Podemos denuncia que Sumar quiere “invisibilizar” al partido de Belarra en el Congreso

La coalición que lidera Yolanda Díaz otorga una portavocía adjunta a Catalunya en Comú, otra a Compromís y una última rotatoria entre Chunta Aragonesista y Més per Mallorca, pero ninguna a Podemos ni a IU

Los diputados de Podemos Javier Sánchez Serna, Ione Belarra y Noemí Santana, junto a la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero (esta con chaleco blanco), llegan al Congreso el 17 de agosto.Rodrigo Jiménez (EFE)

La dirección del grupo parlamentario de Sumar ha confirmado este lunes que ninguna de sus cuatro portavocías en el Congreso estará ocupada por diputados de Podemos, IU o Más Madrid. Todas serán copadas por el propio partido de Yolanda Díaz (la portavocía principal) y por tres partidos de ámbito regional: Catalunya en Comú, Compromís, Chunta Aragonesista y Més per Mallorca (estos dos últimos compartirán una coportavocía de forma rotatoria). Podemos ha denunciado que, con esa decisión, Sumar pretende “invisibilizar” al partido de Ione Belarra, y ha advertido de que seguirá ...

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La dirección del grupo parlamentario de Sumar ha confirmado este lunes que ninguna de sus cuatro portavocías en el Congreso estará ocupada por diputados de Podemos, IU o Más Madrid. Todas serán copadas por el propio partido de Yolanda Díaz (la portavocía principal) y por tres partidos de ámbito regional: Catalunya en Comú, Compromís, Chunta Aragonesista y Més per Mallorca (estos dos últimos compartirán una coportavocía de forma rotatoria). Podemos ha denunciado que, con esa decisión, Sumar pretende “invisibilizar” al partido de Ione Belarra, y ha advertido de que seguirá reivindicando y haciendo oír su voz propia en la Cámara baja.

Podemos e Izquierda Unida obtuvieron —igual que Catalunya en Comú— cinco escaños cada uno, y son, despues de Movimiento Sumar (con 10 diputados), los partidos más fuertes dentro del grupo, que en total tiene 31 diputados. Además, Podemos e IU concurrieron a las elecciones generales en toda España o en gran parte del territorio nacional, al contrario que los cuatro partidos que sí tendrán portavocía adjunta, que sólo se presentaron en sus respectivas circunscripciones (en Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón y Baleares). Fuentes de Sumar justifican esta distribución de las portavocías en el carácter “plurinacional” del nuevo grupo. “Nos parece que es la mejor fórmula de representar el país que ya somos y lo que significa Sumar en la sociedad”, sostienen.

Las portavocías del grupo aportan visibilidad a los partidos que las ostentan, al permitirles intervenir en las ruedas de prensa en el Congreso y en los plenos cuando el grupo reparte los tiempos; pero, sobre todo, les permiten registrar iniciativas parlamentarias. Hay otras portavocías, las de las distintas comisiones parlamentarias, que aún no están decididas.

La portavoz federal de IU, Sira Rego, ha reclamado que se reconsidere el reparto para que haya alternancia y se pueda garantizar “la diversidad y riqueza” en la coalición. Podemos ha sido más duro: “Podemos va a tener el espacio que le corresponde dentro del grupo parlamentario”, ha afirmado la coportavoz del partido Isa Serra. “Invisibilizar a Podemos no va a servir para otra cosa que para generar desilusión en miles de personas. Es importante decir que, sea con portavocía en el grupo parlamentario o sin ella, tendremos voz, no se preocupen”, ha advertido, antes de que se comunicase oficialmente el registro de los portavoces. Serra ha denunciado que el reparto supone un funcionamiento “contrario a lo que ha sido la lógica de Unidas Podemos” en las pasadas legislaturas, cuando “no solamente en el grupo parlamentario había portavocías compartidas sino también ministerios repartidos entre las diferentes sensibilidades y espacios de UP”. “Esperamos que rectifiquen y Podemos tenga voz propia en el Congreso”, ha insistido.

Según la distribución decidida, además de la portavoz principal, Marta Lois, y de su sustituto, Txema Guijarro (ambos del núcleo de máxima confianza de Díaz), la portavocía adjunta primera corresponderá a la diputada Aina Vidal (Catalunya en Comú), la segunda a Àgueda Micó (Compromís, que tiene dos diputados) y la tercera a Jorge Pueyo (Chunta), que se repartirá con Vicenç Vidal (Més per Mallorca), ambas formaciones con un único parlamentario. “Todas las portavocías funcionarán coordinadas desde la portavocía principal y las fuerzas políticas de implantación estatal integradas en Sumar también, sin duda, tendrán visibilidad y capacidad de iniciativa política”, aseguran desde la dirección del grupo.

“Podemos está pidiendo respeto y reconocimiento”, ha reiterado el también portavoz de ese partido Javier Sánchez Serna, que ha comparecido junto a Serra. Y ha aprovechado para reclamar, en el caso de que salga adelante la investidura del socialista Pedro Sánchez, un asiento en el próximo Ejecutivo: “Desde Podemos vamos a trabajar para que se forme un Gobierno de coalición progresista cuanto antes y también por que siga habiendo ministros y ministras de Podemos”.

Izquierda Unida pide rotación

En un tono muy diferente, Sira Rego, de IU, ha hecho notar igualmente el malestar de su formación ante la decisión del equipo de Díaz. “Creemos que se necesitan unas portavocías que representen y garanticen la diversidad y la riqueza del espacio político. Esto es complejo. No tiene por qué estar cerrado del todo”, ha dicho, apelando aún al “carácter transitorio” de este reparto y a nuevas negociaciones que modifiquen lo registrado este lunes. Para Izquierda Unida, el grupo ha de “garantizar la visibilidad y el trabajo político ligado a toda la cuestión plurinacional, pero también a la diversidad territorial y al eje que se articula en torno a la cuestión del Estado social y los derechos”. Propone, por ello, “algún tipo de rotación” en las portavocías que garantice que todas las formaciones que integran Sumar se sientan “cómodas con esta representación y a gusto para seguir trabajando”.

La relación entre Podemos y la dirección de Sumar es compleja y en ella prima la desconfianza. Después de las negociaciones para construir la coalición de 16 partidos y de una campaña en la que su papel fue secundario, la propia Belarra criticó al día siguiente de las elecciones la pérdida de votos y señaló que la “estrategia de renunciar al feminismo [en referencia al veto de Irene Montero] e invisibilizar a Podemos” no había “funcionado”, un relato contrario a la línea más optimista expresada por la propia Díaz la noche electoral del 23-J.

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