La trama del ‘caso Mediador’ no cumplió ni uno solo de los objetivos de los empresarios investigados: “Me has engañado. Tengo que devolver todo”
Los individuos que solicitaron favores a la organización corrupta mostraron su descontento al intermediario
La trama de corrupción que investiga el caso Mediador se prolongó desde septiembre de 2020 hasta julio de 2021. Fueron aproximadamente nueve meses en los que el intermediario, Antonio Navarro Tacoronte, prometió a siete empresarios de las islas, Valencia y Madrid librarlos de sanciones, o que les facilitasen licencias, contratos y subven...
La trama de corrupción que investiga el caso Mediador se prolongó desde septiembre de 2020 hasta julio de 2021. Fueron aproximadamente nueve meses en los que el intermediario, Antonio Navarro Tacoronte, prometió a siete empresarios de las islas, Valencia y Madrid librarlos de sanciones, o que les facilitasen licencias, contratos y subvenciones. Ellos, por su parte, aceptaron presuntamente abonar mordidas, bien en dinero o en especie —a través de comidas y fiestas, algunas con prostitutas—. Los empresarios, sin embargo, obtuvieron un resultado nulo por su inversión.
Y eso, a pesar de que el sumario elaborado hasta ahora recoge hasta 21 transferencias de seis de las empresas de los investigados a la cuenta corriente de la pareja de Navarro Tacoronte, Irene Megolla, por un total de 83.000 euros, sin nada que justifique esos ingresos. Tres de las sociedades implicadas donaron además 15.000 euros a favor del club deportivo Asociación Vega Tetir, que presidía el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, quien renunció al acta tras estallar el escándalo y al que la investigación sitúa como supuesto cabecilla de la organización corrupta. Y eso, sin contar con algunos pagos de comidas y fiestas.
Esteban Banús
El sumario, así, deja constancia del descontento de la mayor parte de empresarios encausados, que en un momento dado comunican a Antonio Navarro Tacoronte que han dejado de esperar resultados por parte de la organización. En abril, el industrial investigado Esteban Banús —quien, junto con su mujer Inmaculada Mima Roca, había caído en la red a finales de 2021 para supuestamente agilizar la tramitación de una licencia urbanística— mantiene una conversación telefónica con el intermediario en la que deja constancia de sus escasas esperanzas. “Es que no ha habido, nada de nada, de nada”, manifiesta, “y llevamos desde antes de Navidad, ‘que sí, que mañana, que sí, que mañana, que sí, que mañana’... Coño, al final tanto mañana que uno dice: será que no existe mañana”.
El 11 de mayo, mes en que comienza el irreversible declive de la trama, se produce una conversación entre el último empresario caer en las supuestas redes de la organización, Raúl Gómez Rojo, y el intermediario, quien le recrimina al primero que le haya trasladado sus quejas al general Espinosa Navas. “Mañana lo dejamos muy clarito”, le dice Gómez Rojo, “porque estoy hasta los cojones. Horas y horas hablando por teléfono para no sacar nada, así que mañana lo decimos muy clarito”. Este empresario pagó al menos 22.000 euros a las cuentas bancarias de Miguel Ángel Robayna (propietario de una constructora y supuesto encargado de elaborar facturas para legitimar las operaciones) e Irene Megolla, pareja de Antonio Navarro Tacoronte.
Raúl Gómez Rojo
Empresarios disgustados
“Muchos empresarios disgustados porque lo prometido por la trama no se ha cumplido empiezan a trasladar sus quejas directamente a la cúpula”, prosigue el sumario de la causa que instruye la jueza. No en vano, el 22 de junio, Navarro Tacoronte le envía un audio en el que reclama a Fuentes Curbelo que no atienda las reclamaciones de Miguel Ángel Robayna, quien amenaza con denunciar. “Porque si a ti te llaman, tú le dices ‘tú a mí no me tienes que contar nada’ y cortas de raíz, amigo, ¿vale?”.
El empresario valenciano José Suárez Esteve, por su parte, conocía al general Espinosa Navas de la época en la que el alto mando estuvo a cargo del proyecto GAR-SI SAHEL en África (entre 2017 y 2021), para el que se adjudicó contratos relacionados con drones. Suárez pretendía hacerse u hacerse un hueco en las islas a través de su Zona Especial Canaria. En febrero ya comenzaba a mostrar su escepticismo en una conversación con Navarro Tacoronte. “No sé qué está pasando, este viaje de cuatro días te he visto una hora, de todo lo que me dijiste que iba a pasar, ayudas, venta de drones, etc, no a [sic] pasado nada, no me hagas pensar mal, los negocios son negocios pero jugar con el pan de mis hijos NO”.
José Suárez Esteve
Alberto Montesdeoca
Un mes después, el valenciano ya parecía darse por vencido, y así se lo hacía saber al mediador. “Y respecto al negocio de Canarias, veo que no hay nada. Voy a hablar con Juan Bernardo y que cancele la sociedad, que cobre lo que ha hecho y me devuelva el resto del dinero…”.
El empresario quesero radicado en el sur de Tenerife, Alberto Montesdeoca, se acercó a la organización en noviembre de 2020 con el objetivo de solucionar una sanción de 74.000 euros por no haber justificado correctamente unas subvenciones. Navarro Tacoronte le hizo llegar a instancias supuestamente de Fuentes Curbelo de que podían solucionar este expediente. Los pagos y visitas se sucedieron sin éxito. Ya en mayo del 2021 el ocaso de la organización era ya palpable, pese a lo cual El intermediario trataba de exprimir hasta el final a empresarios Montesdeoca García. Hasta que llega el final. El 5 de julio, el quesero parece echar el cierre a la supuesta trama con un mensaje enviado al Mediador.“Me has engañado”, le escribe. “Tengo que devolver todo”.