Localizado el barco gallego ‘Villa de Pitanxo’ que naufragó en Terranova en febrero de 2022

Los familiares de los 12 marineros que siguen desaparecidos tienen esperanzas de que la expedición judicial pueda localizar algún cuerpo y aclarar las causas del accidente

El buque de inspección del pecio del 'Villa de Pitanxo', el ‘Artabro’, a su salida del Puerto de Vigo, a 17 de mayo de 2023, en Vigo.Foto: JAVIER VÁZQUEZ (EUROPA PRESS)

Casi año y medio después del trágico naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo en aguas de Terranova, donde faenaba en medio de una tempestad, y al que solo sobrevivieron 3 de los 24 marineros de su tripulación, la expedición judicial a bordo del buque Ártabro confirmó este sábado el hallazgo del pecio a 750 metros de profundidad. La localización del barco tiene lugar dos días después de que se divisara una estructura metálica en el fondo marino, a 400 kilómet...

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Casi año y medio después del trágico naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo en aguas de Terranova, donde faenaba en medio de una tempestad, y al que solo sobrevivieron 3 de los 24 marineros de su tripulación, la expedición judicial a bordo del buque Ártabro confirmó este sábado el hallazgo del pecio a 750 metros de profundidad. La localización del barco tiene lugar dos días después de que se divisara una estructura metálica en el fondo marino, a 400 kilómetros de la isla canadiense de Terranova.

El Rov (vehículo no tripulado controlado por control remoto) submarino que lleva acoplado la misión de búsqueda descendió este sábado para tratar de identificar los restos del naufragio y ha podido constatar que se trata del pesquero gallego que naufragó el 15 de febrero de 2022 en aguas de Terranova con 21 víctimas, de las que 12 siguen desaparecidas. Las cámaras del Rov permitieron registrar algunos detalles de la estructura que identifican al pesquero, entre ellos el nombre.

“Es una noticia muy positiva para nosotros después de tantos meses de espera, y confiamos en que sea un avance definitivo para la investigación de las causas del accidente”, ha comentado María José De Pazo, portavoz de los familiares. De Pazo aclaró que de momento no hay indicios de que pueda haber algún cuerpo en el interior del barco, aunque están esperanzados de encontrar algún resquicio una vez que el robot pueda acceder, por lo que lamentó que “la expedición no hubiera partido mucho antes”.

Está previsto que en las próximas horas el robot vuelva a sumergirse para grabar más de cerca el pesquero y comenzar a recoger datos precisos para que los tres peritos judiciales, nombrados por la Audiencia Nacional, que van a bordo de la expedición, puedan realizar sus respectivos informes y una reconstrucción del accidente que tuvo lugar de madrugada, a 250 millas de Terranova cuando la campaña de capturas ya estaba completa y estaban a punto de regresar a Galicia. Azotado por olas de 10 metros, con viento de 30 nudos y una temperatura que rondaba los siete grados bajo cero, el barco quedó a merced de la mar. En pocos minutos, el arrastrero congelador, con las bodegas prácticamente llenas de pescado, escoró y se fue a pique.

El accidente del pesquero propiedad de Pesquerías Nores, con base en Marín (Pontevedra), es el más trágico en la historia de la flota gallega por el número de víctimas. Aparentemente, un violento golpe de mar y la parada repentina del motor fueron los principales factores que desencadenaron el súbito naufragio, según la versión que dio la compañía armadora, hasta que uno de los tres supervivientes, el marinero Samuel Kwesi, cuestionó la actuación del patrón del Villa de Pitanxo, Juan Padín. Con la versión contradictoria de Kwesi, el capitán acabó imputado por 21 presuntos delitos de homicidio imprudente en una causa que instruye la Audiencia Nacional y que ha ordenado esta expedición para aclarar su responsabilidad en el siniestro y la de la compañía propietaria del barco.

También el informe de la Comisión de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), dependiente del Ministerio de Transportes, contradice la versión del capitán, de su sobrino y de Pesquerías Nores. Sostiene que el buque frigorífico navegaba a 2,6 nudos y descarta que se hubiesen parado los motores súbitamente. Además, el informe señala que el arrastrero incumplía el certificado de navegabilidad al llevar 24 tripulantes en el momento del naufragio, dos más de los que figuraban enrolados. Y concluye que el buque solo portaba trajes de supervivencia para los 22 marineros oficialmente registrados.

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El informe de la comisión, que es más coincidente con la versión del marinero Samuel Kwesi, testigo de cargo en esta causa judicial, señala que aquel día reinaba un fuerte temporal y oleaje, cuando “el arte de pesca, que todavía no se había virado y que contenía las capturas de las últimas horas, ejerció un fuerte tiro sobre las pastecas [bloques por los que corren los cabos] de arrastre”, dejando al barco sin capacidad de maniobra.

A la espera de los datos que pueda obtener la expedición del buque Ártabro, y si servirán o no como prueba de cargo contra Juan Padín, el juez instructor Ismael Moreno ha adoptado medidas cautelares contra el patrón, al que prohibió salir de España y le retiró el pasaporte. Además, el magistrado le impuso la obligación de comparecer cada 15 días en sede judicial.

Expedición judicial

El Ártabro, propiedad de la firma gallega ACSM Shipping, zarpó el pasado 17 de mayo en medio de la polémica. La salida con rumbo a Canadá de la expedición sin que fuese autorizada por juez Moreno provocó un choque con el Ministerio de Transportes. El juez Moreno se vio obligado a aclarar en un auto que la comitiva judicial había zarpado sin haberlo comunicado al juzgado y en ausencia de dos peritos de parte que tenían que ir a bordo, uno de ellos en representación de los familiares de las víctimas que ejercen la acusación particular.

El barco hizo escala en San Juan de Terranova para que subieran los dos miembros de la expedición que había ordenado el juez y que completan la comitiva judicial con otro perito nombrado por la CIAIM y un observador que representa a la Agencia de Seguridad Marítima (EMSA).

También la empresa de servicios submarinos ACS, con sede en Vigo, adjudicataria del contrato por importe de casi tres millones de euros, convocado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, amenazó con suspender la expedición, apenas una semana antes de la salida, porque no habían formalizado el papeleo con la Administración, a punto de agotarse el plazo para hacerlo. La compañía exigió una explicación por el retraso y reprochó que llevaran 10 días con los preparativos del viaje sin haber tenido respuesta ni confirmación oficial.

Cuando habían transcurrido 18 días de viaje, esta épica inmersión en las profundidades del Atlántico norte logró los primeros resultados, con los dos robots para grabar imágenes por duplicado que van a bordo. Antes de partir la expedición, la empresa ya había anunciado que lo más difícil de la misión sería encontrar el barco, y estimaban que precisarían de unos diez días para realizar los trabajos. Ahora también se intentará grabar dentro del pesquero hundido; un hito en el ámbito de estas investigaciones judiciales en España.

ACS Shipping cuenta con 20 años de experiencia, y con bases operativas en Canarias, México y Emiratos Árabes Unidos, como una empresa especializada en servicios submarinos a los mercados del petróleo y gas, además de cableado bajo el agua y energías renovables. Hasta ahora, la empresa ha inspeccionado más de 250 estructuras marítimas, tuberías y cables en más de 60 países.

Tras su localización por radar, los especialistas procedieron a realizar la inspección visual mediante el vehículo operado remotamente (ROV) dotado de cámaras para examinar distintos aspectos del buque, como sus equipos, artes de pesca y del fondo marino que puedan resultar de interés para la investigación judicial.

Para analizar todos los parámetros del siniestro también se han realizado los primeros ensayos de simulación con el modelo del buque en el laboratorio de dinámica marina del INTA-CEHIPAR, en Madrid. Estos trabajos permitirán detallar la navegación del buque en las condiciones de oleaje existentes en el momento del accidente, comprobar su comportamiento en distintas condiciones de carga y de arrastre del arte de pesca, de acuerdo con las principales hipótesis sobre las circunstancias del accidente que manejan los expertos de la CIAIM.

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