Indicios y sombras del asesinato del piloto Kuzmínov
Apenas han trascendido datos fehacientes del crimen de Villajoyosa desde que el juzgado decretara el secreto de las investigaciones
El capitán del Ejército ruso Maxim Kuzmínov, piloto de helicópteros, desertó el pasado mes de agosto y se entregó a las autoridades ucranias. Medio año después, su cuerpo, aún sin identificación oficial por parte de los investigadores, yace en el Instituto de Medicina Legal después de haber sido acribillado en el aparcamiento de una urbanización de Villajoyosa (Alicante, 36.093 habitantes), en el que fue en...
El capitán del Ejército ruso Maxim Kuzmínov, piloto de helicópteros, desertó el pasado mes de agosto y se entregó a las autoridades ucranias. Medio año después, su cuerpo, aún sin identificación oficial por parte de los investigadores, yace en el Instituto de Medicina Legal después de haber sido acribillado en el aparcamiento de una urbanización de Villajoyosa (Alicante, 36.093 habitantes), en el que fue encontrado en posesión de documentación falsa. Su asesinato, atribuido por la inteligencia española a una orden directa de las autoridades rusas, tal como adelantó este jueves EL PAÍS, está siendo investigado por la Guardia Civil bajo un estricto secreto dictado por el Juzgado de Instrucción 3 del municipio alicantino. Los pocos indicios conocidos apenas trazan el camino que le trajo a España y algunos detalles de su muerte. Pero el guion definitivo de la historia todavía tiene muchas lagunas por rellenar.
Identidad. Fue Ucrania la que confirmó que el cadáver hallado en el costero municipio alicantino era el de Kuzmínov, un piloto ruso que aterrizó su helicóptero en la base aérea de Járkov sin que ninguno de sus compañeros conociera su decisión de abandonar su puesto. Tras recibir de Kiev una recompensa de 500.000 dólares, Moscú puso precio a su cabeza y le abrió una causa judicial por traición.
Llegada a España. Según fuentes del Gobierno, fue el propio Kuzmínov el que eligió establecerse en la ciudad alicantina en la que conviven 1.200 ucranios y 800 rusos, según la última contabilidad del empadronamiento municipal. Kiev le proporcionó documentación falsa, pero no protección. La Moncloa tampoco tenía constancia de que hubiera viajado a España. El militar ruso optó por instalarse en un edificio de La Cala, una zona residencial situada en el extremo norte de Villajoyosa en la que confluyen también los términos de Finestrat y Benidorm. Pese a que su entorno está repleto de establecimientos especializados en productos del Este, Kuzmínov prefería frecuentar los que tuvieran una clientela mayoritariamente española, tal vez para no ser reconocido. Sus vecinos, casi todos extranjeros en temporada baja, apenas se conocen entre sí. El militar disidente no solía hablar con nadie.
Muerte. El pasado 13 de febrero, a las 16.48, el servicio de emergencias del 112 recibe un aviso sobre un posible atropello en el interior de un aparcamiento del bloque de viviendas donde reside Kuzmínov, situado en la calle Marinada, 1 bis. Varias dotaciones de la Policía Local de Villajoyosa, que tiene un destacamento a 50 metros del lugar, se personan en la escena de los hechos. Todo sucede en uno de los dos aparcamientos del inmueble, en la calle Rosa dels Vents, en el que dos cancelas grandes y una puerta para peatones situadas al final de una rampa con fuerte pendiente dan acceso a varios pisos de plazas privadas para vehículos. Los agentes descubren nada más llegar casquillos de bala. Un cuerpo yace en el suelo y presenta varios impactos de bala y señales de haber sido atropellado, según la Guardia Civil, que no concreta el número exacto. La unidad de la Policía Judicial del instituto armado se hace cargo de la investigación tras recibir el aviso de la Policía Local. Según consta en un pasaporte hallado entre las pertenencias de la víctima, se trata de un hombre de nacionalidad ucrania de 33 años. El Juzgado de Instrucción 3 de Villajoyosa, de guardia ese día, se hace cargo del caso, abre diligencias por homicidio y ordena el levantamiento del cadáver, que se traslada al Instituto de Medicina Legal de Alicante, donde continúa. Días después, es hallado el vehículo utilizado en el crimen quemado en el acceso a una de las muchas calas recónditas de la localidad vecina de El Campello. Hasta aquí, todos los detalles que han trascendido de manera oficial.
Identidad falsa. Sin que hayan dejado traslucir los detalles, los investigadores descubren que el pasaporte de la víctima del homicidio es falso. La Guardia Civil ordena un rastreo dactilar y unos análisis de ADN y de la dentadura para tratar de establecer la identidad real del fallecido. De momento, y mientras no se remitan los resultados concluyentes de estas pruebas en el avance preliminar de la autopsia, el juzgado vilero sigue con las diligencias abiertas por el presunto homicidio de la persona cuyos datos aparecían en el pasaporte ficticio, según confirman fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). No se ha iniciado el procedimiento para avisar a la familia ni para la personación de partes en el futuro juicio, ya que todas las gestiones están encaminadas, de momento, a la verificación de la identidad y al esclarecimiento de los hechos.
Los hechos. Unos testigos aseguraron a la Policía Local que habían visto un coche salir a la fuga del aparcamiento donde dispararon a Kuzmínov. No se ha notificado, en cambio, si en su interior viajaba un solo autor del crimen o dos, aunque fuentes de la inteligencia española dan por hecho que los encargados del asesinato fueron dos pistoleros que cruzaron la frontera de ida y que, probablemente, la hayan vuelto a cruzar de vuelta.
El rastro. El hallazgo de Kuzmínov por parte de quienes lo perseguían por traidor también está bajo investigación, aunque hay dos corrientes principales. La primera, que fuera reconocido por alguno de sus compatriotas en Villajoyosa, localidad situada en la provincia española con mayor población rusa (17.500) y cercana a Altea, una de las grandes comunidades de residentes procedentes de ese país. La segunda, dada por buena por los servicios secretos ucranios, que el piloto llamara a su novia para invitarla a encontrarse con él en su nueva residencia española. Las pesquisas, en este como en todos los sentidos, siguen en marcha bajo la llave del juzgado.