Abascal destituye a Rocío Monasterio como presidenta de Vox en Madrid
La dirección nacional designa a su actual portavoz, José Antonio Fúster, como sustituto de la histórica dirigente
Rocío Monasterio ha sido cesada como presidenta de Vox en Madrid, según ha hecho público el partido que lidera Santiago Abascal una hora después de que EL PAÍS lo adelantara. Su sustituto, como había anticipado también este diario, será José Antonio Fúster, quien en marzo pasado se convirtió en portavoz nacional del partido ocupando el hueco...
Rocío Monasterio ha sido cesada como presidenta de Vox en Madrid, según ha hecho público el partido que lidera Santiago Abascal una hora después de que EL PAÍS lo adelantara. Su sustituto, como había anticipado también este diario, será José Antonio Fúster, quien en marzo pasado se convirtió en portavoz nacional del partido ocupando el hueco dejado por el secretario general, Ignacio Garriga, para dedicarse a la campaña electoral catalana.
El argumento esgrimido para sustituir a una de las dirigentes históricas del partido es que ya han transcurrido cuatro años desde que, en septiembre de 2020, ganó en elecciones primarias la Presidencia del Comité Ejecutivo Provincial (CEP) de Madrid, por lo que su mandato habría caducado. Sin embargo, su sustituto no ha salido de unas nuevas elecciones primarias. En abril de 2022, Vox cambió sus estatutos para suprimir los comicios internos, de forma que los comités provinciales ya no son elegidos democráticamente por las bases, sino designados a dedo por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
Fúster, periodista de profesión, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el Grupo Intereconomía, propiedad hasta su quiebra del patrón mediático de Vox, el empresario Julio Ariza, igual que Kiko Méndez-Monasterio, a quien Abascal califica como su “gurú” y otras fuentes consideran el verdadero hombre fuerte del partido en la sombra. Aunque Fúster es diputado de la Comunidad de Madrid y portavoz adjunto segundo del grupo en la asamblea regional, de momento no asumirá la portavocía de Vox en la cámara autonómica, que seguirá ejerciendo Monasterio, según el comunicado oficial.
La sustitución de la presidenta de Vox en Madrid es una caída anunciada, según fuentes de la formación. Pese a que se trata de una de las figuras con mayor proyección pública del partido, hace tiempo que desde el aparato se maniobra para descabalgarla. La dirección nacional ya intentó apartarla como candidata a la Comunidad de Madrid en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo: primero se le ofreció ir en un puesto de salida en la lista al Parlamento Europeo y, ante su negativa, alegando razones familiares, se le planteó incorporarse a Disenso, la fundación presidida por el propio Abascal a la que la formación ha trasvasado ya fondos por más de 10 millones de euros.
Monasterio encabezó finalmente la candidatura de Vox en las últimas elecciones autonómicas, pero la dirección nacional le impuso muchos de los nombres incluidos en su lista y apenas le prestó apoyo: Abascal solo participó en un mitin en la Comunidad de Madrid durante la campaña electoral y no fue en la capital sino en la localidad de Chinchón, de 5.600 habitantes. Enfrentada a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que ha seducido a buena parte del electorado de Vox apropiándose de su discurso, Monasterio obtuvo entonces casi 250.000 votos y 11 diputados, dos menos que en las elecciones anticipadas de 2021.
La líder de Vox en Madrid se quedó aislada en el partido tras la salida de su marido, Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. El que hasta entonces era cabeza visible del sector defensor del liberalismo económico en Vox anunció en agosto pasado que dejaba la dirección nacional de la formación y que no recogería el escaño que había ganado en las elecciones generales de julio, después de que el aparato central hubiera eliminado de la candidatura a algunos de sus principales colaboradores en el Congreso, como los exdiputados Víctor Sánchez del Real o Rubén Manso.
Monasterio, que ha sido presidenta de Vox en Madrid durante ocho años, era una de las pocas fundadoras del partido que seguía en un puesto de responsabilidad diez años después de su creación. Del núcleo inicial prácticamente solo queda, además del propio Abascal, Javier Ortega Smith, aunque este ha visto progresivamente recortado su poder hasta quedar relegado a la condición de vocal del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) tras ser sustituido por Garriga como secretario general y perder la condición de vicepresidente a principios de este año.
La hasta ahora presidenta madrileña de Vox ha sido la artífice de la implantación del partido en la comunidad, donde fue la única fuerza política que presentó listas en todos los municipios en las últimas municipales y obtuvo más de 200 concejales. Sin embargo, al contrario que otros líderes regionales, como los de Castilla y León o Murcia, no forma parte del Comité Ejecutivo Nacional (CEN). En septiembre de 2020, su lista fue proclamada ganadora de las primarias de Vox en Madrid con el aval del 8,3% de los afiliados, después de que ninguna otra candidatura llegase al listón mínimo para poder presentarse, que se rebajó del 10% al 5% de la militancia.