Localizados ilesos los dos espeleólogos desaparecidos en Cantabria: “No hemos pasado miedo”
Los equipos de emergencia llevaban desde el sábado buscando en una gruta
Apenas quedaban un par de minutos para las 18.00 de este lunes cuando el Servicio de Emergencias del Gobierno de Cantabria confirmaba que los espeleólogos castellanoleoneses que se buscaban desde hacía casi 24 horas en una cueva del municipio cántabro de Soba habían sido localizados y estaban ilesos. Palomba Bombín, natural de Valladolid, y Alfonso Urrutia, salmantino, entraron el sábado en Garmaciega-Sima del Sombrero, una cavidad en forma de U y que exige de al menos 20 horas para llegar desde la boca de entrada a la de salida. La gruta forma parte de uno de los conjuntos subterráneos más grandes de España, con más de 100 kilómetros de recorrido.
Ambos espeleólogos, experimentados y bien equipados, conseguían salir por su propio pie e “ilesos”, con la ayuda de los rescatadores del 112 Cantabria, la Unidad Militar de Emergencias y el Greim de la Guardia Civil. Fueron agentes del instituto armado quienes encontraron a los espeleólogos que, al no tener fuerza para regresar al punto de inicio de la ruta y quedarse sin luz, decidieron establecer un vivac para esperar a la llegada de los rescatadores. A su salida, Alfonso Urrutia ha explicado que “no pasaron miedo”, porque tenían agua y estaban preparados, aunque sí perdieron “la noción de las horas” que pasaron en el interior.
“No les queda más remedio que sentarse y esperar”
“Con oscuridad total no se pueden mover a ningún lado”, relataba el teniente del GREIM de la Guardia Civil, Pablo Villabrille, antes de que salieran. “No les queda más remedio que sentarse y esperar”, relataba. Esta actuación inteligente de los dos espeleólogos experimentados es lo que ha permitido que el resultado final haya sido “el esperado”, ha puntualizado el mando de la Guardia Civil.
De hecho, los miembros del Greim han confiado en todo momento en que los dos espeleólogos permanecían en el interior de la cueva en buen estado, a pesar de que durante varias horas se realizó una búsqueda en superficie, con drones y un helicóptero, ante la sospecha de que podrían haber salido y desorientarse. Una hipótesis que fue perdiendo fuerza con el paso de las horas.
Atrapados en una galería secundaria
Paloma y Alfonso se habían quedado atrapados en una de las galerías secundarias de la cavidad y sin un ramal claro de salida. La falta de luz y el cansancio acumulado por la travesía los llevó a permanecer a la espera de ayuda, que llegó gracias a un operativo conjunto de efectivos del Gobierno de Cantabria y del Gobierno de España en el que participaron más de 60 profesionales.
Los dos espeleólogos entraron el sábado en la cueva bien equipados, gracias al material alquilado a una empresa local, aunque no dieron aviso de sus planes al 112, una práctica obligada cuando se afronta una expedición de la exigencia que presenta Garmaciega-Sima del Sombrero. Se trata de una cavidad señalizada en su recorrido principal, ya que cuenta con cuerdas y arneses que la Fundación Espeleosocorro Cántabro (Esocan) se encarga de mantener.
La cueva en la que se han quedado atrapados los espeleólogos castellanoleoneses encierra una elevada complejidad, ya que su recorrido se realiza a una media de 4 grados de temperatura y el descenso alcanza los 500 metros de profundidad. Estas duras condiciones, unidas a la longitud del recorrido, exigen experiencia y fortaleza a quienes deciden adentrarse en ella.