Una turista española muere y su novio resulta herido grave en la explosión de un hotel de lujo de La Habana
El suceso, que se produjo el viernes cuando un camión cisterna servía gas licuado al establecimiento, ha dejado cerca de 30 muertos y 13 desaparecidos
La española Cristina López-Cerón Ugarte, de 29 años y natural de Viveiro (Lugo), murió en la explosión registrada el viernes en un hotel de lujo de La Habana (Cuba), mientras que su novio, César Román Santalla, de la localidad coruñesa de As Pontes y un año mayor, permanece en estado muy grave y ha sido intervenido quirúrgicamente. La pareja se encontraba estos días de vacaciones en La Habana. La noticia, que ya corría este sábado por la mañana po...
La española Cristina López-Cerón Ugarte, de 29 años y natural de Viveiro (Lugo), murió en la explosión registrada el viernes en un hotel de lujo de La Habana (Cuba), mientras que su novio, César Román Santalla, de la localidad coruñesa de As Pontes y un año mayor, permanece en estado muy grave y ha sido intervenido quirúrgicamente. La pareja se encontraba estos días de vacaciones en La Habana. La noticia, que ya corría este sábado por la mañana por las calles de Viveiro y As Pontes, donde viven familiares y amigos de la pareja, fue confirmada a primera hora de la tarde por el Ministerio de Asuntos Exteriores. El suceso, que ha provocado la muerte de 27 personas y medio centenar de heridos, se produjo minutos antes de las 11.00, hora de La Habana (17.00 en España), cuando un camión cisterna servía gas licuado al hotel Saratoga. En el interior del establecimiento, de 96 habitaciones, se encontraba únicamente un equipo de empleados que trabajaba en la puesta a punto del inmueble para su reapertura el 10 de mayo, después de llevar dos años cerrado por la pandemia.
A Cristina López-Cerón y a César Román les sorprendió la explosión cuando pasaban por el lugar. Las primeras informaciones indican que ella falleció en la calle y que él fue trasladado al hospital Calixto García, donde fue operado de varios traumatismos sufridos por la onda expansiva. El cónsul se ha puesto en contacto con las familias de ambos, informa Miguel González. Actualmente, ambos residían en As Pontes, aunque ella acudía a diario a trabajar al municipio de Ortigueira, situado a 24 kilómetros, en la costa norte de Galicia. Era empleada de Abanca, donde llevaba trabajando algo más de cinco años después de pasar por Caixabank.
La alcaldesa de Viveiro, María Loureiro (PSOE), ha explicado que conoció la noticia este sábado por la mañana, porque en la localidad del norte de Lugo ya circulaba “el rumor”. La regidora ha confirmado la noticia pasadas las dos de la tarde tras preguntar “a la Subdelegación del Gobierno en Lugo y al Ministerio de Exteriores”. Loureiro ha comentado que la fallecida nació y se crio en Viveiro, donde aún residen sus familiares. Según explican otras fuentes, el padre de Cristina López-Cerón es muy apreciado en la comarca y pertenece al equipo que tripula el helicóptero guardacostas de Galicia Pesca 2, con base en Celeiro, encargado de tareas de rescate y salvamento marítimo en aguas del Cantábrico. Graduada en Economía por la Universidad de Santiago en 2016, Cristina López-Cerón era una trabajadora vital, muy volcada en sus nuevas funciones como “gestora especialista digital” en el banco gallego.
Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes y líder del PSdG-PSOE, ha detallado que César Román se encuentra en “estado muy delicado” después de ser “operado de gravedad”, aunque “parece que está fuera de peligro”. “Es una auténtica desgracia”, ha lamentado el socialista, que como su compañera de filas en Viveiro habla de “conmoción” en el pueblo. César Román pertenece a “una familia muy conocida”, con una prima al frente de la escuela infantil y un padre que ya se jubiló como trabajador de la planta de Endesa. Según Formoso, algunos familiares viajaban ya este sábado a La Habana.
La explosión ha provocado un baile de cifras de los fallecidos. Por la mañana del sábado, la Cruz Roja ha informado que eran 32 las víctimas. Horas después, el Gobierno ajustó el saldo a 27 personas. Además de la turista española, hay cuatro niños y una mujer embarazada. Entre el medio centenar de heridos ingresados en los hospitales, según el último parte oficial, nueve se encuentran en estado crítico y seis, graves. Los equipos de rescate seguían trabajando el sábado en los restos del Saratoga en busca de supervivientes. Se piensa que en los bajos del edificio y el sótano pueden haber quedado atrapados algunos trabajadores del hotel.
Fue en las labores de reacondicionamiento del hotel cuando se produjo el accidente, mientras un camión cisterna suministraba gas licuado al establecimiento y una fuga hizo estallar los depósitos de almacenamiento. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha explicado que se investiga ahora si fue un fallo humano o técnico el que desencadeno la explosión, de la que, ha dicho, “hay que sacar experiencias para evitar que sucesos similares se repitan”. Se trata de la peor tragedia de este tipo ocurrida en Cuba.
La Habana y el resto de la isla quedaron conmocionadas por las terribles consecuencias del suceso. El Saratoga es un hotel de lujo situado en el corazón del centro histórico de la capital cubana, al comienzo del paseo del Prado, en una zona turística muy transitada, con comercios y una escuela en sus inmediaciones. El intendente de La Habana Vieja, Alexis Acosta Silva, aseguró que todos los niños de ese colegio, de más de 300 alumnos, fueron evacuados y ninguno resultó herido. Cientos de habaneros se volcaron a los hospitales para donar sangre ante las informaciones ofrecidas por la televisión, que realizó transmisiones en vivo durante todo el viernes desde el lugar de la explosión y los centros de salud donde iban siendo remitidos los heridos.
Los daños materiales también son enormes. El estallido echó abajo parte de la fachada y provocó el derrumbe de varias plantas del edificio, de seis alturas, de tal manera que quedaron sepultadas decenas de personas, coches y autobuses bajo una montaña de escombros que en algunos lugares alcanzó casi la altura de una planta del inmueble. También se generó una columna de humo visible desde diversos puntos de la ciudad. El hotel entero corre ahora serio riesgo de derrumbe.
La pareja gallega paseaba ante el Saratoga, que se encuentra enfrente del Capitolio Nacional, cuando el hotel explotó. En el hospital, el pontés herido fue visitado por el embajador español, Ángel Martín Peccis, y por el cónsul, José Antonio Hernández Pérez-Solórzano, que ha comunicado personalmente la noticia a sus familiares y se ocupaba de los trámites de repatriación del cadáver de la fallecida.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha lamentado su muerte y la situación de gravedad en la que se encuentra el hombre. “Nos llegan trágicas noticias desde Cuba. Una turista española ha fallecido y otro ciudadano español está herido de gravedad tras la explosión del hotel Saratoga. Todo nuestro cariño para sus familias y las de todas las víctimas y heridos. Nuestro apoyo también al pueblo cubano”, escribió en su perfil de Twitter. En términos similares se manifestó el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
El Gobierno cubano valoró inicialmente la posibilidad de que se tratara de un atentado, pero el propio presidente lo desestimó poco después. “No ha sido ni una bomba ni un atentado, ha sido un lamentable accidente”, confirmó el mandatario. La presidencia cubana ha afirmado que las familias afectadas por los destrozos ocasionados por la explosión han sido trasladadas a “lugares seguros mientras se realizan acciones de recuperación”. “Estamos centrados en la atención a las personas, a los familiares de los fallecidos y también de quienes se encuentran hospitalizados. El trabajo de las instituciones de salud y equipos de rescate y salvamento ha sido inmediato”, ha dicho Díaz-Canel.
Debido a la explosión, al menos 23 edificios de la zona han sufrido daños, incluidos 17 bloques de viviendas, dos de ellos muy afectados estructuralmente. El hotel Saratoga, de cinco estrellas, es prácticamente centenario, aunque su actual etapa comenzó en diciembre de 2005, cuando reabrió sus puertas.