Detenida una falsa cuidadora a domicilio por robar, estafar y drogar a cinco ancianos en Almería
La mujer, que vivía rodeada de lujo, se vestía con el uniforme de la empresa para la que había trabajado y se ganaba la confianza de los hombres, uno de los cuales falleció tras la ingesta masiva de benzodiacepinas y metadona
La Policía Nacional ha detenido en Almería a una mujer de 47 años que se hacía pasar por cuidadora a domicilio para estafar a hombres de avanzada edad y acabar presuntamente con la vida de uno de ellos. Vestida con el uniforme de una empresa del sector para la que había trabajado, se ganaba la confianza de sus víctimas y luego les robaba tras drogarlas con benzodiacepina para dejarlas inconscientes. Tenía numerosos antecedentes por hechos similares y había amasado una fortuna que le permitía disponer de numerosos lujos en su vi...
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La Policía Nacional ha detenido en Almería a una mujer de 47 años que se hacía pasar por cuidadora a domicilio para estafar a hombres de avanzada edad y acabar presuntamente con la vida de uno de ellos. Vestida con el uniforme de una empresa del sector para la que había trabajado, se ganaba la confianza de sus víctimas y luego les robaba tras drogarlas con benzodiacepina para dejarlas inconscientes. Tenía numerosos antecedentes por hechos similares y había amasado una fortuna que le permitía disponer de numerosos lujos en su vivienda, hasta que en noviembre pasado se excedió con las medicinas y uno de los ancianos falleció. Fue la pista clave que ha servido para dar con ella. Ha sido arrestada por un delito de homicidio, cinco de robo con violencia, cuatro de lesiones graves, uno de tenencia ilícita de armas, otro de estafa y uno más de hurto. Ya está en prisión.
Cuando los agentes de la comisaría provincial de Almería recibieron las primeras denuncias afrontaron su trabajo como un caso de robos con violencia. La primera fue en marzo de 2023 y pronto se le unieron más, hasta cinco en total. Todas tenían coincidencias. La protagonista era siempre una mujer rubia, de mediana edad y con uniforme de Clece, reconocida empresa de servicio a domicilio de Almería. Todas las víctimas —siempre hombres mayores— explicaban que cuando se les acercaba —en el entorno de sus viviendas o incluso llamando a sus puertas— la falsa cuidadora les había hablado de algún un vecino, sus esposas fallecidas o alguien conocido de la zona. Así conseguía ganarse su confianza y luego se ofrecía como compañía. Después les robaba. Lo hacía después de que les hiciese ingerir, sin que se dieran cuenta, altas dosis de benzodiacepina (un ansiolítico muy común en España). “Los llegaba a dejar inconscientes durante 24 horas, una sobredosis muy peligrosas”, explican fuentes del caso, que destacan que alguna de las víctimas sufrió varios robos.
El último caso llegó a los policías en noviembre. En su denuncia, otro varón explicaba las mismas circunstancias que las cuatro anteriores, pero había una novedad: el hombre —que falleció semanas después por la ingesta masiva de benzodiacepinas y metadona— reconoció sin dudas a quien le había estafado y envenenado. Era una delincuente habitual conocida por los agentes, que deshicieron el camino andado hasta entonces. Volvieron a tomar declaración a las víctimas y tanto una de ellas como su cuidadora identificaron igualmente a la misma mujer. Se baraja la hipótesis de que hubiera accedido a los perfiles de sus víctimas durante sus meses de trabajo en una empresa del sector o incluso en etapas anteriores, en las que llegó a trabajar para el servicio de cuidado a domicilio del Ayuntamiento de Almería. “Quizá conseguía la información de manera informal, durante conversaciones con sus compañeras”, explica uno de los agentes que ha participado en la operación, en la que han participado los grupos de Homicidios, Hurtos y Blanqueo de capitales de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Almería.
“Mi vivienda es de lujo”
Los agentes acudieron entonces a su vivienda, pero no estaba. Días después finalmente consiguieron arrestarla en otro piso en el que se había refugiado. El interior de su residencia habitual fue una sorpresa para los investigadores. Por fuera era una humilde casa destinada al alquiler social y perteneciente a la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de la Junta de Andalucía, pero dentro parecía una mansión de lujo. Desde los muebles de la cocina hasta el dormitorio o las lámparas del salón —que tenían altavoces incorporados— eran de marcas de alta gama. “Mi vivienda es de lujo”, contó a quienes le tomaron declaración, que señalan que todo el dinero que aparece en las cuentas de la detenida no se corresponde con la vida laboral de una persona dedicada al cuidado a domicilio.
Entre sus pertenencias se encontraron más de 22.000 euros en metálico, así como libretas bancarias a nombres de terceros, documentación relativa a números de cuentas y transferencias o incluso un contrato de donación de 20.000 euros. También varios teléfonos móviles y facturas de establecimientos de compraventa de oro. En su habitación, además, se halló una pistola, munición y un chaleco antibalas, se cree que para protegerse de un posible robo. También se la intervenido todo un arsenal de medicinas, así como recetarios y documentación médica. La mujer, a la que se imputan los delitos de homicidio, robo con violencia, lesiones graves, tenencia ilícita de armas, estafa y hurto. El juzgado de instrucción número 6 de Almería ha decretado el ingreso en prisión de la detenida.
La investigación permanece abierta en distintos frentes. Por un lado, para conocer si hubo más víctimas. Los policías explican que es habitual que haya personas que prefieran no denunciar por vergüenza o cualquier otro motivo, pero también analizan si pudo existir alguna otra muerte relacionada. “Las cinco personas que han denunciado tenían cuidadoras o familiares que les atendían, pero no sabemos si ha podido fallecer alguien más y que se haya confundido con una muerte natural”, cuentan fuentes de la investigación. Por otro lado, se analiza la información médica obtenida para saber cómo accedía a tantas medicinas que solo se sirven bajo receta. Y, por último, se examinan sus propiedades, contratos y los movimientos de sus cuentas para intentar cuantificar el alcance de la fortuna amasada a través de las estafas.