La cumbre hispano-marroquí se celebrará el próximo 1 de febrero

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, no asistirá al encuentro y Albares incide en que “las delegaciones nunca se componen de todos los ministros”

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares (segundo por la derecha), este miércoles, durante una visita la aldea de Ganguel, en Níger, donde se lleva a cabo el proyecto de cooperación huerto periurbano.MARISCAL (EFE)
Niamey (Níger) -

España y Marruecos celebrarán finalmente su Reunión de Alto Nivel el próximo 1 y 2 de febrero en Rabat. El anuncio lo ha hecho el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, nada más aterrizar en Níger, primera parada de un viaje relámpago por tres países del África Occidental.

El encuentro, previsto inicialmente para diciembre de 2020, fue suspendido unilateralmente por Marruecos. Rabat, que impuso medidas rigurosas para frenar la ...

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España y Marruecos celebrarán finalmente su Reunión de Alto Nivel el próximo 1 y 2 de febrero en Rabat. El anuncio lo ha hecho el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, nada más aterrizar en Níger, primera parada de un viaje relámpago por tres países del África Occidental.

El encuentro, previsto inicialmente para diciembre de 2020, fue suspendido unilateralmente por Marruecos. Rabat, que impuso medidas rigurosas para frenar la pandemia, alegó motivos sanitarios, aunque no dejó de celebrar reuniones de alto nivel con comitivas de otros países. La cancelación era la antesala de la crisis diplomática que se avecinaba y que no se resolvió hasta el pasado mes de abril cuando el Gobierno español respaldó la solución marroquí para el Sáhara. “Se prevé firmar un buen número de acuerdos y es un cumplimiento más de la hoja de ruta que España y Marruecos han acordado y que quedó reflejada en la cumbre hispano marroquí de abril”, ha manifestado Albares.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha señalado que no asistirá al encuentro, informa Paula Chouza. Preguntado al respecto el ministro de Asuntos Exterores, Albares ha asegurado que “las delegaciones nunca se componen de todos los ministros” y que su asistencia “depende de la agenda”. “Estoy seguro de que habrá muchos ministros por la calidad de las relaciones con Marruecos. La vicepresidenta ha estado en algunas cumbres y otras no. Irán los ministros que tengan temas que tratar con sus homólogos. No conozco los temas que tiene el ministerio de Trabajo en este momento”, ha precisado.

La XXII Reunión de Alto Nivel entre Marruecos y España, que no se celebraba desde 2015, es uno de los hitos de la hoja de ruta acordada tras la reconciliación. Acudirán al menos una decena de ministros y se tratarán asuntos como la cooperación policial en materia de inmigración irregular, el refuerzo de las relaciones económicas, exportaciones, o proyectos de infraestructura.

La normalización de las relaciones entre ambos países solo se concretó cuando, en abril, España declaraba que la solución “más viable” para el futuro del Sáhara era la propuesta de Rabat, la de un territorio con estatus de autonomía, pero bajo soberanía marroquí. El giro sobre la tradicional postura de España sobre su excolonia provocó la reprobación de todo el arco parlamentario y el rechazo frontal de Argelia, principal valedor de los intereses saharauis.

La reconciliación se escenificó en Rabat donde Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI firmaron un documento que marcaría las bases de la nueva relación. Respaldado su plan para el Sáhara, Marruecos se mostraba dispuesto a abrir las fronteras de Ceuta y Melilla y sus respectivas aduanas y retomar la colaboración contra la inmigración irregular. Las aduanas de las dos ciudades autónomas siguen cerradas, aunque la última fecha con la que se trabajaba era principios de este año. Respecto a la inmigración irregular, la colaboración marroquí ha ayudado a reducir de forma relevante las cifras y 2020 se ha cerrado con un 25% de las llegadas del año anterior.

La crisis entre ambos países se prolongó más de un año y le costó el cargo a la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya. El inicio de las tensiones fueron públicas y evidentes en abril de 2021 cuando España tomó la decisión de acoger al líder del frente polisario Brahim Gali para que se tratase de una grave afección covid en un hospital de Logroño. La iniciativa, solicitada por Argelia y no consultada con Marruecos, no gustó a Rabat que expresó su malestar de forma explícita y llamó a consultas a su embajadora en Madrid. El trasfondo de las tensiones, sin embargo, no era tanto Gali como el Sáhara y la ofensiva diplomática de Marruecos para países clave como Estados Unidos, España o Alemania apoyasen su plan frente al referéndum que reclaman los saharauis.

Apenas un mes después de la llegada de Gali, en mayo de 2021, la crisis escaló. En apenas tres días más de 10.000 personas cruzaban a nado a las playas de Ceuta ante la indiferencia de las fuerzas de seguridad marroquíes.

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