El Gobierno y Canarias retoman la negociación migratoria mientras El Hierro busca cómo enterrar a las víctimas del naufragio
La tragedia vivida el sábado en la pequeña isla irrumpe en las conversaciones entre los dos Ejecutivos, que buscan cerrar un pacto para distribuir a los migrantes en la Península
La imagen de la embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Adhara atracada en el Puerto de La Restinga (El Hierro) se ha integrado ya en la postal que los turistas y residentes observan a diario desde el paseo marítimo. Algunos de sus habitantes aseguran haberse acostumbrado a los desembarcos de migrantes. Incluso, tristemente, a las tragedias,...
La imagen de la embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Adhara atracada en el Puerto de La Restinga (El Hierro) se ha integrado ya en la postal que los turistas y residentes observan a diario desde el paseo marítimo. Algunos de sus habitantes aseguran haberse acostumbrado a los desembarcos de migrantes. Incluso, tristemente, a las tragedias, como el último naufragio de un cayuco sucedido el sábado a poco más de siete kilómetros de la costa, que ha dejado cerca de 60 víctimas mortales. “Mueren y mueren y da igual. Los políticos prefieren la pelea. Esto no les importa”, lamenta Alberto P., un jubilado que apuraba este domingo su cerveza Dorada en uno de los locales de la zona.
Ese último naufragio, el peor según los registros en la costa de Canarias en tres décadas, ha irrumpido ahora de forma descarnada en la negociación que tratan de retomar los Gobiernos central y canario para buscar una solución legal que descongestione las islas, cuya red de acogida de menores está al borde del colapso. Las conversaciones se reanudarán esta semana, según fuentes del Ejecutivo autonómico.
El domingo, los barcos y helicópteros de Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Cruz Roja y Gobierno de Canarias se empleaban a fondo por segundo día consecutivo en las tareas de búsqueda del medio centenar de desaparecidos del cayuco, ya sin esperanza de encontrarlos con vida. El día anterior de madrugada, la embarcación, con al menos 84 personas a bordo —malienses, mauritanos y senegaleses—, volcó cuando estaba siendo rescatada por Salvamento Marítimo, ya muy cerca de tocar tierra. Hubo solo 27 supervivientes —entre ellos, cuatro menores— y fueron recuperados nueve cuerpos —entre ellos el de un niño—.
Cinco de los migrantes requirieron hospitalización por traumatismos e hipotermia, y ayer tres de ellos seguían ingresados. “Estaban relativamente bien”, recuerda Manuel Gálvez, el médico que coordina el servicio de urgencias del hospital insular y que atendió la emergencia tras ser levantado de la cama a las tres de la mañana. “Trabajamos hasta las 5.30 o 6 de la mañana, y quedamos a la espera de que llegasen otros supervivientes. Cuando nos comunicaron que no habían encontrado nadie más con vida… Bueno, se produjo un silencio y cundió el drama”, lamenta en conversación telefónica.
Durante la jornada del domingo participaron en la búsqueda tres medios aéreos y tres marítimos (la Guardamar Calíope de Salvamento Marítimo, la patrullera Río Guadiato de la Guardia Civil y la LS Hades de Cruz Roja). Sin éxito: a media tarde, un helicóptero avistó lo que podría ser un cuerpo. La Calíope, sin embargo, certificó que solo se trataba de una chaqueta flotando.
El naufragio ha vuelto a poner de relieve las tensiones que vive El Hierro. La isla, la más pequeña y menos poblada del archipiélago canario, se ha convertido en el principal destino de las llegadas desde que se produjo la reactivación de la ruta canaria de migración hace ahora un año. Desde entonces, este punto, el más occidental de España, se ha convertido en un embudo en el que se producen atascos en los triajes realizados a los migrantes a la intemperie o en las pruebas óseas a los posibles menores, y quejas por la sobrecarga de trabajo por parte de la policía. Los nueve cadáveres recuperados tras el naufragio y la posibilidad de que vayan apareciendo en los próximos días los cuerpos del otro medio centenar de personas que se ahogaron en cuestión de minutos durante el durísimo rescate han llevado al Ejecutivo autonómico a considerar derivar los cuerpos a Tenerife o Gran Canaria, según anunció la consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado.
Acuerdo urgente
La tragedia, a su vez, ha servido al Gobierno de Canarias para volver a reclamar un acuerdo urgente que facilite la derivación de parte de los cerca de 5.500 menores que tutela Canarias a otras comunidades autónomas de la Península. “Estamos en una situación de crisis humanitaria en mayúsculas”, dijo el sábado el presidente regional, Fernando Clavijo (Coalición Canaria). “Necesitamos que nos ayuden, el pueblo canario necesita ayuda”, insistió.
Esta semana está previsto que el Gobierno central, el autonómico y el Partido Popular retomen las negociaciones tras más de cinco meses de atasco y fuego cruzado. Las tres partes cancelaron a última hora la reunión prevista para el pasado miércoles a la espera de una serie de datos sobre la capacidad de acogida de las comunidades autónomas, un informe que estaba preparando el Ministerio de Juventud e Infancia y que aún no estaba listo.
El viernes, apenas horas antes del suceso, Clavijo aseguraba en Madrid que el pacto tripartito era cuestión de “dos o tres semanas”, y admitía que su “tensa relación” con el Gobierno respondía, en parte, a la necesidad de “agitar el árbol” para forzar una respuesta.
Este fin de semana, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, fue el único miembro del Gobierno que se puso en contacto con Clavijo para ofrecer ayuda y expresar sus condolencias por la tragedia de El Hierro. Ningún otro responsable del Ejecutivo lo hizo, tampoco de forma pública. Algo que sí han hecho otras personalidades como el Papa, quien afirmó, a bordo del avión papal de regreso de su viaje a Bélgica y Luxemburgo: “Me duelen esas personas desaparecidas en Canarias, tantos migrantes... que buscan la libertad y que se pierden en el mar o casi en la costa”. También el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, mostró su “solidaridad” con las autoridades de Canarias y su “gratitud a los equipos de rescate”, y señaló: “Este trágico episodio prueba la emergencia migratoria en España. El Gobierno debe afrontarla con recursos y firmeza”.
Colapso en la isla
Canarias y el Estado sí han acelerado los pasos para evitar que la posible llegada de decenas de cadáveres tras el naufragio de El Hierro pueda colapsar el sistema funerario en una isla que lleva un año enterrando cuerpos. La alta letalidad de esta ruta migratoria ha llevado a que el cementerio del municipio de El Pinar (1.825 habitantes, en el que se ubica el Puerto de La Restinga) albergue ya unos 30 enterramientos de migrantes, en nichos que han sido cedidos por el Ayuntamiento.
Se prevé que los ayuntamientos de los municipios de Valverde y La Frontera asuman ahora los entierros de los nueve cadáveres que pudo recuperar en un primer momento la Salvamar Adhara, para no congestionar más el camposanto de El Pinar. Los cuerpos esperaban este domingo en el tanatorio de La Frontera. Fuentes de la instalación han explicado que se ha tenido que habilitar un espacio refrigerado para siete de los cadáveres, dado que la sala de autopsias solo tenía espacio para dos.
“Estamos con el papeleo para conseguir las autorizaciones que permitan enterrar a estas nueve personas fallecidas” cuyas autopsias ya se han llevado a cabo, ha explicado Delgado este domingo. “La idea es crear un marco común con los ayuntamientos y con el Cabildo de manera que podamos atender esta crisis y también toda la llegada de inmigrantes a Canarias”.
Anselmo Pestana anunció el sábado, además, que la Guardia Civil prevé tener lista una carpa refrigerada en el Puerto de la Estaca (en Valverde) para colaborar en la conservación de los posibles cuerpos que aparezcan en los próximos días. Fuentes de la Delegación del Gobierno han explicado que su montaje se llevará si las circunstancias lo requieren, “por ejemplo que se encuentre un número de cadáveres que no pudieran ser gestionados de golpe en el tanatorio de La Frontera”.