Reabierto el espacio aéreo español que fue cerrado por la alerta de caída de un cohete chino
300 vuelos han sufrido retrasos por las restricciones fijadas en una franja de 100 kilómetros a ambos lados de la órbita del objeto espacial
Los aeropuertos españoles, especialmente los de Barcelona, Tarragona e Ibiza, han cerrado este viernes su espacio aéreo durante unos 40 minutos como medida de precaución por la posible caída sin control de los restos de un cohete chino. El gestor de tráfico aéreo Enaire ha levantado las restricciones tras el paso del objeto espacial, según ha informado en un comunicado en el que asegura que “se ha establecido una franja de exclus...
Los aeropuertos españoles, especialmente los de Barcelona, Tarragona e Ibiza, han cerrado este viernes su espacio aéreo durante unos 40 minutos como medida de precaución por la posible caída sin control de los restos de un cohete chino. El gestor de tráfico aéreo Enaire ha levantado las restricciones tras el paso del objeto espacial, según ha informado en un comunicado en el que asegura que “se ha establecido una franja de exclusión de espacio aéreo de 100 kilómetros a ambos lados de [su] órbita”. Las restricciones no han producido cancelaciones, pero sí retrasos en 300 vuelos, la mayoría en Barcelona, según datos de Aena, el gestor aeroportuario español. Este viernes hay programados 5.484 vuelos en los 46 aeropuertos de la red.
El cierre, efectivo entre las 8.38 y las 9.38, ha dejado todos los aviones en tierra en los aeropuertos catalanes y va a causar demoras durante toda la jornada, aunque es pronto para prever cómo evolucionará la situación, según aseguran fuentes de Enaire a Efe. Algunas de las terminales han comenzado a operar pasadas las 10 de la mañana, como ha sido el caso de los de Barcelona e Ibiza, donde antes han comenzado a recuperarse los vuelos. Los aeropuertos de Aragón y Navarra también han resultado afectados por estas medidas de prevención.
La decisión de vaciar el espacio aéreo ha sido tomada por el Departamento de Seguridad Nacional (un órgano interministerial para situaciones de crisis) después de que diversas agencias de seguridad aérea mundiales hicieran un seguimiento de la trayectoria del cohete. El departamento se constituyó en la tarde del jueves y ha mantenido reuniones durante toda la madrugada. Encargó a Enaire, el operador de tráfico aéreo, ejecutar la suspensión.
El módulo de unas 20 toneladas del cohete Larga Marcha-5B Y4, que puso en órbita la última fase de la estación espacial de China, ha entrado finalmente en la atmósfera a las 11.01 hora local, pero en la zona centro sur del océano Pacífico, según ha informado el Ejército de Estados Unidos. Se trata de uno de “los escombros más grandes” que ha regresado al planeta en los últimos años, según la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, en sus siglas en inglés). Lo normal es que la fricción desintegre buena parte de esta chatarra espacial en su vuelta a la Tierra.
Eurocontrol había informado de la reentrada en la atmósfera de los restos del cohete chino, por lo que se ha establecido lo que los controladores aéreos definen técnicamente como “rate cero” para determinadas zonas del espacio aéreo, que quedan completamente cerradas a cualquier tráfico aéreo.
Las autoridades han advertido de que se iban a producir retrasos y desvíos en el tiempo que dure la alerta y la paralización, así como en las horas siguientes hasta que se normalice la situación. Iberia ha avisado a través de Twitter de que sus vuelos se iban a ver afectados. De hecho, aunque la alerta se ha lanzado para los cuatro aeropuertos ya citados, también se han producido retrasos significativos en grandes aeródromos como en el de Barajas, afectado también por un problema de escasa visibilidad. La alerta ha sorprendido a algunos vuelos en el aire, como un Palma-Ibiza de Iberia y otro Ibiza-Palma, cuya duración es de unos 20 minutos, informa Lucía Bohórquez.
En torno a las 12.00, en el aeropuerto de Barcelona-El Prat se hacía muy evidente el colapso producido tanto en las salidas como en las llegadas de aviones después del cierre. En el Prat hay este viernes 759 operaciones programadas y solo en esta mañana 157 vuelos de pasajeros y carga se han visto afectados por retrasos. De ellos, 66 con una demora superior a 15 minutos. En el aeropuerto Girona-Costa Brava ha habido dos operaciones con un retraso de hora y media. El caos ha agravado el descontrol ocasionando por la segunda jornada de huelga de tripulantes de cabina de Vueling que ha cancelado varios vuelos, informa Alfonso Congostrina.
El aeropuerto de Barcelona ha suspendido toda su operativa, tanto salidas como aterrizajes, durante una hora desde las 9.19. Exactamente una hora después, El Prat volvía a la vida. Daniel Márquez acude habitualmente al aeropuerto del Prat a recoger a capitanes de barco que vienen a trabajar al puerto de Barcelona. Esta mañana estaba, minutos antes de las 9.00, en la zona de salidas de la Terminal 1. “Un capitán llegaba a las 9.00 de Newark [Estados Unidos] y está previsto que no aterrice hasta las 11.11. Nadie avisa de nada y solo vemos ese cartel”, señala a un luminoso que destaca de forma encriptada: “Como consecuencia de las restricciones de tráfico aéreo debidas a la reentrada del objeto CZ-5B, se pueden producir retrasos. Por favor, consulta con tu compañía aérea”. Se ha cansado de mantener en alto el cartel con el nombre del capitán y esperará el tiempo que haga falta. “Total, este es mi trabajo”, añade.
Javier Martínez recogía a una amiga a las 9.15 que llegaba de Venezuela tras hacer escala en Estambul. “Ahora dice que llega a las 11.45, pero lo peor es que me he tenido que enterar del cohete por una noticia que me han enviado en el grupo de unos amigos que jugamos a fútbol sala. Esperaremos y que no sea nada”, se consuela.
En otros aeropuertos, como Bilbao, las restricciones de tráfico aéreo han provocado retrasos en las salidas y llegadas de 17 vueltos, y el desvío de otro al cercano aeródromo de Santander. Los responsables de este aeropuerto confían en que la terminal recobre la normalidad a partir de las 13.00, informa Efe. El aeropuerto de Manises (Valencia) ha acogido un vuelo de la compañía portuguesa TAP que debería de haber aterrizado en Barcelona.
Los últimos cálculos del organismo europeo encargado de la vigilancia espacial advertían de que el módulo de riesgo pasaría dos veces por encima de la península Ibérica, lo que la convertía en un posible punto de impacto. Esas estimaciones (realizadas a las 2.30, hora peninsular española) esperaban el choque contra la atmósfera, a unos 80 kilómetros de altura, para las 8.50, pero con una horquilla de una hora de margen de error. Otros organismos, como la compañía Aerospace Corporation, también ubicaban la reentrada sobre España en la mañana del viernes. En la trayectoria probable se citan por este orden los espacios aéreos Canarias, Santa María y Lisboa (Portugal), Madrid, Barcelona, Marsella, Roma, Brindisi, Atenas y Nicosia.
La Agencia de Seguridad Aérea Europea (EASA) recuerda en un boletín de seguridad emitido este jueves que el objeto CZ-5B “tiene una masa estimada que oscila entre 17 y 23 toneladas” algo que lo convierte en “uno de los fragmentos de escombros más grandes que han vuelto a entrar en la atmósfera en los últimos años”. “Merece vigilancia cuidadosa”, advertía la nota.
Esta es la tercera vez en dos años que las autoridades espaciales chinas generan este peligro global, que la NASA ha calificado en otras ocasiones de irresponsable. La órbita caótica de la chatarra espacial en la que China se deshace de este módulo hace muy difícil calcular cuándo y dónde caerá concretamente, aunque sí se conoce su trayectoria de entrada, que incluye España.
El Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE) del Ejército del Aire ha seguido la trayectoria de reentrada en la atmósfera de los restos del lanzador chino CZ-5B. Según ha informado el Ejército del Aire, estaba previsto que la última órbita antes de la reentrada en atmósfera atravesara la península entre las 9.50 y 10.05 hora local, por lo que, aunque había pocas probabilidades de que los fragmentos del cohete afectaran a una zona habitada, las autoridades de control de tráfico aéreo habían establecido una zona libre de vuelos durante la hora en la que se estimaba el mayor riesgo de caída de restos del artefacto.