El rey emérito, Pedro Campos y el deporte de la vela, una alianza con viento a favor
La visita de Juan Carlos I a Sanxenxo, que ha concitado una enorme atracción mediática, puede impulsar la celebración de otras grandes competiciones y la inversión de patrocinadores
El teléfono móvil de Pedro Campos ha echado humo en la última semana. El presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo y referente histórico de la vela española ha sido la compañía más cercana del rey emérito durante su estancia de casi cuatro días en Galicia. También ha ejercido como anfitrión de don Juan Carlos, su amigo íntimo, a quien ha hospedado en s...
El teléfono móvil de Pedro Campos ha echado humo en la última semana. El presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo y referente histórico de la vela española ha sido la compañía más cercana del rey emérito durante su estancia de casi cuatro días en Galicia. También ha ejercido como anfitrión de don Juan Carlos, su amigo íntimo, a quien ha hospedado en su casa mientras se disputaba la regata del Trofeo Viajes InterRías, en la clase de seis metros. El antiguo monarca se embarcó el domingo a bordo del Bribón 500, que obtuvo un cuarto puesto en esa manga y una victoria general en la prueba. La relación entre don Juan Carlos y Pedro Campos es muy estrecha desde hace años, siempre con el mar de por medio, y detrás de ese vínculo aparece el relevante apoyo del rey emérito a los grandes proyectos de la vela española, sobre todo en las dos mayores competiciones mundiales: la Vuelta al mundo y la Copa del América. “Si el rey emérito viene, vamos a tener un retorno mediático mayor”, resume esa relación el propio Campos, en referencia a próximas competiciones.
Campos, de 72 años, ha sido el patrón español en tres ediciones de la prestigiosa Copa del América (1992, 1995 y 1999), estuvo en el Consejo del torneo que se celebró en 2007 en Valencia y lideró cinco proyectos de la Vuelta al mundo a vela (2005, 2008, 2011, 2014 y 2017). Directa o indirectamente, la afición del hoy rey emérito a la vela ejerció de hilo conductor para que el apoyo público y privado aflorara y permitiera llevar a buen puerto estas empresas. El año 1992, cita de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Expo de Sevilla, supuso también la primera participación española en la Copa del América, viable gracias al apoyo del Gobierno socialista. “Desde entonces ha habido patrocinios importantes: Endesa, Vinos Rioja, Iberdrola… Algunas ayudas vinieron del Estado, y el rey obviamente fue un apoyo a estos proyectos”, explica Pedro Campos.
Juan Carlos I también apoyó que el equipo suizo Alinghi escogiera Valencia para celebrar la Copa del América de 2007, la primera en mar europeo (con un impacto económico calculado en la ciudad de unos 2.200 millones de euros), y apadrinó a la tripulación española, a bordo del Desafío Español, un proyecto que contó con unos 60 millones de presupuesto gracias en buena medida al patrocinio de Iberdrola. En la Vuelta al mundo, el actual rey emérito (él fue olímpico en vela en 1972, y Cristina de Borbón en 1988, y Felipe VI en 1992) dio la salida a la edición de 2005 en Vigo, con el apoyo de Telefónica. Movistar y Mapfre auspiciaron otros proyectos españoles en esta competición, con presupuestos de entre 15 y 18 millones de euros.
“El rey ha apoyado a la vela y a todo el deporte español”, sostiene Campos, cuyos regatistas han celebrado siete oros olímpicos y 52 títulos mundiales. “Hay campeones que le han reconocido que no habrían llegado a la cima sin su apoyo. Claro que se habla más de vela si está él presente. Y siempre ha estado apoyando los proyectos en las últimas grandes regatas como la Vuelta al mundo. Las madrinas de los proyectos de Telefónica, Movistar y Mapfre siempre han sido de la Casa Real. Ayuda muchísimo. Obviamente, los patrocinadores buscan notoriedad, retorno mediático, y el apoyo del rey puede ayudar a convencerlos”, añade.
Después de abdicar en 2014, el rey emérito confesó a sus cercanos que echaba de menos navegar. Campos y su equipo rescataron entonces para España la clase de seis metros, que se compite en barcos clásicos (construidos hasta 1970) o modernos (desde entonces), con cinco tripulantes y una exigencia física muy adaptable a las limitaciones del antiguo monarca (en estas regatas puede ir sentado). Así ha participado en el reciente Trofeo Viajes InterRías, cuyo patrocinio ya estaba cerrado desde hace meses. Su presencia no estuvo confirmada hasta el lunes de la semana pasada, y seguramente competirá también en el Mundial de la categoría, del 13 al 18 de junio en Sanxenxo, con 42 barcos de 15 países, después de que se celebre la Regata Rey Juan Carlos El Corte Inglés Máster.
En el Mundial volverá a subir en el Bribón, una embarcación que, según las normas de la competición, no puede lucir patrocinios. Sí los tiene la prueba en sí, de Xacobeo y Abanca. “No es la época de oro de hace 10 años, pero vamos consiguiendo interesar a las autoridades y a más sectores. Si el rey emérito viene, vamos a tener un retorno mediático mayor. Eso dinamiza el turismo y la economía local”, detalla Campos, que recalca que su famoso patrón no ha participado “de manera directa” en el apoyo público de Xacobeo a la competición.
La expectación en Sanxenxo se disparó el fin de semana con 200 periodistas acreditados (el doble que en la Vuelta al mundo de 2005), una media de ocupación hotelera del 80% y un dato curioso: la recaudación por los aparcamientos en la localidad aumentó un 131% respecto a los datos de 2019, antes de la pandemia, según el Ayuntamiento. Sin un proyecto español de Vuelta al mundo a la vista, y con la idea de crear un equipo para la nueva categoría femenina de la Copa del América, que en 2024 se celebrará en Barcelona, la vela española sigue aprovechando el tirón de un tripulante especial.