Mañueco rehúye los compromisos con Gallardo en el primer Pleno desde la ruptura con Vox

El PSOE insta al Gobierno del PP a que demuestre en el nuevo ciclo si ha roto “con los racistas”

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, compareceante los medios tras la decisión de Vox de abandonar los gobiernos de coalición con el PP.R. García (EFE)

“Desde el aprecio personal y la cordialidad institucional…”. Juan García-Gallardo se estrenaba como parlamentario raso en las Cortes de Castilla y León, tras renunciar a su puesto de vicepresidente de Alfonso Fernández Mañueco (PP), preguntándole de forma cortés a su exjefe por aquellos proyectos alumbrados entre ambos pero en el limbo político....

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“Desde el aprecio personal y la cordialidad institucional…”. Juan García-Gallardo se estrenaba como parlamentario raso en las Cortes de Castilla y León, tras renunciar a su puesto de vicepresidente de Alfonso Fernández Mañueco (PP), preguntándole de forma cortés a su exjefe por aquellos proyectos alumbrados entre ambos pero en el limbo político. El protocolo antiaborto, la oposición a las políticas de la Agenda 2030, la prometida Ley de Concordia o el “efecto llamada” coparon las inquisiciones de Vox sobre un presidente que respondió con el estilo habitual para la oposición: evasivas. El PSOE, habituado a ese rol, se ha preguntado “si de verdad se ha roto” ese pacto entre las derechas y Mañueco, ahora en minoría, ha ofrecido “diálogo” sin visos próximos de conseguirlo: los grupos recuerdan sus rencillas mutuas más allá de las necesidades actuales.

El primero en dirigirse al dirigente en esta nueva e inédita fase del PP en minoría ha sido Luis Tudanca, líder socialista, aludiendo a un “gobierno frágil, ha convertido esta bancada en un cementerio de ex vicepresidentes a base de traiciones entre unos y otros”. Tudanca ha reprochado a los conservadores: “Ha sido la extrema derecha quien le ha puesto a usted un cordón sanitario y ahora se va a poner piel de cordero para que el PSOE arregle lo que han roto”, en alusión al amago conciliador de Mañueco de apelar a la unión “para defender a las personas de Castilla y León”. El nuevo ciclo parlamentario, ha añadido, se convertirá en “la prueba del algodón” para calibrar si el PP “está con los racistas” o con quienes defienden que “la inmigración es una oportunidad”, además de ver si se superan otros conflictos forjados por Vox durante los dos años de alianza: las fracturas con el Diálogo Social, el protocolo antiaborto o la ley de Concordia exigida por la extrema derecha. “Siguen juntitos como hermanos, sigue colgado en Sanidad el protocolo antiaborto”, ha remachado.

Mañueco se ha defendido aludiendo a su victoria electoral, aunque no bajo mayoría absoluta, para reivindicar su programa electoral como guía para Castilla y León y achacar la actitud de “enfrentamiento y crispación” de Tudanca a que “en su grupo manda Ferraz, le han impedido estrechar esta mano tendida”. “Buscaré acuerdos con quienes quieran estar en el futuro de Castilla y León. Voy a tender puentes y no construir muros, luchando por la igualdad de los españoles y en contra de los privilegios de [Pedro] Sánchez a sus socios separatistas”, ha contraatacado el alto cargo, aludiendo a la política general del PSOE como causa de convertir a su representante autonómico en “una marioneta”.

El cruce verbal que ha copado más atención en el Pleno se ha producido cuando Gallardo, una vez alejado de la diestra de Mañueco e inmerso en el hemiciclo con sus compañeros de Vox, se ha dirigido al presidente. Educadamente, y tras recordarse mutuamente el “aprecio personal y la cordialidad institucional”, ambos han anticipado el tono probable en las próximas sesiones: los exsocios preguntándole al PP por las políticas cuajadas en coalición frente al PP recordándoles el trabajo conjunto, regateando apuros e instando a acuerdos. Mañueco ha eludido pronunciarse sobre las causas clave de Vox, que fueron fuente de frecuentes polémicas durante los dos años largos de entente. Gallardo ha coincidido con Tudanca al recordarle que sigue publicado virtualmente el acuerdo por el protocolo antiaborto y se ha llevado la misma respuesta: ninguna.

Quejas contra la financiación

“Defendemos los mismos principios con los que nos presentamos a las elecciones y que hicieron que nos pusiéramos de acuerdo o aprobáramos Presupuestos en 2023 y 2024″, ha esgrimido Mañueco; su exvicepresidente ha pedido “respuestas concretas más allá de palabras vacías”. También le ha preguntado por los “principios” del PP, sacando asimismo a escena al líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, como posible muñidor de la estrategia del PP de Castilla y León y potencial causante de que Mañueco no sea “un hombre de palabra”. Este también ha mentado al líder rival, Santiago Abascal, como responsable de la decisión de Vox de romper acuerdos autonómicos con el PP y ha emplazado a Gallardo a volver al redil político: “Recuerdo sus palabras en el debate de investidura, lo primero eran los intereses de las personas de Castilla y León. Le invito a volver a ese camino y que la política se dirija desde aquí y no en despachos de Madrid. Vuelva a la senda para mejorar la vida de Castilla y León”.

El Pleno ha proseguido sin más choques entre las principales bancadas y con los conflictos habituales. Mañueco, esta vez, ha apoyado a Soria ¡YA! por sus quejas contra la financiación de Cataluña y sus comparaciones a los beneficios para la España Vaciada y se ha embriscado con Pablo Fernández, de Podemos, por sus críticas por mantener como Bien de Interés Cultural la conocida como Pirámide de los Italianos, un monumento del fascismo italiano en Burgos y reivindicado por Vox. Francisco Igea, hoy independiente, ex de Ciudadanos y antaño vicepresidente de Mañueco, ha saludado, lacónico, a su dimitido sucesor: “Bienvenido al club, señor Gallardo”.

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