Feijóo da por hecho que gobernará tras el 23-J y evita cualquier directriz sobre los pactos con Vox
El líder del PP soslaya el principal desafío para los populares en la reunión de la Junta Directiva Nacional del partido y ofrece los votos de su formación “para retirar a Bildu cualquier posibilidad de Gobierno” en el País Vasco y Navarra
Sonaba What a wonderful world cuando Alberto Núñez Feijóo ha entrado este martes en la sede del PP en Madrid acompañado de todos los líderes autonómicos populares, seis de ellos nuevos presidentes tras las elecciones del 28 de mayo, en un paseíllo preparado para exhibir músculo y euforia. El PP no quiere que termine la fiesta de su victoria en las elecciones municipales y autonómicas, y la reunión de la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos, se ha preparado como otra celebración más, cas...
Sonaba What a wonderful world cuando Alberto Núñez Feijóo ha entrado este martes en la sede del PP en Madrid acompañado de todos los líderes autonómicos populares, seis de ellos nuevos presidentes tras las elecciones del 28 de mayo, en un paseíllo preparado para exhibir músculo y euforia. El PP no quiere que termine la fiesta de su victoria en las elecciones municipales y autonómicas, y la reunión de la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos, se ha preparado como otra celebración más, casi desprovista de contenido político, porque el principal asunto estratégico que el partido debe afrontar tras la cita con las urnas, los acuerdos con Vox para gobernar en seis comunidades y unos cuantos ayuntamientos, ha sido esquivado por Feijóo. En su discurso ante los barones, el líder popular no ha transmitido ninguna directriz ni instrucción sobre los acuerdos con la extrema derecha, necesarios para que el PP pueda llegar al poder. En su lugar, ha dado por hecho que gobernará tras las generales del 23 de julio: “Pedí devolver el orgullo al PP como primera fuerza y dar el primer paso para que haya un nuevo Gobierno y, a la vista del tsunami ocurrido, todo parece indicar que lo vamos a tener”.
Contagiado de la euforia que recorre al PP, el líder se ha mostrado muy confiado en sus posibilidades. “Ya le he ahorrado a la nación cinco meses de sanchismo”, ha sacado pecho Feijóo, que, con todo, ha pedido a los suyos que le ayuden ahora a él a conseguir la victoria en las generales. “Es necesario un empujón más. El sanchismo solo tiene una oportunidad: que nos cansemos y nos confiemos”, les ha advertido.
Pero ni una palabra sobre el desafío que afronta el PP a partir de ahora para gobernar en las seis comunidades autónomas en las que ha sumado con Vox. Feijóo no quiere mancharse ni quiere poner el foco en unos pactos con la extrema derecha que sabe que le perjudican, así que sigue ganando tiempo y soslayando el problema. Todo lo que ha dejado es un mensaje algo críptico, pero que revela su intención de que no se le meta en un bloque con Vox. “Nadie podrá volver a llevarnos a ninguna trinchera, porque España ha salido de ellas. Vamos a avanzar en la unidad sin bloques”, ha manifestado en un discurso en el que también ha deslizado como mensaje velado a los ultras que las urnas han dictado, en su opinión, que los ciudadanos quieren “gobiernos fuertes, estables y responsables”. Es decir, gobiernos en solitario del PP, el deseo de la cúpula popular, que está por ver que Vox acepte.
El PP estudia, en todo caso, aprovechar el adelanto electoral para dar una patada para adelante y postergar los acuerdos con la extrema derecha hasta después del 23 de julio, como han desvelado algunos de los principales barones. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha dejado entrever que el PP pretende esa jugada. “No hay ningún tipo de prisa en el diálogo con el resto de fuerzas políticas, incluida Vox. Hay margen de tiempo más que suficiente, y no tenemos que tener ningún tipo de ansiedad ni ningún tipo de prisas a la hora de establecer esas relaciones con Vox y con otras formaciones políticas”.
La otra tesis en el PP es forzar a Vox a que le regale sus votos gratis, presionándoles con un posible castigo en las generales, algo que Santiago Abascal ya ha advertido que no hará. “El PP ha obtenido un extraordinario resultado, y quien no quiera que haya gobiernos del PP, tendrá que dar explicaciones de por qué no quiere que haya gobiernos del PP”, ha desafiado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a su llegada a la junta.
Feijóo no quiere hablar de pactos con Vox, pero sigue tratando de percutir al PSOE con Bildu. En su discurso ante los barones, el líder de los populares ha ofrecido los votos del PP “al servicio del constitucionalismo para retirar a Bildu cualquier posibilidad de gobierno” en el País Vasco y Navarra.
El presidente del PP ve el camino expedito hacia La Moncloa y este martes ha recibido otra buena noticia con la decisión de la cúpula de Ciudadanos de no presentarse a las elecciones de julio. Feijóo ha agradecido a ese partido el “ejercicio de madurez y responsabilidad” que cree que granjeará al PP los 302.199 votos que CS logró el 28-M.