El Poder Judicial acuerda que el progresista Rafael Mozo presida el órgano tras la dimisión de Lesmes
Los vocales desoyen el informe del gabinete técnico, que concluyó que el vicepresidente del Supremo debía ponerse al frente del Consejo y del alto tribunal
Los bloques conservador y progresista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han aprobado por 16 votos a 1 que el vocal de más edad, el progresista Rafael Mozo, sea el sustituto de Carlos Lesmes al frente de la institución. La fórmula pactada convierte a Mozo en presidente “suplente” hasta que se renueve el órgano, ya que al tener el mandato caducado el pleno tiene prohibido nombrar un nuevo presidente.
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Los bloques conservador y progresista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han aprobado por 16 votos a 1 que el vocal de más edad, el progresista Rafael Mozo, sea el sustituto de Carlos Lesmes al frente de la institución. La fórmula pactada convierte a Mozo en presidente “suplente” hasta que se renueve el órgano, ya que al tener el mandato caducado el pleno tiene prohibido nombrar un nuevo presidente.
El acuerdo sobre Mozo desoye el informe elaborado a petición de Lesmes por el gabinete técnico del Consejo, que señaló que el vicepresidente en funciones del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, debía sustituir a Lesmes tanto en la presidencia del alto tribunal como en la del CGPJ. En contra del criterio del técnico, que consideraba que ambas jefaturas no se podían disociar y tenían que ser asumidas por una misma persona, el pleno del Consejo ha optado por la bicefalia, y no parece que vaya a ser rebatido ni por el propio Marín Castán ni por la cúpula del Supremo, según miembros del órgano consultados.
Mozo, magistrado de la Audiencia Nacional de 71 años, ya se ha puesto este jueves al frente del pleno, el primero que se celebra tras la dimisión de Lesmes, anunciada el domingo y publicada el miércoles en el Boletín Oficial del Estado. La ley prevé que, en ausencia del presidente, ocupe ese puesto el consejero de más edad, pero hasta ahora este precepto se había aplicado para la sesión inaugural del CGPJ (antes de que los vocales elijan a su presidente) o ante ausencias puntuales. La novedad es que los consejeros han acordado ahora que esta fórmula se extienda hasta que se renueve el órgano.
A favor de esta opción han votado todos los vocales, excepto el conservador Wenceslao Olea, que era partidario de seguir el criterio del presidente y ha votado en contra, y Mar Cabrejas, propuesta por el PSOE, que ha abandonado el pleno sin votar al considerar que la votación era “ilegal”. Antes de salir de la sala, según explican fuentes del pleno, esta vocal ha advertido que consideraba que, aunque el acuerdo que proponían sus compañeros definía la elección de Mozo como una “suplencia”, el CGPJ estaba realmente “nombrando” a un nuevo presidente, para lo que no tiene competencias al tener el mandato prorrogado desde diciembre de 2018.
Cabrejas ha señalado, además, que el acuerdo establece una serie de condiciones para quien va a ejercer la presidencia que suponen quitarle competencias exclusivas que la ley reserva al presidente, una decisión, que en opinión de esta vocal, no tiene amparo legal. El secretario general ha expresado también su rechazo a la tesis mayoritaria por considerar que no se ajusta a la normativa y ha anunciado que se reserva el derecho a ejercer “las acciones que correspondan en defensa de la institución”, lo que apunta a la posible impugnación del acuerdo, según fuentes del órgano.
Esa decisión zanja el debate sobre la sustitución de Lesmes dentro del Consejo. Desde que hace varias semanas se difundió el informe que apostaba por Marín Castán como sustituto de Lesmes en el Supremo y en el órgano de gobierno de los jueces, los vocales avisaron de que no lo compartían y dejarían constancia de ello. Lo han hecho, pero antes han llegado a un acuerdo que ha evitado que el relevo de Lesmes creara una nueva brecha al seno del órgano, herido ya por la negociación para designar a dos magistrados del Constitucional, que todavía está pendiente de resolverse.
Cuando se conoció el informe de los técnicos, los dos sectores se opusieron porque consideraban que al sustituto de Lesmes en el CGPJ debía decidirlo el pleno, pero discrepaban sobre hacia dónde debía ir esa decisión. La mayoría de los progresistas sostenían que, como el órgano tiene prohibido hacer nombramientos, se debía activar el mecanismo de sustitución previsto para ausencias puntuales del presidente, que establece que lo suple el consejero de más edad, lo que llevaría al vocal Mozo a ejercer el cargo hasta que haya nuevo CGPJ. Una parte de los conservadores, sin embargo, era partidario designar a Marín Castán, supuestamente afín a este sector. Pero esta opción no convencía a la mayoría del núcleo duro de los conservadores, entre los que Marín Castán, presidente de la Sala Primera (Civil) del Supremo y miembro de la Asociación Francisco de Vitoria, no cuenta con especial simpatía. Esta circunstancia ha facilitado el acuerdo con los progresistas para situar a Mozo al frente del Consejo.
El pacto incluye varias premisas que, en la práctica, limitarán la autonomía de Mozo. “El presidente por suplencia ejercerá las funciones que le son propias con moderación y voluntad de consenso, y expondrá previamente ante el pleno las decisiones que proyecte adoptar en materias que no sean de gestión ordinaria para procurar alcanzar el mayor acuerdo posible sobre la decisión final”, señala el texto aprobado por el pleno. Aunque no se especifica, los dos bloques han pactado, por ejemplo, que dos vocales (uno por grupo) auxiliarán al presidente en la política de comunicación del órgano, de manera que se consensúen todas las notas o comunicados oficiales que difunda. Mozo también se ha comprometido a no impulsar cambios en la composición de las comisiones legales del Consejo, que cuentan con mayoría conservadora. “Vamos a actuar con consenso. Lesmes ejercía un tipo de presidencia y ahora hemos acordado que se ejerza otra”, explica un vocal conservador, en referencia a la tendencia que parte del órgano veía en el anterior presidente a imponer determinadas decisiones.
Aplacado el debate interno en el CGPJ sobre quién debía sustituir a Lesmes, está por ver cómo es recibido este acuerdo por Marín Castán y en el Tribunal Supremo. Con todo, las fuentes consultadas no prevén que vaya a ser rebatido ni por uno ni por otros. El informe del gabinete técnico sostuvo que el vicepresidente del alto tribunal debía asumir todas las funciones que dejara Lesmes “de forma automática”, sin necesidad de que mediara un acuerdo del CGPJ. Esto abría la puerta a que Marín Castán se presentara esta tarde en el pleno del CGPJ dispuesto a ocupar el cargo, pero este no estaba por la labor y remitió este miércoles un correo al secretario general del Consejo en el que, implícitamente, se atenía a lo que decidiera el órgano de gobierno de los jueces. “Habiendo tenido conocimiento de que el punto 1 del orden del día del pleno que mañana tendrá lugar trata la sustitución de la presidencia de ese órgano constitucional, entiendo que no procede mi asistencia”, señala el texto, del que ha tenido conocimiento este periódico.
La salida de Lesmes, y el hecho de que no sea sustituido por nadie ajeno al pleno actual, tiene otra derivada que puede ser fundamental si el Consejo decide seguir adelante con los nombramientos de los dos magistrados del Tribunal Constitucional que tiene pendiente designar: el pleno ya no tiene 19 miembros, sino 18, por lo que el quórum necesario para esas designaciones pasa de 12 a 11 vocales. Los progresistas siguen teniendo ocho y los conservadores, 10.
Renuncia de Inés Huerta
El estado de las negociaciones para designar a los dos magistrados del tribunal de garantías era el segundo punto previsto en el orden del día del CGPJ, pero en este caso el acuerdo no parece tan fácil. Los progresistas rompieron hace dos semanas la negociación con el núcleo duro de los conservadores tras constatar que estos no tenían interés en propiciar a corto plazo la renovación del Constitucional. Pero los vocales propuestos por PSOE, IU y PNV contaban entonces con que Lesmes conseguiría convencer a tres de los consejeros propuestos por el PP para reunir los 12 votos necesarios para que los nombramientos salieran adelante. Sin embargo, los contactos iniciados por el entonces presidente fracasaron y este optó por dimitir sin dejar cerrada la renovación del Constitucional, lo que obliga a los progresistas a intentar retomar las conversaciones con el otro bloque.
En la sesión de este jueves el pleno ha acordado que se retome esa negociación. No hay fechas fijadas para nuevos encuentros, pero los negociadores fijarán “de inmediato” un calendario, según fuentes del órgano. Miembros de ambos grupos señalan, no obstante, que habrá que ver cómo evoluciona la negociación que mantienen PSOE y PP para renovar el CGPJ. Porque si avanza rápido, la mayoría de los vocales son partidarios de aparcar los nombramientos del Constitucional, como se ha hecho a lo largo del mandato con otros nombramientos discrecionales cuando había constancia de que los partidos estaban negociando la renovación del Consejo.
Una de las juezas preseleccionada en 2018 como candidata a vocal del futuro CGPJ, la magistrada del Supremo Inés Huerta, ha presentado su renuncia, por lo que ya no podrá ser elegida. Se da la circunstancia de que la ley establece que en el CGPJ tiene que haber tres magistrados del alto tribunal, y en la lista confeccionada en 2018 había cuatro, pero uno de ellos (José María del Riego) renunció en 2019, de forma que Huerta y los otros dos (José Antonio Montero y Ángel Arozamena) tenían el puesto asegurado. La renuncia de Huerta implicará que se incumpla ese precepto, aunque la ley prevé esta situación y establece que, si no existen candidatos a vocales dentro de alguna de las categorías (además de magistrados del Supremo, tiene que haber tres jueces con más de 25 años en la carrera judicial), la vacante pasará al cupo siguiente.
La noche de este jueves, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que negocia con el PP un acuerdo para desbloquear el Poder Judicial, se mostró optimista sobre un acuerdo: "Tengo la sensación de que ahora el PP va en serio", aseguró en el programa 24 Horas de TVE, sin desvelar contenidos sobre el posible pacto.