Policías y bomberos que luchan contra los efectos de la dana denuncian falta de organización y medios de la Generalitat
Funcionarios que trabajan en la primera línea del desastre piden más material y se quejan de la tardanza con la que se ha movido el gobierno autonómico para afrontar la crisis
La zona cero de la dana en Valencia sigue sumida en los trabajos de rescate de una de las peores catástrofes de la historia de España. Una tragedia de tal dimensión que ha necesitado de un despliegue de funcionarios públicos sin precedentes para colaborar en las labores de auxilio y recuperación de servicios básicos. Parte de ese contingente depende de la Generalitat Valenciana, contra la que cargan sindica...
La zona cero de la dana en Valencia sigue sumida en los trabajos de rescate de una de las peores catástrofes de la historia de España. Una tragedia de tal dimensión que ha necesitado de un despliegue de funcionarios públicos sin precedentes para colaborar en las labores de auxilio y recuperación de servicios básicos. Parte de ese contingente depende de la Generalitat Valenciana, contra la que cargan sindicatos además de efectivos consultados, con denuncias de problemas de organización y falta de medios. “Necesitamos medios porque cuando la situación se desborda como ahora, no llegamos. Estamos al límite”, se queja Helios Martín de Vidales, delegado sindical de UGT en el Consorcio Provincial de Bomberos.
La Comunidad Valenciana cuenta con cerca de 1.250 bomberos. De este total, 500 corresponden al Consorcio de Bomberos de la provincia de Valencia. Este consorcio, que es el principal cuerpo de bomberos desplegado en las zonas más castigadas tras la catástrofe, depende en su mayoría de la Diputación provincial (también gobernada por el PP), que se encarga del 50% de su presupuesto. La Generalitat, con un 30%, y los municipios, con un 20%, pagan el resto. A estos efectivos hay que sumarles otros 900 bomberos forestales, el máximo que están a disposición en todo el territorio autonómico en los meses de verano, y los más de 400, según fuentes municipales, que están ubicados en las tres capitales de provincia.
Martín de Vidales es uno de esos bomberos valencianos que estos días han cambiado sus rutinas diarias para centrarse ahora en la retirada de escombros, limpieza y búsqueda de los desaparecidos. “Bomberos, los justos; materiales, los justos, y todo ello con la excusa de que somos un gasto”, añade este profesional, que afirma que el 100% de la plantilla con la que cuenta la provincia ha estado trabajando en jornadas maratonianas de hasta 24 horas. La Diputación valenciana asegura ser consciente de la situación que denuncian los bomberos del consorcio, pero argumentan que llevan “solo un año de Gobierno”. En ese tiempo, aseguran, han cambiado la flota de vehículos y trabajado en mejorar las condiciones de la plantilla en la que había muchos interinos.
Respecto a la policía, los problemas denunciados son distintos. Cerca de 10.000 agentes locales se reparten entre los 268 municipios de la provincia de Valencia, según fuentes próximas a la Generalitat. Si se pregunta a policías locales que trabajan actualmente en las zonas más afectadas por la dana, las quejas van por otro lado: el de la organización. Un representante de la policía local valenciana que ha pedido no ser identificado señala que durante varios días la organización de los efectivos se llevó a cabo gracias a la interlocución entre los distintos ayuntamientos y jefes de policía locales. No fue hasta el pasado sábado cuando Emilio Argüeso, director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, firmó la resolución para aprobar la coordinación de los distintos cuerpos de policía locales de todo el territorio nacional.
“Eso es tardísimo”, se queja esta fuente. “En esa resolución ni siquiera se especifica dónde va cada uno. Incluso ahora hay personas movilizadas con problemas de alojamiento”, relata este policía local. Argüeso es una de las figuras clave en esta crisis por la tardanza del departamento que dirige en lanzar el aviso a la población durante la dana y porque no se puso al frente de la gestión de la tragedia hasta el día siguiente. Según admite él mismo en Twitter, Argüeso tomó los mandos de la situación el miércoles a las 11 de la mañana, sin especificar qué hizo el martes.
“El sábado por la noche llegaban camiones que no sabían ni siquiera dónde debían ir. En la anterior gran dana [que afectó a Alicante y a Valencia en 2019], contábamos con un centro de coordinación para policías locales que demostró ser muy útil en ese momento”, recuerda este policía valenciano. El organismo al que se refiere, llamado en su momento Cempol, dependiente de la Consejería de Justicia, se disolvió en 2021 por los impagos a sus trabajadores durante 15 meses, momento en el que gobernaba la Generalitat el PSOE junto a Compromís.
La Generalitat afirma que hay dos pabellones habilitados y dos hoteles para alojar a los policías locales. “Lo único que puede pasar es que están llegando agentes para ayudar sin avisar y hasta que entran en los cuadrantes puede haber un pequeño lapso de tiempo. En cualquier caso, hoy hay 530 policías locales operativos y organizados”, matizan desde la Consejería de Justicia e Interior de la comunidad.
Otra fuente, un voluntario del cuerpo de policía de Mérida (Extremadura), que llegó el domingo a Valencia, reafirma la versión de su compañero y admite que ha habido problemas de alojamiento para algunos de los agentes voluntarios que han llegado a la provincia. “Esto va para largo y hay que ir escalonando el tema de los voluntarios que van llegando”, indica. Otro policía, en este caso el mosso d’esquadra Albert Palacio, portavoz de la asociación policial Copland, una organización nacional con especial peso de policías catalanes, relata que “el caos es absoluto”.
“El jueves, cuando llegamos a Paiporta [uno de los municipios más golpeados por la dana] limpiamos y habilitamos el auditorio que había quedado destrozado para que fuese un punto de ayuda a las víctimas. Vino gente del ayuntamiento a decirnos que ya había un centro de ayuda, pero estaba a dos kilómetros de distancia. No hicimos caso y ahora ese auditorio es el centro neurálgico de la gestión de ayuda a los damnificados”, relata Palacio. “Cada municipio ha cogido las riendas de la situación y lo ha hecho como ha podido. La gestión es nefasta”, añade.
En Paiporta la situación sigue siendo especialmente complicada. El sargento primero de la UME (Unidad Militar de Emergencia) de Zaragoza, Abraham Padrós, señala que “faltan camiones para cargar y trasladar los escombros”. La UME, que ha defendido con claridad que es la Generalitat Valenciana la que tiene que autorizarle a entrar en las zonas afectadas, tiene desplegado en Paiporta un contingente de 150 unidades. “Nuestra principal labor es despejar las vías de comunicación para que más efectivos puedan llegar a la zona”, indica Padrós, informa Luis Velasco.