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El último de La Estrella

Un pequeño pueblo de Teruel se queda sin el último habitante que durante más de treinta años vivió con su esposa en esta pequeña pedanía de la comarca del Maestrazgo

Hasta hace unas semanas, Martín Colomer y su esposa, Sinforosa Sancho, de 92 años, eran los dos únicos habitantes de La Estrella, una pedanía enclavada en la profundidad de las montañas del Maestrazgo, en los límites de las provincias de Teruel y Castellón. En la imagen, vista panorámica del municipio de La Estrella.Mònica Torres
Martín Colomer, en la localidad de La Estrella, una pedanía de Mosqueruela, de la que ha sido el último habitante. Martín aceptó irse a vivir con su hijo a Villafranca, a 20 kilómetros de La Estrella, cuando Sinforosa, su mujer, fue ingresada en una residencia de ancianos. Tuvieron que convencerle de que a punto de cumplir los 90 años, y con temperaturas por debajo de los 10 grados bajo cero, no era conveniente seguir viviendo solo. Sin energía eléctrica, ni gas, ni línea telefónica, Martín y Sinforosa han visto marcharse a decenas de vecinos hasta que se quedaron solos en los años 90. No obstante, cada pocos días regresa a su antiguo pueblo a dar de comer a sus animales. Mònica Torres
Martín Colomer, en el interior de la vivienda de la Estrella en la que residía hasta hace unas semanas con su esposa Sinforosa Sancho. Mònica Torres
Interior de la vivienda en la que han vivido los últimos años Martín y Sinforosa.Mònica Torres
Martín Colomer, en la sacristía del santuario de La Estrella, donde aún permanecen algunas prendas y objetos religiosos.Mònica Torres
Virgen de la Estrella cubierta por un plástico en el interior del santuario.Mònica Torres
Martín Colomer, en la parte posterior del altar del santuario de la Estrella, donde cuelgan los exvotos colgados por los vecinos a lo largo de muchos años.Mònica Torres
Martín Colomer camina entre casas abandonadas por una de las calles de la Estrella.Mònica Torres
Martín Colomer (al fondo) dando de comer a sus perros en La Estrella.Mònica Torres
Martín Colomer abraza a su perro Capuchino en La Estrella. “El trabajo del campo es muy duro y no sacas ni para vivir. Eran jornadas de 12 horas y el patrón apenas te daba para comer una naranja o una sardina enlatada. Así es la vida aquí y no creo que muchos jóvenes pudieran soportarla hoy”.Mònica Torres
Martín Colomer camina por las calles de la Estrella, invadidas por la maleza, cargando agua y comida para sus animales. Mònica Torres
Martín Colomer frente a la puerta de su casa poniendo comida a sus perros y gatos, únicos habitantes de La Estrella.Mònica Torres
Martín Colomer camina por las calles de la Estrella con un manojo de llaves de casas del pueblo, de la iglesia o de la escuela.Mònica Torres
Martín Colomer cierra la puerta de la casona de la plaza donde estuvo la última escuela de La Estrella.Mònica Torres
Martín Colomer, sentado con algunos de sus 10 gatos en La Estrella. Con una superficie de 14.000 kilómetros cuadrados, la mitad de Bélgica, y una densidad de población de nueve habitantes por kilómetro cuadrado, Teruel es una de las provincias más despobladas de Europa. En los últimos 100 años ha perdido la mitad de su población frente a las cifras de España, que ha doblado el número de habitantes. “Ni siquiera el río lleva agua”, dice Martín, “y si no hay agua, no hay vida”, concluye.Mònica Torres