Más Madrid afirma que pidió el acta de Errejón después de que este le “confirmara los hechos”
El partido dice que se reunió el lunes tras conocer las acusaciones anónimas de violencia machista
La dirección de Más Madrid pidió el miércoles por la noche a Sumar, la coalición de la que forma parte en el Congreso de los Diputados, el acta de Íñigo Errejón. La dirección del partido ya se había reunido el lunes, tras conocer las acusaciones anónimas publicadas en la red social Instagram por violencia machista, según fuentes de la formación madrileña. Según estas fuentes, la dirección de Más Madrid mantuvo un encuentro entonces para ...
La dirección de Más Madrid pidió el miércoles por la noche a Sumar, la coalición de la que forma parte en el Congreso de los Diputados, el acta de Íñigo Errejón. La dirección del partido ya se había reunido el lunes, tras conocer las acusaciones anónimas publicadas en la red social Instagram por violencia machista, según fuentes de la formación madrileña. Según estas fuentes, la dirección de Más Madrid mantuvo un encuentro entonces para “valorar la situación” y “la responsabilidad política” que tenía como organización ante esas acusaciones.
El partido que lidera Mónica García se puso en contacto posteriormente, explican estas fuentes, con el propio Errejón. Este, según relatan, “confirmó los hechos”, por lo que, afirman, se tomó la decisión de pedir a la propia Yolanda Díaz que exigiera el acta a Íñigo Errejón. A pesar de que este había sido cofundador de Más Madrid ―además de Podemos y Más País― las relaciones del político de 40 años con esa formación estaban deterioradas y muy diluidas.
Errejón ha dejado el acta este mediodía, cuando ha difundido una carta a través de su cuenta de Twitter para explicar los motivos de su dimisión. El político y politólogo madrileño, de 40 años, ha afirmado que necesita apartarse de las “exigencias” y “ritmos” de la primera línea política. “Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico”, señala. Y ha añadido que la política “genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo”.