La ideología, el fútbol y la violencia ultra envuelven la muerte de Sergio Delgado en Burgos

José Luis N. I., nacido en Bilbao y afincado en Burgos, de 23 años, acusado de darle un puñetazo mortal a un vallisoletano de 32 el pasado sábado de madrugada, pasará este martes a disposición judicial. El atacante golpeó a Sergio Delgado, “por ser de Valladolid”, según los investigadores, que sopesan que el atacante usara algún tipo de refuerzo o arma para el puño. El fallecido había acudido a Burgos par...

José Luis N. I., nacido en Bilbao y afincado en Burgos, de 23 años, acusado de darle un puñetazo mortal a un vallisoletano de 32 el pasado sábado de madrugada, pasará este martes a disposición judicial. El atacante golpeó a Sergio Delgado, “por ser de Valladolid”, según los investigadores, que sopesan que el atacante usara algún tipo de refuerzo o arma para el puño. El fallecido había acudido a Burgos para celebrar una despedida de soltero de un amigo y se encontró con el sospechoso a altas horas de la madrugada. La Policía sigue estudiando los hechos y ha comprobado que el detenido guarda vinculación con grupos de extrema izquierda, los Mancebos BCF, ligados con la grada de animación del Burgos CF e implicados en palizas y peleas con aficionados rivales. Entre Burgos y Valladolid existe una rivalidad histórica por causas políticas y sociales, agudizadas en los últimos años por motivos deportivos.

Fuentes policiales relatan que el golpe, a la altura de la nariz, fue tan fuerte que le provocó la muerte de forma casi inmediata. Primero pensaron que la defunción llegó por la caída posterior, pero la herida facial acreditó el fuerte impacto. Los investigadores sopesan que usara “alguna protección o refuerzo” para golpear y que después se desharía de ella. De confirmarse, dejaría de considerarse un homicidio por imprudencia y pasaría a ser catalogado como asesinato, ya que esas protecciones se consideran como armas y añaden un componente doloso al suceso.

Delgado medía 1,94 metros y era de constitución fuerte. Los agentes están evaluando las cámaras de vigilancia del entorno para aclarar los detalles, sin descartarse más detenciones en el entorno del sospechoso. El grupo Los Mancebos, añaden, está ligado a la ideología ultraizquierdista y sus integrantes han participado en palizas a aficionados rivales, no necesariamente radicales, sino meros viajeros o familias. Eso sucedió con unos espectadores del Real Zaragoza de visita en Burgos, donde también se enfrentaron con miembros del malagueño Frente Boquerón, de extrema derecha. También tienen trato con los peñistas abertzales de Osasuna, los Indar Gorri. Hace un año se detuvo a 64 personas en seis ciudades por batallas campales antes del Burgos-Zaragoza de 2022. “Dan palizas a jóvenes bien vestidos, tocan todos los palos de la delincuencia. Es más un tema político que de fútbol, el fútbol es el pretexto”, aprecian las fuentes policiales. Los Mancebos cuelgan fotos en X, antes Twitter, vestidos de negro y con su rostro pixelado, aunque se nota su juventud, y números en clave: su usuario es @MANCEBOS1312, que en el lenguaje de extrema izquierda evoca ACAB, acrónimo en inglés de All Cops Are Bastards (Todos los policías son bastardos). En alguna foto llevan banderas vascas con el lema Gora Euskadi. En sus pegatinas se proclaman antifascistas. El Burgos CF club ha lanzado un escueto mensaje institucional en el que muestra su “rechazo absoluto a cualquier forma de violencia, ya sea dentro o fuera del ámbito deportivo, condenando enérgicamente los hechos ocurridos”. El estadio de El Plantío ha aparecido este lunes con pintadas de “Asesinos”.

El grupo de hinchas izquierdistas Resaca Castellana también se ha desligado del suceso y ha manifestado sus condolencias. Fuentes próximas a Resaca afirman que entre los Mancebos y ellos hay una fuerte brecha generacional, siendo los primeros “la mayoría chavales de 18 años; el acusado, con 23, es de los mayorcitos”. Esta pequeña facción ha tenido problemas, incluso resueltos con violencia, con sus precursores, y se han implicado mucho con el fútbol, indican estas fuentes. La Federación de Peñas del Burgos CF se ha desmarcado del suceso y ha mostrado su cariño a sus homólogos del Real Valladolid.

Un exmiembro de Izquierda Unida y socio del Burgos, que pide anonimato, tilda a estos grupúsculos de herederos de Resaca Castellana: “chavales siempre en peleas y movidas, los hemos sufrido siempre y el fútbol es una excusa, lo que les gusta es pegarse”. “Se definen como de ultraizquierda, pero no sé yo cómo entienden la vida”, lamenta el burgalés, recordando los frecuentes boicoteos y vandalismo sobre la sede del partido. Las labores policiales tratan de acotar las causas de este súbito ataque. Según los allegados del fallecido, este iba con un amigo en la madrugada del viernes al sábado en Burgos, cuando se toparon con un grupo de burgaleses y, al decirles que eran de Valladolid, Delgado recibió el “fortísimo puñetazo”. La Policía remarcó la “dificultad para identificar a los jóvenes implicados y de que estos recordasen con claridad los hechos”, dada la hora y porque muchos habían bebido alcohol.

Homenaje en Valladolid y Burgos

La plaza Mayor de Valladolid, como la burgalesa, ha acogido este lunes por la mañana una concentración silenciosa para homenajear tanto al fallecido como a los 10 muertos en el incendio de un edificio de Valencia la semana pasada. Junto a la corporación municipal se han congregado muchos alumnos de la escuela de peluquería de la madre de la víctima, cuyo padre reside en otra ciudad. “Sergio, estamos contigo”, decía una pancarta desplegada ante el Consistorio. Dos mujeres del entorno de la progenitora, Sara Pereira y otra llamada Encarna, que ha declinado dar su apellido, han condenado lo sucedido y recalcado “la sonrisa” del fallecido, de quien han recordado que “nunca se metía en problemas”. Los dos ayuntamientos, del PP, han emitido un comunicado conjunto. El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha apelado a la concordia, ha pedido una vida sin violencia y se ha mostrado “horrorizado” por la agresión. La burgalesa Cristina Ayala ha considerado el puñetazo como un “delito de odio”.