El fiscal antidroga de Marbella: “Es básico perseguir los alijos, pero sobre todo el dinero. Es donde les duele”
Carlos Tejada destaca la peligrosidad de los grupos criminales asentados en la Costa del Sol y el fácil acceso al lujo que tienen para gastar sus ingentes beneficios
El tráfico de drogas es hoy un elemento más del día a día en la ciudad de Marbella (Málaga, 150.725 habitantes). Sede de decenas de organizaciones criminales, los narcos más importantes la eligen para vivir y controlar de cerca sus operaciones mientras gastan, blanquean y disfrutan los ingentes beneficios de su actividad ilegal. El Gobierno creó en la primavera de 2022 el cargo de Fiscal Delegado en Marbella de la Fiscalía Especial Antidroga y convirtió así a Málaga en la única provincia, junto a Cádiz, con dos fiscales especializados. Carlos Tejada Bañales, nacido en Portugalete (Bizkaia) hac...
El tráfico de drogas es hoy un elemento más del día a día en la ciudad de Marbella (Málaga, 150.725 habitantes). Sede de decenas de organizaciones criminales, los narcos más importantes la eligen para vivir y controlar de cerca sus operaciones mientras gastan, blanquean y disfrutan los ingentes beneficios de su actividad ilegal. El Gobierno creó en la primavera de 2022 el cargo de Fiscal Delegado en Marbella de la Fiscalía Especial Antidroga y convirtió así a Málaga en la única provincia, junto a Cádiz, con dos fiscales especializados. Carlos Tejada Bañales, nacido en Portugalete (Bizkaia) hace 57 años, obtuvo la plaza de ese nuevo cargo en concurso público. Antes había ejercido dos años como juez en Girona y ocho en la Fiscalía de Menores de Barcelona. En 2006 pidió el traslado como fiscal a una Marbella entonces absorbida por la corrupción urbanística. Cuenta que el trabajo se le acumula, que las instalaciones judiciales de la ciudad son pequeñas y antiguas y que sus archivos se inundan cuando llueve de más. Le da apuro recibir a delegaciones extranjeras por la mala imagen que todo ello da.
Pregunta. En su experiencia de casi 20 años en esta ciudad, ¿qué cree que pasó para que el crimen organizado enraizase de manera tan profunda en la zona?
Respuesta. Son muchos motivos. En los años de corrupción inmobiliaria el trabajo se atascaba en los juzgados y los malos lo aprovechaban. Tenemos un sector inmobiliario muy potente que mueve muchísimo dinero, con empresas legales en su inmensa mayoría pero que es también una actividad por la que los delincuentes apuestan para blanquear su dinero. La zona ofrece facilidades para esconderse entre las urbanizaciones de la costa y hay buenas comunicaciones: es fácil salir o entrar. Aquí el lujo, fíjese en el parque móvil, es único. Los narcotraficantes se gastan el dinero tranquilamente en Marbella sin que llame la atención. Aquí pueden gastar ese beneficio [derivado del narcotráfico]. En el momento que vean que no pueden disfrutar del dinero, se irán a otro sitio.
P. ¿La plaza se creó para conseguirlo?
R. Era una necesidad por múltiples razones. Marbella es un lugar con gran trasiego de drogas y asuntos derivados. Tras el refuerzo policial en Campo de Gibraltar, muchos narcotraficantes se desplazaron hacia esta costa. A ello se suman los ajustes de cuentas que ha habido, sobre todo en 2018 y 2019. El trabajo policial se ha ido reforzando con la creación de grupos como GRECO, Udyco y Edoa, pero hacía falta un puesto como este. Una de las primeras cosas que hice cuando llegué fue reunir a los jefes de todos los grupos que luchan contra el narcotráfico para coordinarnos lo mejor posible.
P. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido en este primer año?
R. La cantidad de dinero que mueven los narcotraficantes y lo fácil que es gastarlo en Marbella sin llamar la atención. También su peligrosidad y la juventud de los delincuentes. Son personas jóvenes que manejan un dineral y no van a renunciar a ese modo de vida de villas exclusivas, coches de lujo y todo tipo de caprichos. Harán todo lo posible por mantenerse ahí. Y, si tienen que llevarse por delante a cualquier persona, no pestañean. Es básico perseguir los alijos, pero sobre todo el dinero y en lo que se convierte: vehículos, casas, embarcaciones. Es donde les duele, porque un alijo es sustituible por otro, pero el dinero, no.
Aquí el lujo es único. Los narcotraficantes se gastan el dinero tranquilamente en Marbella sin que llame la atención. En el momento que vean que no pueden disfrutar del dinero, se irán a otro sitio”
P. ¿Tanto dinero mueven?
R. Son cantidades inimaginables. No hay mercancía que suba tanto los costes desde el origen al mercado. Los beneficios se multiplican, aunque también los riesgos. Y esa competencia genera criminalidad, como los ajustes de cuentas.
P. Son frecuentes en la Costa del Sol.
R. Sí. Cuando una operativa de drogas les sale mal, buscan la venganza, siempre entre ellos. También hay vuelcos [robos de droga entre delincuentes] y al final alguien lo suele pagar. Ocurre igualmente por la competición para quedarse con una mayor cuota de mercado, tanto en el tráfico de hachís y derivados del cannabis como en la cocaína, que son las dos grandes actividades de la zona. La droga mueve muchísimo dinero y la gente por esas cantidades hace cualquier cosa, como matar.
P. La policía denuncia que las armas son cada vez más habituales. ¿Es así?
R. No se incautan tantas, pero sí aparecen en algunos registros. Creo que se utilizan más como defensa, aunque a veces tienen silenciador y eso significa ya otra cosa. Conseguir armas es relativamente fácil para estos grupos criminales. Es muy peligroso, porque muchas de estas personas son muy jóvenes y muestran una temeridad que antes no se veía.
P. ¿Ello genera inseguridad en Marbella?
R. A nivel de calle, la verdad, se vive muy tranquilo.
Las cantidades que se mueven son inimaginables. No hay mercancía que suba tanto los costes desde el origen al mercado”
P. ¿Se puede acabar con el narcotráfico?
R. Es muy difícil. En un alijo de drogas hay muchas personas implicadas: desde los organizadores, que a veces viven en Dubái, al escalón más bajo, los que descargan fardos de hachís, quienes también cobran un dinero difícil de ganar con otra actividad. El tráfico de drogas mueve tanto dinero que siempre va a haber gente dispuesta a asumir el riesgo. Sí que creo que poco a poco se está haciendo más presión, hay más grupos policiales especializados que hacen una grandísima labor, pero hoy por hoy es muy difícil. Los informes a nivel europeo y mundial hablan de que la droga bate récords de producción y, mientras haya demanda, habrá oferta. La solución es seguir potenciando las unidades policiales y que los narcotraficantes tengan la convicción de que no son bienvenidos en Marbella.
P. ¿Cómo se puede conseguir?
R. Hay que hacer la vida más incómoda a las organizaciones, que sus miembros acaben en prisión. Hay que potenciar las unidades policiales y de la Fiscalía. También proporcionar muchos de los bienes incautados a la policía para que sean más efectivos: vehículos, embarcaciones, sistemas de telecomunicaciones… Los narcos mueven tanto dinero que disponen de todo tipo de recursos. Es increíble.
P. Los agentes suelen quejarse de falta de recursos. También de que la justicia es lenta y que la labor policial a veces queda en poco o nada en los tribunales.
R. Las causas con organizaciones criminales son muy complejas. Algunas tienen hasta 90 personas investigadas, cada una con mucho dinero para gastar en buenos abogados. La ley es hiper garantista y permite recurrir cada decisión en varias ocasiones, dilatando los procedimientos. Hay que tener en cuenta que Marbella no tiene órganos de enjuiciamiento: aquí solo instruimos las causas, pero se juzgan en Málaga, lo que provoca más atrasos. Los juicios tardan en llegar. Y el único que se beneficia de la tardanza de un procedimiento es el investigado.
P. ¿Faltan recursos a nivel judicial?
R. Esta plaza me gusta mucho, pero me encargo de Marbella y Estepona, con 70 kilómetros de costa entre ambos municipios. También Ronda, pero ahí tengo el apoyo de una fiscal. Haría falta como mínimo una persona más. Drogas, ajustes de cuentas, blanqueo... Es mucha carga. Y los juzgados de Estepona son todavía mixtos: de Instrucción y de Primera Instancia. Lo mismo llega una operación compleja de narcotráfico que la reclamación de una comunidad de vecinos. Eso dificulta muchísimo. Aquí en Marbella ya está separado, pero hay juzgados colapsados. Por eso estaría bien crear juzgados especializados, con jueces y fiscales centrados solo en tráfico de drogas. Habría que ver el encaje legal, pero sería estupendo.
P. ¿Jueces especializados en narcotráfico?
R. Es una idea que aparece en la Memoria de la Fiscalía. En Francia tienen jurisdicciones especializadas, donde no solo hay fiscales, también jueces que se dedican en exclusiva a causas de tráfico de drogas.
Estaría bien crear juzgados especializados, con jueces y fiscales centrados solo en tráfico de drogas. Habría que ver el encaje legal, pero sería estupendo”
P. ¿Hacia dónde se encamina la lucha contra el narcotráfico?
R. No se ve, pero ahora en Marbella hay policías de muchos países trabajando. El año pasado acogimos una reunión con representantes policiales de toda Europa. Ahora los grandes cargamentos de drogas están participados por integrantes de distintos países, que pactan qué parte se queda cada uno. El futuro de la lucha contra el narcotráfico es la colaboración internacional, tanto a nivel policial como judicial. Hace poco incautamos casi 800 kilos de cocaína en alta mar en una operación modélica con Portugal. Ese es el camino. El caso de Encrochat también es buen ejemplo. La coordinación entre países está permitiendo desmantelar muchas organizaciones criminales, algunas aquí en la Costa del Sol. Tenían un sistema propio donde se permitían pactar cargamentos, hablar de asesinatos, poner precio a la vida de las personas. Se creían imbatibles.