El fugitivo que dormía en el aparcamiento de un centro comercial de Gijón
La Guardia Civil detiene a un hombre que escapó de una cárcel de Asturias y que vivía en su coche estacionado en una gran superficie
Un coche estacionado en el aparcamiento de un centro comercial de Gijón llamó la atención de la Guardia Civil. En la parte trasera había un hombre durmiendo. Eran las siete y media de la mañana y el madrugón del propietario acabó convirtiéndose en un arresto. Los agentes descubrieron que el ocupante respondía al nombre de J.M.D., tenía 42 años y llevaba seis meses fugitivo de la justicia. El reo, según fuentes conocedoras del caso, aprovechó ...
Un coche estacionado en el aparcamiento de un centro comercial de Gijón llamó la atención de la Guardia Civil. En la parte trasera había un hombre durmiendo. Eran las siete y media de la mañana y el madrugón del propietario acabó convirtiéndose en un arresto. Los agentes descubrieron que el ocupante respondía al nombre de J.M.D., tenía 42 años y llevaba seis meses fugitivo de la justicia. El reo, según fuentes conocedoras del caso, aprovechó un permiso de fin de semana de la prisión de Asturias para escaparse hasta que los agentes dieron con él por casualidad. La inspección del maletero del automóvil reveló que este delincuente habitual, condenado por múltiples robos con fuerza, mantenía su actividad delictiva: encontraron varios dispositivos electrónicos correspondientes con varias denuncias registradas por la Policía, así como guantes y herramientas para pergeñar sus golpes.
La labor de los uniformados reveló que el esquivo delincuente tampoco tenía en vigor el carnet de conducir, así como ningún tipo de seguro. Además, pesaban sobre él cuatro órdenes requisitorias: una de detención e ingreso en prisión del juzgado de lo penal 2 de Gijón, dos de búsqueda, detención y personación, de los juzgados de instrucción de Chantada (Lugo) y Gijón, y otro de averiguación de domicilio y paradero del juzgado de instrucción 1 de Gijón. Todas, por lo mismo: robos con fuerza. Las pesquisas mostraron también que J.M.D, que conducía un utilitario gris algo desvencijado, había escapado hacía medio año del centro penitenciario de Asturias, en Villabona, donde cumplía pena por esta clase de robos. Él mismo confesó ante los guardias civiles que hace seis meses aprovechó un permiso de fin de semana para no regresar a la penitenciaría y darse a la fuga.
Una rápida inspección ocular sobre el vehículo acreditó las vías de financiación del detenido. Allí se encontró “un destornillador de gran tamaño, un cortafríos y unos guantes negros, herramientas compatibles con las utilizadas habitualmente en robos con fuerza para acceder a los inmuebles”, según el comunicado emitido por la Guardia Civil. De más valor eran las dos tabletas electrónicas, un ordenador portátil y un estuche con una cámara que también se hallaron en el maletero, algo que según estas autoridades “pudieran proceder de algún hecho delictivo”. De hecho, fuentes cercanas a este caso afirman que una rápida comprobación de las denuncias recientes en Asturias constataron que esos dispositivos tecnológicos se correspondían con las reclamadas policialmente por sus propietarios. La operación la iniciaron miembros de la sección de transportes de la Guardia Civil que, finalmente, remitieron al individuo a la Policía Nacional para que prosiga con las diligencias, pues el coche estaba estacionado en las afueras de Gijón, una demarcación correspondiente a este cuerpo policial.