Sánchez en China: “Una guerra comercial no beneficiaría a nadie”

El presidente y Xi negocian para evitar las represalias al porcino español por los aranceles a los coches eléctricos chinos

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el homólogo chino, Xi Jinping, durante el encuentro en Pekín.Foto: Xinhua via AP | Vídeo: EPV

Pedro Sánchez ha sido muy claro nada más comenzar su agenda oficial este lunes en Pekín, en un viaje cuyo objetivo principal es evitar las represalias sobre el porcino español que tiene previstas el Gobierno chino como respuesta a la decisión de la Unión Europea de introducir aranceles a los coches eléctricos chinos. “Una guerra comercial no beneficiaría a nadie”, ha asegurado el presidente ante un...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Pedro Sánchez ha sido muy claro nada más comenzar su agenda oficial este lunes en Pekín, en un viaje cuyo objetivo principal es evitar las represalias sobre el porcino español que tiene previstas el Gobierno chino como respuesta a la decisión de la Unión Europea de introducir aranceles a los coches eléctricos chinos. “Una guerra comercial no beneficiaría a nadie”, ha asegurado el presidente ante un foro de empresarios chinos y españoles, el Consejo Asesor Empresarial, con 22 compañías españolas y 21 chinas representadas. “Medidas como la imposición de aranceles adicionales a los vehículos eléctricos chinos suponen un reto para todos, las tensiones comerciales actuales son un gran desafío”, ha admitido Sánchez.

“España trabajará por una solución negociada y acordada en el marco de la OMC. Una solución que ayude a crear una mayor igualdad de condiciones y fomente el desarrollo de la industria europea en colaboración con las empresas chinas del sector. En este entorno, es vital que España y China mantengamos un diálogo constructivo y fundado en el respeto mutuo”, ha insistido el presidente ante ese foro empresarial. Después, ya en la reunión con el primer ministro chino, Li Qiang, Sánchez ha trasladado su “sorpresa” por la amenaza de represalias chinas al porcino español, según fuentes de la delegación española, y ha confiado en que se pueda encontrar una solución. En esa cita, según estas fuentes, el primer ministro chino ha expresado su “preocupación” por los aranceles de la UE a los coches eléctricos chinos. El tono, señalan, ha sido positivo y la delegación española se ha llevado la sensación de que hay perspectivas de acuerdo.

En la reunión posterior con el presidente Xi, la más importante, que ofreció al español una reunión de trabajo y una cena, Sánchez se ha ofrecido como interlocutor para resolver la crisis de China con la UE por el coche eléctrico. “China juega un papel central en el mundo. Europa también. España quiere trabajar de manera constructiva para que las relaciones sean más ricas, más cercanas y más equilibradas en beneficio de nuestras sociedades. En este contexto geopolítico cada vez más complejo, debemos trabajar juntos para resolver las diferencias a través de la negociación, con espíritu de diálogo y colaboración dentro de los marcos multilaterales”, ha asegurado el español. Xi, que no se ha referido expresamente a esta guerra comercial, aunque sí ha apuntado hacia ella, ha destacado la buena relación entre China y España y ha invitado a los Reyes a visitar el gigante asiático en 2025. “En un mundo cambiante y turbulento, China y España abogamos por el respeto mutuo, el multilateralismo y el libre comercio. España juega un papel activo en el mundo”, le ha dicho Xi a Sánchez.

Saludo entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes en Pekín. CHINA DAILY (VIA REUTERS)

El mandatario chino ha pedido que ambas partes desarrollen plenamente el papel de diversas plataformas de cooperación económicas y tecnológicas para promover el desarrollo en áreas de alta tecnología como la inteligencia artificial, la economía digital y las nuevas energías, “con el fin de obtener beneficios mutuos y situaciones en las que todos ganen”, según la lectura oficial de Pekín. “Esperamos que España siga proporcionando un entorno empresarial justo, equitativo, seguro y no discriminatorio para que las empresas chinas inviertan y hagan negocios en España”, ha subrayado Xi.

España, le ha transmitido Sánchez a Xi, “apoya los principios del libre comercio y la apertura de los mercados, no está de acuerdo con una guerra comercial y está dispuesto a seguir desempeñando un papel activo en el fomento de un desarrollo sano de las relaciones UE-China”, según la lectura del Gobierno chino. Fuentes de la delegación española señalan que el ambiente en las dos reuniones ha sido muy constructivo, y aunque no se ha llegado a ningún acuerdo, parece evidente que las dos partes lo están buscando para evitar una guerra comercial que nadie parece desear. La delegación española destaca que Xi ha tratado a Sánchez en todo momento, tanto en la reunión oficial como en la cena, como un interlocutor destacado en la UE y como un socio respetado.

La conversación no giró solo sobre el conflicto comercial, también se habló mucho de geopolítica y ahí China agradece la posición de España sobre la guerra en Gaza, muy cercana a la del gigante asiático. El Gobierno chino admite el grave desequilibrio comercial con Europa -y con España- pero insiste en que no es algo buscado, sino estructural dadas las producciones de ambos gigantes. En cualquier caso la sensación que se lleva la delegación española es que hay posibilidad de acuerdo con el Gobierno de Xi. Los representantes del sector porcino que acompañan a Sánchez en el viaje están deseando ver alguna posibilidad de solución a un problema en el que se juegan un quinto de su producción, que va a China.

En julio, la UE tomó la decisión de imponer aranceles de hasta el 47,6% para evitar que los coches chinos invadan el mercado y compliquen el futuro de la industria automovilística europea. La UE considera que el Gobierno chino está subvencionando a su industria y de esa manera ayuda a que los coches sean más baratos, por tanto, habría competencia desleal con los productores europeos, con precios más caros. De momento, la medida es provisional. La votación definitiva llegará en noviembre, y China aspira a cambiar el voto de países como España para que al menos pasen a una abstención. Su forma de presionar ha sido mediante la apertura en junio de una investigación antidumping contra las importaciones de cerdo de la UE, que supone una amenaza clara de represalias a una industria porcina española para la que China es clave. Las autoridades chinas aún no han anunciado una decisión final.

España se ha convertido en una gran potencia exportadora de carne de cerdo, que mueve miles de millones de euros y miles de empleos en varias comunidades, especialmente en Cataluña, y el país asiático es su primer cliente, al que exportó 560.488 toneladas valoradas en 1.233 millones de euros en 2023. Japón, con 80.000 toneladas, y Filipinas, con 70.000, son los siguientes mercados del cerdo español en Asia, según los datos de Interporc, la patronal interprofesional de la industria. España produce el doble de carne de la que consume: el resto la exporta.

Sánchez está en China, acompañado de representantes tanto de la industria automovilística como del sector porcino, para intentar buscar una salida negociada a este conflicto y evitar una guerra comercial. “Queremos tender puentes para defender juntos un orden comercial justo en el más escrupuloso respeto del marco multilateral y manteniendo los mercados abiertos que permita crecer a nuestras economías y beneficiar a nuestras industrias y sociedades”, ha dicho Sánchez en la parte abierta a la prensa con el primer ministro chino en el Palacio del Pueblo, la sede del poder político de este gigante asiático en la plaza de Tiananmén, donde está también la Ciudad Prohibida de los emperadores y donde se produjo la brutal represión de las protestas estudiantiles en 1989, que acabaron en una matanza de más de 10.000 personas.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (cuarto por la izquierda), junto al ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares (tercero por la izquierda) y el viceprimer ministro chino, Liu Guozhong, este lunes en Pekín. Andrés Martínez Casares (EFE)

La Moncloa no quiere aclarar si Sánchez está dispuesto a negociar en Pekín con el voto de España en la UE, como quieren los chinos. España apoyó en junio la idea de los aranceles a los coches eléctricos chinos, pero la decisión sobre el voto definitivo no está tomada o al menos no ha sido anunciada oficialmente. La Moncloa insiste en que queda mucho tiempo y se hará en función de las circunstancias, por lo que este viaje será decisivo para decantarse en un sentido u otro.

Los mensajes del presidente desde que ha aterrizado en la capital china son de negociación para evitar la guerra comercial. Una de las soluciones pasa por lograr que China invierta en la Unión Europea, instale allí fábricas de coches eléctricos o de baterías, a las que también aspira España. Ya hay plantas de automóviles y baterías en marcha, entre ellas una de la marca de coches Chery en Barcelona y una del gigante de las baterías de litio Envision en Cáceres. Sánchez visitará precisamente a esta última empresa en Shanghái. “Estamos comprometidos en el desarrollo de una agenda positiva y en la búsqueda de soluciones consensuadas “, ha dicho en su primera intervención de la jornada, en la 9ª Edición del Foro España-China, al referirse a aquellos puntos en que ambos países no coinciden.

El presidente está especialmente preocupado por el desequilibrio comercial entre España y China, y el viaje también intenta buscar que haya más inversiones chinas en España y más entrada de los productos españoles en China. España, como otros países europeos, está muy preocupada ante la posibilidad de que, especialmente si Donald Trump gana las elecciones en EE UU, se inicie una nueva guerra comercial entre los dos gigantes que acabe perjudicando gravemente la industria europea. Sánchez siempre defiende en sus viajes el multilateralismo, y en China también está reivindicando que se resuelvan las tensiones con la UE en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero la UE no quiere tampoco permitir por más tiempo el gran desequilibrio con China y sobre todo quiere evitar una competencia desleal de los coches eléctricos de este país. La solución parece compleja, pero en el equipo del presidente confían en que el viaje sirva para minimizar los daños sobre la industria española, en especial la cárnica.

El primer ministro chino, Li Qiang, saluda al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, antes de la firma de acuerdos en el Gran Salón del Pueblo de Pekín, China.Andrés Martínez Casares (EFE)

Más información

Archivado En