Mora de Rubielos, el pequeño pueblo de Teruel que acoge a más de 100 inmigrantes: “Yo también fui migrante en Alemania”

Los empleados del hotel donde se hospedarán los solicitantes de asilo han recibido amenazas de muerte después de que Vox exigiera al Gobierno autonómico del PP que frenara el realojamiento

Varias de las personas refugiadas acogidas en Teruel caminan por la localidad de Mora de Rubielos (Teruel), este miércoles.Antonio García (EFE)

Amanece en Mora como cualquier otro día de esta semana, con el cielo encapotado y lluvia a ratos. Reina la calma habitual, pero en pocas horas el censo de este pequeño municipio de la sierra de Gúdar en Teruel, de apenas 1.600 habitantes, se ha incrementado casi un 7%. La noche de este martes, 110 subsaharianos procedentes de Malí, Togo y Mauritania llegaron a este pueblo del sur de Aragón ...

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Amanece en Mora como cualquier otro día de esta semana, con el cielo encapotado y lluvia a ratos. Reina la calma habitual, pero en pocas horas el censo de este pequeño municipio de la sierra de Gúdar en Teruel, de apenas 1.600 habitantes, se ha incrementado casi un 7%. La noche de este martes, 110 subsaharianos procedentes de Malí, Togo y Mauritania llegaron a este pueblo del sur de Aragón desde Canarias, según el reparto acordado por el Gobierno con las comunidades autónomas. Ellos y 15 trabajadores de la ONG Accem permanecerán alojados en el Hotel Mora, del Grupo Gargallo.

“Hotel bien, muy bien, la familia en Malí problemas, muchos problemas”, chapurrea en español uno de los recién llegados. La mayor parte de los nuevos residentes en Mora de Rubielos no conoce el idioma, otros hablan en francés y casi ninguno sabe qué va a ser de su vida. “Trabajar a España”, dice otro de los inmigrantes expresando probablemente el deseo de la mayoría. Todos son jóvenes de entre 25 y 40 años, y su llegada a este pueblo del sur de Aragón ha estado precedida de un terremoto político y social.

Vox prendió la mecha cuando el diputado Alejandro Nolasco utilizó la acogida de estas personas para presionar al Gobierno de Jorge Azcón con los presupuestos autonómicos. “Les puedo asegurar que no habrá presupuestos este año si no se corta de raíz todo este realojamiento y Aragón mantiene una postura rotunda contra la inmigración ilegal”, advirtió Nolasco el pasado 28 de agosto. Desde que los ultras rompieron la coalición que mantenían con Azcón en julio, el Gobierno de Aragón está en minoría. Nolasco no se quedó ahí, también pidió al Ministerio del Interior (aunque el competente es el de Inclusión) que cancelara la llegada de estas personas, responsabilizó al PP y al PSOE de “los machetazos, de cada robo y de lo que pueda pasar”, y llegó a instar a los responsables del hotel a que no los alojaran.

Solo cuatro días después, el alcalde de Mora, Hugo Arquímedes Ríos (PAR), denunció públicamente las amenazas de muerte que estaban recibiendo los trabajadores de este establecimiento. “Ojalá ardáis todos dentro”, fue alguna de las frases que tuvo que escuchar la recepcionista a través de llamadas telefónicas anónimas. “No hay derecho, eso es grave, desearle la muerte a alguien es una falta de ética brutal. Tú puedes estar de acuerdo o no, pero los trabajadores no tienen ninguna culpa”, se lamentó Ríos. El Partido Aragonés (PAR), al que pertenece el alcalde, salió en la misma línea y su secretario general, Alberto Izquierdo, responsabilizó directamente a Nolasco y a sus declaraciones de odio de lo que pudiera pasar.

Varios migrantes con asilo pasean por las calles de la localidad, a 4 de septiembre de 2024, en Mora de Rubielos, Teruel, Aragón (España). Javier Escriche (Europa Press)

Estos inmigrantes no son ilegales. Se trata de personas solicitantes de Protección Internacional, según ha informado Accem, por tanto, están en situación regular al huir de contextos de origen donde sufren violencia o persecución. De hecho, la mayoría son de nacionalidad maliense, país en guerra ahora mismo.

Frente al contexto político, en el pueblo hay de todo, pero un día como este priman la comprensión y la acogida. “Si el 76% de las cosas que pasan las hacemos los españoles, coño...”, dice un jubilado en el bar del pueblo. A su lado, otros recuerdan sus tiempos de migrante. “A mí me parece bien porque yo también he sido migrante en Alemania y mira si me trataron bien que cuando volví me mandaron mil pesetas de entonces”, agrega un señor, mientras otra vecina recuerda que llegó a Mora desde Barcelona: “Me vine aquí y, por tanto, también soy emigrante”. También los hay que expresan su recelo. “Al final mucho dicen de ayudar a los pueblos pequeños, pero al contrario, traen más gente y tampoco es que haya una barbaridad de faena. Si aumenta la población, también los servicios y la seguridad”, lamenta un vecino.

Azcón respaldó esta semana la petición de más seguridad que hizo el grupo municipal del PP en Mora ante la llegada de los inmigrantes. “Entiendo que tiene mucho sentido que como mínimo haya una mayor dotación de seguridad, que haya mayores recursos de las FCSE para que den tranquilidad”, ha dicho el presidente de Aragón. En Mora de Rubielos, estos jóvenes recibirán clases de español y atención social a la espera de tener un permiso de trabajo y de que se resuelva su petición de asilo. Uno de los primeros en visitarlos ha sido el delegado del Gobierno de España en Aragón, Fernando Beltrán.

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