El PSOE de Castilla y León se abstiene en el techo de gasto de Mañueco y lo fuerza a negociar Presupuestos sin mayoría

Los socialistas buscan mostrar la inestabilidad del partido en Castilla y León, con el PP en solitario tras la ruptura de Vox

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el 26 de junio de 2024 en ValladolidNACHO GALLEGO (EFE)

El PSOE de Castilla y León se ha abstenido en la propuesta de techo de gasto del PP y ha forzado a una negociación presupuestaria compleja ante la minoría parlamentaria del partido de Alfonso Fernández Mañueco. El presidente gobierna en solitario desde la ruptura de Vox en verano y tend...

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El PSOE de Castilla y León se ha abstenido en la propuesta de techo de gasto del PP y ha forzado a una negociación presupuestaria compleja ante la minoría parlamentaria del partido de Alfonso Fernández Mañueco. El presidente gobierna en solitario desde la ruptura de Vox en verano y tendrá que negociar con la oposición una propuesta de cuentas sin visos de ser aprobada. El movimiento socialista con este trámite frustra el plan admitido por el PP en privado: pregonar unos Presupuestos expansivos, aunque sin consensos, cumplir con su papel gubernamental y culpar a la oposición de que no prosperaran. Ahora deberán sentarse con sus rivales y exponerse a la evidencia de la minoría en las Cortes y los trastornos implícitos a menos que admita las exigencias de los demás grupos.

La estrategia socialista se ha ratificado este miércoles en el Parlamento autonómico una semana más tarde de lo previsto, pues la sesión con la votación programada se suspendió por la DANA de Valencia. El PSOE venía barruntando internamente ese movimiento hasta que este martes su líder, Luis Tudanca, confirmó tal paso a un lado. De facto, según anunció en el hemiciclo, para favorecer la aprobación del techo de gasto obedece a “los acuerdos, la coherencia, el interés general y la generosidad”; de fondo, hay una estrategia política, según admiten fuentes de la principal fuerza de la oposición, consistente en revelar la soledad de Mañueco en las Cortes. El desarrollo de este proceso exige la negociación con grupos, el sometimiento a enmiendas y dos meses de agenda mediática informando de que el mandatario no tiene números para aprobar sus Presupuestos, por mucho que sean expansivos, los más altos de la historia de Castilla y León y pregonados en múltiples actos por las provincias. La votación de este miércoles por la tarde, con más síes que noes gracias a la abstención del PSOE, acarrea esa nueva fase de tacticismo político en Castilla y León.

Mañueco no varió su discurso en la tribuna pese al anuncio de Tudanca, pues suele leer sus mensajes, y a la pregunta de este de “¿tiene intención de aprobar los Presupuestos para 2025?”, insistió en manifestar esa voluntad y emplazó al resto de partidos a sustentarlos. En privado, fuentes del PP reconocen que ante ese escenario de pactos complejos, con Vox herido y exigente y la probable negativa socialista, resultaba preferible perder el trámite del techo de gasto y lanzar este discurso: Mañueco ha cumplido con su deber de preparar unas Cuentas y la oposición debe responsabilizarse de impedirlo.

Tanto el exvicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox), como otros portavoces de grupos de las Cortes criticaron que Mañueco tenía afán “electoralista” con ese proyecto presupuestario fantasma: no se había negociado con los demás partidos y simplemente buscaba la difusión mediática y afianzar su marco comunicativo. Los socialistas han explotado el argumento de Mañueco, pidiendo consenso para impulsar los Presupuestos por su carácter positivo para la comunidad, pero le afean que el PP no haga lo propio a escala nacional. “Apoyar los Presupuestos de Castilla y León, sí, porque es bueno para la comunidad. Apoyar los presupuestos en España, no, porque es bueno para Pedro Sánchez. Igual hay que trabajar un poco más los razonamientos”, esgrimió el secretario general autonómico del PSOE, inmerso hace unas semanas en una pugna con el mando del partido respecto a la convocatoria de elecciones primarias. Gallardo criticó a su exsocio asegurando que el proyecto tenía carácter “progre” y “electoral” y anticipó su rechazo al techo de gasto, lo cual motivó la abstención socialista para que prosperara, y también a los Presupuestos salvo giro del PP.

El consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo (PP), ha defendido ante el hemiciclo estar trabajando sobre unas cuentas “realistas” y ha abogado por la negociación pese a que sus rivales le reprochan un contacto previo prácticamente nulo: “Queremos impulsar este camino desde el diálogo para alcanzar un acuerdo lo más amplio posible”. Carriedo ha debatido con portavoces de las demás formaciones, quienes le han afeado que hasta el momento han visto poco afán de ese diálogo tan reiterado, con Vox acusando al PP de querer “el poder por el poder” y los socialistas ensalzando su gesto con el techo de gasto como paso necesario para cotejar los Presupuestos aunque sin darles opciones de prosperar.

Las fechas, una vez aprobado este techo de gasto, implican que la negociación deba extenderse al menos hasta principios de 2025, según fuentes de las Cortes, por los plazos requeridos y los días inhábiles desde estas fechas hasta fin de año. Este factor, indican voces tanto del PP como del PSOE o del Parlamento, puede disuadir a Mañueco de convocar eventuales comicios para primavera, si el contexto nacional lo propiciara, pues tendría demasiado recientes en el tiempo las dificultades para pactar los Presupuestos y la evidencia de su minoría parlamentaria pese a ostentar la Junta.

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