Los cambios en Bildu y PNV sacuden el tablero vasco antes de las elecciones
Otegi comunica este lunes su decisión de si se presenta o no como candidato en 2024
Las dos principales fuerzas políticas del País Vasco, el PNV y EH Bildu, acudirán sin sus primeros espadas a las elecciones autonómicas de 2024, las más inciertas de los últimos años, para las que aún no hay fecha. Justo después de que los peneuvistas hayan apartado de la cabeza de cartel a Iñigo Urkullu —invicto en las tres ocasiones que se ha presentado a las urnas— para entregar la candidatura a lehendakari ...
Las dos principales fuerzas políticas del País Vasco, el PNV y EH Bildu, acudirán sin sus primeros espadas a las elecciones autonómicas de 2024, las más inciertas de los últimos años, para las que aún no hay fecha. Justo después de que los peneuvistas hayan apartado de la cabeza de cartel a Iñigo Urkullu —invicto en las tres ocasiones que se ha presentado a las urnas— para entregar la candidatura a lehendakari a Imanol Pradales —sin experiencia en una cita de este calado—, está previsto que este lunes Arnaldo Otegi, líder de la coalición independentista, informe a la mesa política abertzale sobre si desea repetir como cabeza de lista (algo que ya ha comunicado a su círculo más próximo), o prefiere dedicarse en exclusiva a dirigir el partido, lo que muchos dan por hecho. La salida de los dos pesos pesados del nacionalismo vasco hasta ahora supone una sacudida del tablero político de Euskadi, donde el PSE y el PP también han renovado a sus cabezas de cartel para los comicios que se avecinan.
Sin Urkullu ni Otegi en los carteles electorales, la política vasca entra en una etapa de renovación total. La última legislatura, que expira en julio de 2024 (los anteriores comicios se celebraron en pandemia), ha obligado a todos los partidos a resituarse en el tablero autonómico. De los cinco candidatos que encabezaron las listas en las elecciones de 2020, solo estaría asegurado que repetirá la única parlamentaria de Vox, Amaia Martínez.
A falta de que Podemos (o la marca con la que decida concurrir esta vez) resuelva si repite con Miren Gorrotxategi u opta por otro candidato, los socialistas vascos y el PP ya han apostado por el cambio. Ni la socialista Idoia Mendia y ni el popular Carlos Iturgaiz, los aspirantes en los anteriores comicios, irán en los carteles. El PSE-EE confía en su actual líder regional, Eneko Andueza, y aspira a ser la fuerza determinante tras las elecciones. Sus votos serán la llave del futuro Gobierno vasco. Y los populares también han decidido renovarse con la designación de Javier de Andrés, con un marcado perfil autonomista.
El PNV y EH Bildu llegan con las opciones muy igualadas (en las elecciones generales de julio solo hubo 1.000 votos de diferencia a favor de los peneuvistas, que perdieron 90.000 sufragios). Los últimos resultados han demostrado que los primeros muestran síntomas de desgaste y que los segundos cotizan al alza. Estos dos partidos han dedicado los últimos meses a vigilar muy de cerca los movimientos que iban haciendo para tomar sus decisiones.
El PNV se adelantó al prescindir del lehendakari, en una decisión que se hizo pública el viernes. El domingo, Imanol Pradales e Iñigo Urkullu pasearon juntos por la localidad vizcaína de Sukarrieta durante los actos conmemorativos del 120º aniversario de la muerte del fundador del PNV, Sabino Arana. El lehendakari le deseó lo mejor a Pradales, a quien ofreció toda su ayuda, “una vez que termine el proceso interno del PNV”, que comienza este lunes, con la reunión de la cúpula peneuvista para proponer al nuevo candidato.
Posibles relevos
EH Bildu reaccionó solo dos días después. Otegi, otro “candidato perfecto”, como le consideran sus fieles, ha dado pistas de que no quiere repetir como aspirante, algo que muchos de sus compañeros ya dan por hecho. Ya fue candidato en 1998 y en 2001, cuando Juan José Ibarretxe era el lehendakari. La mesa política de la formación abertzale se reúne este lunes pendiente de la decisión de Otegi, que ya ha transmitido a su círculo más íntimo. Esta pasada semana admitía en una entrevista radiofónica la posibilidad de no presentarse a las próximas elecciones, invocando su larga trayectoria, “un cierto desgaste” y el “factor familiar”. “Ya he tomado la decisión”, sentenciaba, sin dar más pistas.
En medios abertzales se da por hecho que Otegi planteará la renuncia a ser el candidato de EH Bildu en 2024, pero sí se postulará para liderar la formación e impulsar un proyecto nacional que supere las tres provincias vascas. Portavoces de la coalición rehusaron entrar en especulaciones sobre el futuro de Otegi, hasta que este hable este lunes ante los suyos.
Otegi, en cualquier caso, ha dejado la puerta abierta, posiblemente a la espera de presiones internas para que, frente a un PNV sin Urkullu y un candidato no muy consolidado o conocido, repita. “Yo expondré cuáles son mis puntos de vista, luego tendrá que ser la gente la que diga si los acepta o no, si los comparte o no”, apuntó.
La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha asegurado este fin de semana que Arnaldo Otegi sería “un perfecto” candidato a lehendakari, pero apuntó que también hay otras personas dentro de la organización política que lo pueden ser.
Está prácticamente descartado que repita Maddalen Iriarte, la cabeza de lista de EH Bildu en 2020 y actualmente en las Juntas Generales (Parlamento provincial) de Gipuzkoa. Todo apunta a que la coalición abertzale apostará por una de las parlamentarias vascas de la coalición, Nerea Kortajarena o Oihana Etxebarrieta. Esta afirmó el domingo, tras un acto en Hernani, que la mesa política, tras escuchar la reflexión de Otegi, abordará el proceso para elegir al candidato y la “hoja de ruta” que va a seguir en las próximas semanas. También ha sonado el nombre de Pello Otxandiano, director de Programa de EH Bildu y considerado el nuevo ideólogo de la formación soberanista. No obstante, cobra fuerza la opción de que vuelva a ser una mujer la que opte a la presidencia del Gobierno vasco.
Una carrera para unos comicios clave y aún sin fecha
Las elecciones en País Vasco y Galicia tienen que celebrarse necesariamente antes del 12 de julio de 2024, cuando se cumplen cuatro años de los anteriores comicios, tal y como obligan los estatutos. No obstante, la fecha en que los gallegos y vascos fueron a votar en 2020, en plena pandemia, fue completamente atípica, ya que ambas tenían que haberse celebrado el 5 de abril, cuando toda España estaba confinada desde un mes antes por la crisis sanitaria de la covid-19.
Ambas comunidades han celebrado conjuntamente elecciones en las últimas convocatorias, pero el presidente gallego, Alfonso Rueda, ha abierto recientemente la puerta a adelantar los comicios para dirigir la Xunta. El viernes, en un desayuno informativo en Madrid, insistió en su voluntad de proteger la convocatoria electoral de la “tormenta” y abrió la puerta a que no coincida con los comicios vascos como ha ocurrido desde 2009. Rueda afirmó que su intención era aprobar los Presupuestos regionales en diciembre y llamar a las urnas en los siguientes meses.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, aseguró el domingo que para él es “fundamental” ganar las autonómicas en Galicia, donde ve a su partido “en condiciones” de conseguir una quinta mayoría absoluta.
El calendario electoral de 2024 se completa con las elecciones europeas, previstas para el domingo 9 de junio. La acumulación de votaciones ha llevado a plantear la posibilidad de que vascos y gallegos voten ese mismo día a los representantes a sus respectivos parlamentos. Pero ninguno de los presidentes ha adelantado fecha alguna.
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