Los tres polizones llegados a Gran Canaria piden asilo
Dos de los subsaharianos abandonan el barco y pasan a disposición de las autoridades
Los tres subsaharianos llegados el pasado lunes en la pala del timón de un petrolero han solicitado asilo a las autoridades españolas, según han confirmado hoy este miércoles fuentes de la Delegación del Gobierno. Por ello, el Ejecutivo ha concedido permiso al petrolero Alithini II, a bordo del cual viajaron, para que abandone el puerto y siga su ruta sin ellos.
Uno de los migrantes sigue ingresado en el...
Los tres subsaharianos llegados el pasado lunes en la pala del timón de un petrolero han solicitado asilo a las autoridades españolas, según han confirmado hoy este miércoles fuentes de la Delegación del Gobierno. Por ello, el Ejecutivo ha concedido permiso al petrolero Alithini II, a bordo del cual viajaron, para que abandone el puerto y siga su ruta sin ellos.
Uno de los migrantes sigue ingresado en el Hospital Universitario Doctor Negrín de la capital grancanaria, fuera de peligro, por la deshidratación que sufrió durante los 11 días de travesía. Este último tomó la decisión tras recibir la visita de un miembro del secretariado de migraciones de la Diócesis de Canarias, que le ha ofrecido la ayuda de la Iglesia y del colectivo Caminando Fronteras, según ha apuntado a EFE una fuente directamente implicada en la visita. Los otros dos migrantes han pedido asilo a bordo del barco tras una visita de agentes de la Policía Nacional para interesarse por su situación.
Los tres inmigrantes, de entre 23 y 27 años, viajaron escondidos en un hueco sobre el timón del petrolero, que tardó 11 días en cubrir la distancia entre Lagos, la capital de Nigeria, y la isla. Desde entonces, apuntan fuentes del asociacionismo canario, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Iglesia, la comunidad africana en Canarias o la ONG Caminando Fronteras se habían movilizado para tratar de impedir que fuesen expulsados.
La normativa a la que se somete a los polizones es distinta a la que se aplica a los inmigrantes irregulares que llegan en patera. Tras el rescate, si es necesario, y la atención médica, los ocupantes son responsabilidad del capitán del barco y este debe comunicar a cada puerto al que se dirija que viaja con polizones a bordo. La asistencia letrada a los inmigrantes, en todo caso, sigue siendo un derecho fundamental que puede cambiar el destino del recién llegado. La orden de devolución puede ser recurrida y revocada, dado que el migrante puede sufrir persecución en su país y pedir asilo, puede tener familiares en España, puede ser víctima de trata o sufrir una enfermedad que evite su deportación, circunstancias que un abogado puede identificar en una entrevista personal. Fuentes de la Delegación del Gobierno rehusaron aclarar los detalles de estas tres peticiones.
La ONG Caminando Fronteras había reclamado este miércoles al Gobierno parar la devolución, dado que, a su juicio, “el hecho de someterse a una travesía de tal riesgo debe ser considerado como un indicio para analizar de manera individualizada las circunstancias personales de los tres migrantes”. En un escrito solicitó a la Subdelegación del Gobierno en Las Palmas que derive a estas tres personas a los programas de “atención humanitaria a migrantes” para que sean acogidas en alguno de los centros que gestiona la Dirección General de Atención Humanitaria e Inclusión Social de la Inmigración y puedan así recibir la asistencia necesaria, a fin de recuperarse anímica y psicológicamente tras “una travesía tan peligrosa”.
El pasado lunes, Salvamento Marítimo rescató en el Puerto de La Luz de Las Palmas de Gran Canaria a los tres varones que habían logrado la proeza de sobrevivir a la travesía a la intemperie en un pequeño espacio situado en la parte superior de la pala del timón, bajo la popa, a la intemperie y a merced de cualquier golpe de mar, a escaso medio metro del mar. Los polizones hacían turnos para dormir, de forma que mientras dos descansaban, el tercero vigilaba para evitar caer al agua desde el minúsculo espacio, según relataron a su llegada y relató el jefe autonómico del equipo de respuesta inmediata a los inmigrantes de la Cruz Roja, José Antonio Rodríguez.
Durante el viaje, sin embargo, los jóvenes se quedaron sin agua y sin comida, lo que motivó su ingreso en centros hospitalarios a su llegada. Pero el barco iba sin carga y eso mantuvo el agua a algo más de distancia. Fuentes de Salvamento Marítimo han explicado que hasta la fecha se han dado otros seis casos y un total de 19 personas en este puerto desde 2018, con llegadas en este mismo lugar del buque.