La Guardia Civil busca en un pozo los restos de Jesús González, el segundo empresario desaparecido en Manzanares

Al igual que en el caso de Juan Miguel Isla, la confesión del cómplice del presunto asesino ha sido crucial para desentrañar el caso

La Guardia Civil inspecciona este miércoles un pozo ubicado en la localidad de Manzanares (Ciudad Real), en busca del cuerpo del empresario Jesús María González Borrajo. Foto: JESÚS MONROY (EFE) | Vídeo: EPV

Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil buscan desde este miércoles en un pozo de una finca próxima a Manzanares (Ciudad Real) los restos de Jesús González Borrajo, un empresario de 54 años desaparecido el 19 de junio de 2019. Las actuaciones policiales se están produciendo en “distintas ubicaciones del término municipal” de esa localidad gracias a una nueva confesión de Gaspar Rivera, de 70 años y presunto cómplice del principal acusado, un conocido corredor de fincas de la zona llamado ...

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Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil buscan desde este miércoles en un pozo de una finca próxima a Manzanares (Ciudad Real) los restos de Jesús González Borrajo, un empresario de 54 años desaparecido el 19 de junio de 2019. Las actuaciones policiales se están produciendo en “distintas ubicaciones del término municipal” de esa localidad gracias a una nueva confesión de Gaspar Rivera, de 70 años y presunto cómplice del principal acusado, un conocido corredor de fincas de la zona llamado Antonio Caba, de 48 años. Ambos se encuentran en prisión desde que el pasado 14 de marzo fueron hallados los restos de Juan Miguel Isla, de 59 años y también desaparecido. La pareja de Isla denunció su desaparición el 22 de julio pasado y sus restos fueron hallados en otro pozo señalado por Rivera y propiedad de Caba.

Los dos empresarios desaparecieron durante una transacción económica en la que Caba hacía de intermediario. En el caso de Isla, para la venta y adquisición de sendas fincas en la zona de Valdepeñas. Y en el caso de Jesús González, en la venta de unos vehículos de alta gama. Según la versión de Gaspar Rivera, Caba mató a los dos hombres tras contraer con ellos importantes deudas en el desarrollo de esas actividades comerciales, y él le ayudó a deshacerse posteriormente de los cuerpos.

El caso de la desaparición de Jesús González fue sorprendentemente archivado tras una investigación de la Guardia Civil de Manzanares. Se da la circunstancia de que Caba, aficionado a las armas y con fama en el pueblo de vividor y de buscavidas con don de gentes, tenía buenos amigos en la comandancia por la que, según el relato de los vecinos, “se paseaba como Pedro por su casa”. El interrogatorio al que fue sometido en su día, por ser la última persona que había estado con Jesús González justo antes de su desaparición, es más el relato de un viaje que habían hecho juntos a Paraguay que una declaración relacionada con una sospechosa desaparición.

Carteles de búsqueda de los desaparecidos Juan Miguel Isla y Jesús María González.

Ha sido el empeño de los familiares de Jesús González, que siempre sospecharon de Caba, y el hecho de que se registrara una desaparición similar y en circunstancias tan parecidas en la misma zona, lo que puso a los agentes de la UCO sobre la pista de este doble caso de desaparición que parece estar a punto de resolverse.

El lanzamiento por parte de los investigadores de una solicitud de ayuda ciudadana para localizar el vehículo de Isla el pasado mes de enero, puso nerviosos a los dos acusados de los crímenes, Caba y Rivera, que comenzaron a cometer errores, encontrándose en sitios para ponerse de acuerdo en caso de que el foco se pusiera sobre ellos y acudiendo a los lugares que, temían, podrían ser inspeccionados por los agentes. Para entonces, los agentes de la UCO ya les seguían muy de cerca los pasos que les llevaron hasta el primer cadáver. La investigación la dirige el Juzgado Número 2 de Manzanares.

La confesión de Gaspar Rivera, que lloraba ante la jueza diciendo que “lo sentía mucho” y que él solo había ayudado a su amigo Antonio Caba a deshacerse del cuerpo de Juan Miguel Isla y de su coche, a cambio de unos cuantos miles de euros que ni siquiera había llegado a cobrar, ha vuelto a repetirse en esta ocasión, con el caso del empresario también desaparecido Jesús González.

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