Partido Popular | Feijóo, del antisanchismo a ETA bajo la sombra de Ayuso
El líder popular ha terminado eufórico augurando un “grandísimo resultado” el domingo
Como tantas otras veces desde el reinado de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, el final de campaña del PP quedó eclipsado por una protagonista: ella. Dio igual que Alberto Núñez Feijóo cerrara el mitin, la presidenta de la Comunidad de Madrid acaparó los titulares, tras acusar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de “intentar un pucherazo” en las elecciones de este doming...
Como tantas otras veces desde el reinado de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, el final de campaña del PP quedó eclipsado por una protagonista: ella. Dio igual que Alberto Núñez Feijóo cerrara el mitin, la presidenta de la Comunidad de Madrid acaparó los titulares, tras acusar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de “intentar un pucherazo” en las elecciones de este domingo. Desafiaba así, en su presencia, al líder del PP, que había insistido en su respaldo a la fiabilidad del sistema electoral, aunque se hayan detectado algunos casos de intento de compra de votos en municipios del sur del país. “En el PP se opina, se habla libremente; porque no somos una secta, somos un equipo”, subrayó Feijóo poco después de la salida de tono de Ayuso, la más agresiva hasta la fecha. El incidente en el cierre sirvió de ejemplo de cómo ha funcionado la campaña del PP. Lo ha hecho por dos carriles divergentes: el de Feijóo, que ha tratado de mantener una estrategia más moderada, pero se ha visto arrastrado hacia los impulsos de la derecha más radical; y el de Ayuso, entregada a un combate con Pedro Sánchez sin límites y sin miramientos hacia el líder de su partido.
Esos dos caminos se visualizaron con la agitación del bulo de un pucherazo este domingo, y también con la polémica por la presencia de 44 condenados por terrorismo en las listas de Bildu. Feijóo, presionado por la líder madrileña y por los sectores más duros de la derecha, terminó convirtiendo en el eje de su discurso, 12 años después del fin del terrorismo, a la disuelta banda de ETA.
El plan no era ese. El PP había preparado una campaña centrada en el antisanchismo para explotar el desgaste que acusa el presidente del Gobierno por sus alianzas políticas, y al que no le hacía falta, pensaron en el comité de campaña del PP, ningún aderezo. Ni grandes propuestas ni grandes lemas, más allá de uno, repetido por Feijóo hasta la saciedad: “Derogar el sanchismo”. Pero por el camino, sin embargo, y como caída del cielo, reconocen en el PP, los populares se encontraron con la controversia de las listas de Bildu, que les permitía agitar uno de sus temas clásicos ―el terrorismo de ETA― y desmovilizar a la izquierda. “Solo tuvimos que girar el timón y poner las velas en dirección al viento”, explica un integrante del equipo directo de Feijóo. El PP lo vio claro y se lanzó a explotar la indignación contra Bildu, tanto que terminó en el barro y con los halcones del partido, liderados por Ayuso, instando a ilegalizar al partido vasco.
En ese cruce de estrategias, el equipo de la presidenta dio publicidad a un artículo de The Times sobre su liderazgo que destaca que “si Feijóo falla en diciembre, ella estará esperando entre bastidores para asumir su puesto”. En el equipo del líder del PP insisten por su parte en que “Feijóo va a tener su oportunidad” en las generales previstas para diciembre. El resultado de este domingo será clave para los equilibrios internos en el PP.
La dirección del PP cree que ha logrado una gran movilización de los suyos, que demostró llenando la plaza de toros de Valencia. Espera haber conseguido agrupar gran parte del voto de la derecha en torno a sus siglas, que ha buscado con apelaciones directas a los votantes de Vox y el anuncio del fichaje del exdirigente de Ciudadanos Luis Garicano. José María Aznar entró en campaña también como arma para atraer al electorado de la extrema derecha, aunque terminó desbarrando el discurso de los populares, con mensajes como que el Gobierno prepara una “suelta general de presos” de ETA.
Mientras todo eso sucedía, Feijóo recorría el país de cabo a rabo con medio centenar de actos en solo 15 días. El líder acusó el cansancio y terminó llenando de lapsus sus discursos. Como cuando jaleó a la candidata a la alcaldía de Barcelona, María José Catalá, que era la de Valencia; y llamó “Coalición por Sevilla” a la “Coalición por Melilla” implicada en la trama de compra de votos.
Y aunque la estrategia de los populares estuvo a punto de descarrilar con ETA, en los últimos días de campaña el PP recibió otro regalo con las detenciones de algunos socialistas acusados de compra de votos en los municipios de Mojácar (Almería) y Albudeite (Murcia). Feijóo ha cerrado la campaña eufórico, y augurando un “grandísimo resultado” el domingo. Más complicado será el día después, cuando el líder del PP tendrá que gestionar el desafío de los acuerdos con Vox.
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