El PP ataca la regeneración de Sánchez pese a que apoyó en la UE varias de las medidas del plan
El choque frontal con Feijóo obliga al Gobierno a sacar la propuesta con sus socios, que muestran reticencias pero se abren a negociar. Bolaños y Urtasun harán una ronda con todos los grupos
La base del plan de regeneración esbozado por Pedro Sánchez en el Congreso es un reglamento europeo pactado después de largas negociaciones entre los socialistas, liberales y populares, y por tanto respaldado en el Parlamento Europeo por el PP. Pero eso no implica que los populares vayan a facilitar un acuerdo con el Gobierno para el desarrollo práctico de este plan de Bruselas que, según el plant...
La base del plan de regeneración esbozado por Pedro Sánchez en el Congreso es un reglamento europeo pactado después de largas negociaciones entre los socialistas, liberales y populares, y por tanto respaldado en el Parlamento Europeo por el PP. Pero eso no implica que los populares vayan a facilitar un acuerdo con el Gobierno para el desarrollo práctico de este plan de Bruselas que, según el planteamiento que ha hecho Sánchez, lleva a reformar varias leyes españolas. En realidad, no es una directiva que hay que transponer. Es un reglamento que hay que cumplir antes de 2025, pero Sánchez insiste en que la mejor forma de desarrollar el espíritu de esta norma es cambiar leyes como la de publicidad institucional para limitar la financiación pública de medios que difunden bulos. En cualquier caso hay algunas iniciativas que anunció el presidente, como la Estrategia Nacional de Gobierno Abierto para dotar de mayor transparencia al Gobierno, que no necesita acordar con nadie. Y el propio cumplimiento del reglamento europeo, si no lleva reformas legales, también podría aplicarlo sin necesidad de acuerdos.
El presidente intentó convencer al PP de que le apoye en su plan de regeneración, pero el tono de Alberto Núñez Feijóo indica que será muy difícil un acuerdo PSOE-PP, algo que confirman fuentes de la dirección de este partido. Este muro del PP forzará al Gobierno de coalición del PSOE y Sumar a buscar a sus socios de investidura, a la mayoría plural que apoyó al presidente, para sacar adelante estas reformas que en realidad no están nada detalladas y empezarán ahora a negociarse.
Los ministros Félix Bolaños, por el PSOE, y Ernest Urtasun, por Sumar, iniciarán juntos el lunes y martes que viene una ronda de consultas para buscar apoyos y convencer a todos sus socios de que lo respalden e incorporen las novedades que estimen convenientes. El debate mostró que la mayoría de esos aliados tienen suspicacias y consideran que el plan anunciado por Sánchez se queda corto. Varios pidieron “más valentía”. Sumar no ha conseguido convencer al PSOE, por ejemplo, de que el plan afecte también a la justicia recuperando la responsabilidad civil de los jueces cuando cometen excesos o planteando algún sistema de reparación ante instrucciones larguísimas que no llegan siquiera a juicio y son archivadas pero provocan un gran desgaste político.
Otros grupos, como el PNV, pidieron recuperar iniciativas importantes de regeneración como la reforma de la ley de secretos oficiales, que Aitor Esteban lleva años intentando sacar adelante con sucesivos retrasos. Sánchez se comprometió con él a hacerlo esta vez. Íñigo Errejón, portavoz de Sumar, aprovechó el momento para reclamar al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que le pida perdón a él y a muchos dirigentes de la izquierda, como Yolanda Díaz o Pablo Iglesias, que fueron espiados ilegalmente por la policía por orden del Gobierno de Mariano Rajoy. Feijóo no hizo ninguna alusión al asunto cuando le tocó volver a subir a la tribuna y por tanto ni pidió perdón ni dijo que estaba en desacuerdo con lo que se había hecho en la época del ex presidente Rajoy.
Gabriel Rufián, de ERC, se mostró escéptico con las medidas del Gobierno y recordó que el problema ya ni siquiera está en los medios. Rufián sacó su teléfono móvil y dijo: “el problema está aquí. Un señor con un canal de Telegram ha logrado tres eurodiputados aquí, convenciendo a mucha gente [se refiere a Alvise Pérez, que tuvo 800.000 votos en las europeas] de que hay aviones con estelas que nos espían”. “Es verdad que hay tertulias fachas, pero ese ni siquiera es ya el principal problema”, remató. Casi todos los socios le reprocharon a Sánchez que haya pactado con el PP la renovación del Poder Judicial y le pidieron que vuelva a los acuerdos dentro de la mayoría. Miriam Nogueras, de Junts, llegó a decirle que con ese pacto Sánchez “está avalando la máquina del fango del PP”. Mertxe Aizpurua, de Bildu, le dijo que las reformas planteadas son insuficientes y le pidió más valentía para hacer reformas progresistas, como la reducción de la jornada laboral que promueve Yolanda Díaz pero que el PSOE prefiere frenar a la espera de un pacto con la patronal. “La mayoría social espera respuestas. No toleren el veto patronal. Y hagan algo con la vivienda y el precio de los alimento o estos problemas acabarán con su Gobierno”, espetó a Sánchez. Ione Belarra, de Podemos, también fue muy dura sobre todo con el tema que domina las intervenciones de este grupo: la guerra en Gaza. Acusó a Sánchez de estar vendiendo armas a Israel y le exigió que sea más rotundo. El presidente les contestó a todos, en varias largas intervenciones, tratando de buscar puntos de encuentro y sobre todo abriendo la puerta a negociar todas las propuestas. El plan tiene pues resistencias, pero todo indica que la mayoría podrá llegar a acuerdos en algunos asuntos y sacarlos adelante.
Por el contrario, el PP no ve espacio para acordar con el Gobierno un plan de regeneración mientras continúe abierta la investigación judicial sobre las actividades profesionales de la esposa del presidente, Begoña Gómez, a pesar de que las medidas sobre transparencia de los medios de comunicación que anunció Sánchez desde la tribuna del Congreso son el desarrollo de un reglamento europeo que ha aprobado el Partido Popular Europeo. Fuentes de la dirección popular admiten en privado que no pueden discrepar de las iniciativas que contiene esa normativa europea apoyada por su partido en Bruselas y a la que Sánchez se ha acogido, pero el problema para el PP es anterior, de contexto. “Aquí no hay un problema de bulos, hay un problema judicial”, subrayan fuentes del equipo directo del líder del PP. Los populares consideran que el presidente utiliza el plan de regeneración como cortina de humo sobre la investigación judicial a Gómez, por la que Feijóo llegó a invitar ayer a Sánchez a que dimita.
En su réplica al presidente, el líder del PP enseñó desde la tribuna una información publicada por el diario El Mundo que afirma que la Universidad Complutense ha pedido al juez que investigue a Begoña Gómez por “apropiación indebida” tras hallar “indicios” en una investigación interna, y la utilizó para instar a Sánchez a marcharse. “No es una organización, es una institución pública, la más numerosa de nuestro país, la que denuncia a su mujer, ¡y viene usted a hablar de regeneración democrática!”, enfatizó Feijóo, que después pidió al líder del PSOE que dimita por ese motivo. “Señor presidente, se acabó la mañana. Váyase a su despacho y redacte la tercera y definitiva carta”, le instó. “¡Váyase, redacte la tercera y definitiva carta y deje en paz a la democracia española!”.
Feijóo llevaba preparado un discurso de tono y contenido muy duros ―un fotógrafo del Congreso captó en una instantánea que sus asesores le habían escrito “tono duro” como instrucción para interpretarlo en la tribuna― que dejó sin espacio político al líder de Vox. “Esto es otra milonga más, señor Sánchez”, le afeó Feijóo. “Usted ha venido aquí a evitar dar explicaciones y a intentar castigar por ley a los medios de comunicación que informan de la presunta corrupción que le salpica”, le criticó. Los populares cuestionaron también que Sánchez anunciara ayer 100 millones para la digitalización de los medios mientras incidía al mismo tiempo en que deben mejorar en su independencia y abogaba por “limitar” la financiación pública en la prensa.
El PP tampoco quiso pronunciarse ayer sobre otras de las medidas del plan de regeneración del Gobierno, como la reforma de la ley electoral para hacer obligatorios los debates electorales, con el argumento de que no quería hacerle el juego. Feijóo, no obstante, también propuso durante la pasada campaña electoral de las generales regular por ley la celebración de los debates electorales, aunque luego dejó la silla vacía en el de RTVE al que sí asistieron Sánchez, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, y el de Vox, Santiago Abascal.