tras dos semanas de intenso ruido político en Burgos. La controversia comenzó cuando en el proyecto presupuestario de PP y Vox se estableció la retirada de 119.000 euros para tres oenegés que asisten a migrantes. Pronto comenzaron las críticas sin que Ayala se achantara, mucho menos Vox, esgrimiendo la importancia de esos presupuestos para la “estabilidad” de Burgos. Las quejas fueron ganando volumen e incluso la asociación solidaria católica Cáritas, para quien sí se mantenían los recursos públicos, anunció que renunciaba a ellos si sus tres homólogas no recibían lo correspondiente.

Los empresarios de Burgos, así como 5.000 personas reunidas en la plaza Mayor, reclamaron que el Ayuntamiento se desdijera y conservase los fondos para esos colectivos, lo cual finalmente anunció Ayala la semana pasada. La regidora insistió en la tesis del PP, pues mantenían que el trabajo de esas entidades era positivo, pero que la extrema derecha, su aliada en la corporación, exigía dejarlas a cero como clave para validar las cuentas.

Finalmente asumieron el clamor popular y propiciaron que Vox se posicionara contra este giro. La comisión de Hacienda de del martes reflejó la tensión entre socios, pues los ultras votaron no al plan presupuestario que se dirimiría este viernes. Los de Martínez-Acitores demandaron que se incluyeran otros 119.000 euros para otras áreas municipales y acusaron que esas políticas de su socio significaban un “efecto llamada” no fundamentado en datos.

Las conversaciones han proseguido durante la semana, con dudas sobre si el pacto de gobernabilidad seguiría vigente si ambos partidos seguían difiriendo. La alcaldesa se defendió así: “Nosotros desde luego estamos intentando que el pacto siga adelante porque creemos que es un pacto que da estabilidad a la ciudad, pero no tenemos nada más que añadir”.

Vox deslizó su posible cambio de postura si se aceptaban sus peticiones pero hasta horas antes del Pleno persistió en su no al PP. El PSOE ha ofrecido sus votos a Ayala a cambio de una ruptura total con Vox y que los socialistas apoyen un mandato en solitario si implica recuperar los recursos suprimidos para Memoria Histórica o que los de Daniel de la Rosa, exalcalde y ganadores de las elecciones de 2023 aunque sin números para gobernar, dispongan parte del modificado de crédito previsto.

Ayala ha dado a entender que el pacto con Vox queda roto con la negativa de sus cuatro ediles y apunta a gobernar en solitario porque también declina acuerdos con el PSOE, aunque sí se ha abierto a entendimientos con los ultras. La alcaldesa encara ahora estas opciones: someterse a una cuestión de confianza que se traduzca en la validación presupuestaria por falta de números para una moción de censura que tumbe al PP, pero que evidencie la soledad de su partido, prorrogar las cuentas de 2024 o abrirse a una nueva negociación presupuestaria, lo cual parece complicado ante la actual firmeza de posiciones de cada lado.

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