Sindicatos policiales usan imágenes de etarras, el ‘procés’ y una pistola para alentar una protesta contra la reforma de la ‘ley mordaza’
Asociaciones de agentes piden de esta manera la participación en dos concentraciones convocadas para las próximas semanas ante el Congreso por el inicio del trámite parlamentario para modificar la polémica norma
Cerca de medio centenar de sindicatos y asociaciones policiales y colectivos opuestos a la reforma de la ley de seguridad ciudadana ―la conocida popularmente como ley mordaza― han anunciado para las próximas semanas dos concentraciones ante las puertas del Congreso de los Diputados para mostrar su frontal rechazo al considerar que ...
Cerca de medio centenar de sindicatos y asociaciones policiales y colectivos opuestos a la reforma de la ley de seguridad ciudadana ―la conocida popularmente como ley mordaza― han anunciado para las próximas semanas dos concentraciones ante las puertas del Congreso de los Diputados para mostrar su frontal rechazo al considerar que les perjudica en su actividad diaria. Para alentar la participación de los agentes en estas protestas, las organizaciones convocantes han comenzado a difundir en redes sociales diferentes carteles en los que aparecen una fotografía de etarras encapuchados, la imagen de un vehículo de la Guardia Civil vandalizado durante los incidentes del procés independentista en Cataluña o un dibujo que muestra una pistola empuñada por un supuesto delincuente junto a lemas como “contra la derogación de la ley de seguridad ciudadana” o “no a la reforma”.
No es la primera vez que los representantes de los agentes convocan protestas contra la reforma de la ley mordaza ―en el intento frustrado de cambiar la ley durante la pasada legislatura se manifestaron en varias ocasiones en Madrid arropados por PP, Vox y Ciudadanos―, pero sí que usan imágenes sobre cuestiones como el terrorismo o el desafío independentista que, precisamente, quedan fuera del texto legal que se pretende cambiar, ya que la ley de seguridad ciudadana solo contempla infracciones administrativas que no alcanzan, precisamente, el rango de delito que representan los hechos de estas imágenes. “A los compañeros se les moviliza a través de los sentimientos más que de la razón”, reconoce un dirigente sindical para justificar su uso.
El primer cartel difundido muestra dos fotografías en las que aparece la diputada Mertxe Aizpurua, portavoz parlamentaria de EH Bildu, el grupo que impulsó el acuerdo que ha permitido retomar ahora la reforma de la ley mordaza tras fracasar el intento de la legislatura pasada por las discrepancias de los grupos políticos partidarios de cambiar la norma en cuatro artículos. En la primera de ellas, se ve a Aizpurua, periodista de profesión, entrevistar en 2001 a dos miembros de ETA para el diario Gara, en el que trabajaba entonces. En la imagen del cartel se ha eliminado a un segundo periodista que participó en la misma. En la otra fotografía aparece estrechando la mano al presidente Pedro Sánchez.
En una segunda versión de este cartel, la imagen de Sánchez y Aizpurua ha sido sustituida por otra de la portavoz de EH Bildu con su compañero de partido Jon Iñarritu, representante de la formación en la comisión parlamentaria que negociará la reforma. En el cartel se convoca a los agentes a concentrarse en el Congreso el próximo 6 de noviembre junto a los emblemas de 22 sindicatos y asociaciones policiales. Entre ellos, los mayoritarios en Policía Nacional y Guardia Civil, Justicia Policial (Jupol) y Justicia para la Guardia Civil (Jucil), respectivamente, y la plataforma de la que surgieron ambos, Jusapol. Según fuentes de estos sindicatos, a esa convocatoria se han sumado posteriormente otra decena de organizaciones.
Una bandera y llamas
El segundo cartel fue difundido este miércoles y en él figuran 47 asociaciones diversas, entre ellas el sindicato de funcionarios CSIF, que participan en la autodenominada plataforma “No a la España insegura”. La imagen en este caso es un dibujo que muestra por la espalda parte del cuerpo de un hombre que viste un pantalón vaquero y que parece querer ocultar la pistola que empuña en su mano derecha. Todo ello, intercalado con un fragmento de la bandera de España y unas llamas en la parte inferior. Según detalla una portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), con esta imagen se pretende “poner de manifiesto que España es cada vez más peligrosa”.
Todo ello junto al lema “No a la reforma de la ley de seguridad ciudadana” . La portavoz sindical añade que este es el primer cartel al que seguirán en los próximos días otros. Uno es el que muestra uno de los vehículos oficiales de la Guardia Civil que fue vandalizado durante los incidentes que siguieron al registro por parte del instituto armado del Departamento de Economía de la Generalitat, en septiembre de 2017, durante la investigación del procés.
No es la primera vez que los sindicatos y asociaciones policiales convocan manifestaciones en la calle para protestar por la reforma de la ley mordaza. La más multitudinaria se celebró el 27 de noviembre de 2021 y recorrió el centro de Madrid. Aquella, que contó con la presencia de los entonces líderes del PP, Pablo Casado, y Ciudadanos, Inés Arrimadas, además del de Vox, Santiago Abascal, congregó a 20.000 personas, según los datos de la Delegación del Gobierno, aunque los convocantes elevaron esta cifra a los 150.000. Las siguientes fueron, sin embargo, mucho menos multitudinarias y, además, no asistieron ya los líderes de los partidos de la derecha.
Tampoco es la primera vez que convocan concentraciones ante el Congreso. La más polémica se celebró el 3 de marzo de 2020. Aquel día, convocados por Jusapol, se congregaron cientos de policías y guardias civiles ante la Cámara baja. Muchos cubrieron sus rostros con caretas de Anonymous y algunos asistentes provocaron incidentes al romper el primer cordón policial de seguridad para plantarse frente a la puerta de los leones. En aquella protesta, convocada para reclamar la equiparación policial de policías y guardias civiles con los mossos d’Esquadra, se llegaron a repartir pasquines anónimos en los que se incitaba a los agentes a participar una semana más tarde en una huelga encubierta —policías y guardias civiles no tienen reconocido este derecho— con bajas médicas que finalmente fue un fracaso.